La escasez del líquido afecta a estados como Guanajuato, Sonora o Sinaloa; este último con movilizaciones y bloqueos exigiendo apoyo gubernamental para la siembra de maíz, pues no hay suficiente agua y solventar un sistema de riego artificial es muy caro, principalmente por el costo de la electricidad.
Miércoles 19 de julio de 2023
Agricultores de maíz blanco, caña y pasto de Soledad de Doblado, Veracruz, en entrevista con La Silla Rota, afirman que sus padres y abuelos todavía alcanzaron a sembrar hasta dos veces por año, pero dejó de llover lo suficiente para que los cultivos se hidraten y ahora el caudal del río de Vista Hermosa Sur está seco, estas condiciones afectan también al ganado. Esto ha provocado que ya casi no se arriesguen a cosechar maíz para vender, porque no es redituable, sino que lo siembran para su autoconsumo (familia y ganado), así, los agricultores pasaron de sembrar 20 bultos de semilla a sólo 3.
Según datos de La Jornada, anteriormente existían diversos apoyos para el campo, como los 9 millones 700 mil pesos anuales que correspondían a los programas de comercialización y que fueron retirados en 2020; el presupuesto de 3.1 mil millones de pesos destinado al financiamiento y seguro rural que fue eliminado en 2021, además de cancelar los recursos para la Aseguradora Agropecuaria (Agroasemex), para la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), el Fideicomiso para la Agricultura (FIRA) y el Fondo de Capitalización e Inversión Rural (FOCIR), que daban mayor cobertura a la agricultura.
Ahora, la política de atender "primero los pobres" ha significado un recorte a todo tipo de apoyos agrícolas y el Proyecto de Presupuesto de Egresos presentado para 2024 tampoco contempla mayores ingresos para el campo.
El gobierno no compra maíz a los agricultores que no cumplen con la condición de tener menos de 15 hectáreas, a quienes siembran en terrenos menores les ha comprado el maíz a 7 mil pesos la tonelada, que es el apoyo de SEGALMEX y los gobiernos estatales, quienes acordaron comprar un millón 800 mil toneladas de las más de 6 millones que se estima se alcanzaron a producir en el país.
Debido a la falta de apoyo del gobierno, desde hace cuatro meses, agricultores de diversos estados del país han solicitado un apoyo emergente para obtener un precio de 7 mil pesos por tonelada de maíz, debido a que los costos de producción aumentaron 33 % aunado a la caída de los precios internacionales de alrededor de 30 %. En Sonora y Sinaloa están teniendo que vender la tonelada en 4 mil 700 o 4 mil 200 pesos para no quedarse con el maíz y evitar que se eche a perder.
Ante las protestas de maiceros sinaloenses la respuesta del presidente, López Obrador, fue que "no iban a caer en chantajes", desacreditando el movimiento y negándose a aceptar su responsabilidad en el manejo de la economía agrícola.
¿Y el apoyo al maíz nacional?
El gobierno federal brinda cierto apoyo a los agricultores, como el programa de fertilizantes gratuitos para los pequeños productores, pero no son suficientes.
Esto resulta contradictorio en medio de una política de revaloración del maíz nacional por encima del maíz transgénico debido a los riesgos para la salud que conlleva y en defensa de la existencia del maíz nativo.
Por otro lado, el gobierno continúa fortaleciendo al ejército con una inversión global de 93 mil 550 millones de pesos que invertirá en 15 proyectos hidráulicos para cambiar el régimen de temporal a riego en algunas zonas del país, como en Nayarit, Sinaloa o el pueblo yaqui de Sonora; donde participan ingenieros militares con un presupuesto de 10 mil 55 millones de pesos y que beneficiará a algunos cientos de miles de personas.
El caso del pueblo yaqui es emblemático, pues después de la lucha en contra del saqueo que implica la construcción del acueducto Independencia, se presume que el Distrito de Riego 18, que pretende beneficiar a 34 mil habitantes estará bajo la administración de un organismo indígena comunitario; lo que sin duda es un beneficio pero insuficiente para el pueblo indígena, porque pretende tapar el despojo a través de una concesión para regar su propio territorio, mientras continúan saqueando el agua de la población hacia el área metropolitana.
¿Cómo evitamos el saqueo?
No nada más es responsabilidad del gobierno que ahora los campesinos y agricultores no cuenten con suficientes apoyos para el campo, sino que el cambio climático, la falta de lluvia y agua, así como las inundaciones, son consecuencia de una serie de prácticas de daño al medio ambiente, producto de la sobreexplotación irracional del modelo de producción capitalista liderado por las grandes empresas privadas debido a su interés meramente lucrativo.
La lucha por la agricultura saludable nos compete a todxs y urge agruparnos en un gran movimiento en defensa del campo y contra el despojo, los campesinos llevan un paso adelante con la creación del Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano, anunciada el pasado 6 de junio y que agrupa a productores de 22 estados de los 32 que conforman el país.
A este frente le hacen falta las y los trabajadores urbanos con la fuerza que poseen para parar la producción nacional en defensa del agua y el cultivo de la tierra.
Entre las demandas para defender al campesinado de las inclemencias del tiempo, las plagas y los estándares de precios internacionales está la garantía de la rentabilidad de sus cultivos, por ejemplo, a través del otorgamiento de créditos baratos otorgados por una banca estatal única controlada por las y los trabajadores para cubrir los insumos que requiere la labor agrícola, la instalación de infraestructura hidráulica, de siembra y cosecha; fondos de ahorro en caso de pérdidas de su inversión.
Para no depender de las fluctuaciones en los precios internacionales de los productos agrícolas, la lucha debe escalar a un nivel internacional, asegurando que las ganancias de todos los agricultores cubran al menos sus necesidades básicas y las de sus familias, así como la necesidad de que los salarios de los consumidores sean acordes a los precios dentro del costo de la canasta básica. Medidas que solo un gobierno obrero y popular puede garantizar.
Todo esto en pro de conformar un modelo de reproducción económica lejos de la explotación y la opresión porque no podemos esperar a que el capitalismo acabe con nosotros, sino que, nosotros debemos acabar con él.
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