A dos meses de obtener el permiso temporario de la justicia para producir, las promesas de ayuda económica del municipio de La Matanza aun no llegan.
Martes 7 de febrero de 2017 08:54
Hace más de 9 meses, los trabajadores de Agroindustria Madero vienen ocupando el complejo industrial de Villa Madero, en defensa de sus fuentes de empleo.
Antes de la quiebra, que fue declarada por su dueño Carlos de Pina en julio de 2016, la planta contaba con 126 trabajadores. El plan empresario era mantener la producción de BioMadero, cerrando las otras dos empresas del complejo que funcionaban en el mismo predio, y avanzar en condiciones de mayor flexibilidad y precarización laboral. Los trabajadores estuvieron meses reclamando porque no cobraban sus salarios y sin ART. Esta patronal que fue denunciada en el 2014 por evadir impuestos mediante facturas apócrifas, aprovecho esos meses para declararse en quiebra dejando en la calle a todos los obreros aceiteros y sus familias.
Desde ese momento los trabajadores ocuparon la planta, y asesorados por Eduardo Murúa, del MNER - CETEP, avanzaron en conformar una cooperativa. Se esperaron largos meses hasta que la jueza Margarita Braga en diciembre de 2016, les firmó el pedido legítimo de continuidad laboral por un lapso solo de 6 meses y con grandes concesiones a De Pina, como por ejemplo, tener que pagar a partir del cuarto mes un canon locativo en concepto de alquiler del predio de alrededor de 175 mil pesos. El mismo irá destinado a financiar la quiebra que contrajo la propia patronal. El rol del Sindicato de Aceiteros, mediante el cual se encontraban bajo convenio y eran afiliados, fue según cuentan los propios trabajadores, de abandono.
Actualmente la planta se encuentra sin producir. Las promesas de proveedores y de ayudas crediticias del gobierno municipal no llegaron. Así la situación se vuelve cada vez más crítica, teniendo en cuenta además que desde abril tendrán que comenzar con el pago del alquiler.
Los trabajadores que con firmeza rechazaron la flexibilización y las indemnizaciones, mostrando energía para pelear en defensa de sus puestos de trabajo, hoy se encuentran frente a una nueva etapa.
Los aceiteros tienen que ganar: dos salidas en debate
El viernes 27 de enero, los trabajadores habían resuelto en asamblea dar inicio a un plan de lucha. En el comunicado público posterior decían
"Lo que decidimos por voto unánime ante esta situación alarmante para nuestra familia es discutir e iniciar un plan de lucha ya que después de haber conseguido la continuidad laboral no obtuvimos respuestas ni del municipio, Sindicato y de ningún sector".
En la misma participó como invitado Franco Villalba, delegado jabonero de la combativa Comisión Interna de Alicorp, y militante del PTS en el FIT, quien se acercó en solidaridad.
Luego, en la reunión de solidaridad del 1 de febrero en el local de la CTA de San Justo se pusieron en debate dos salidas. Por un lado, desde el PTS en el FIT y el resto de los partidos de izquierda, como PO, Izquierda Socialista y otros, se planteó la necesidad urgente de impulsar un fondo de lucha y la propuesta de movilización a la Municipalidad de la Matanza para que se concreten las promesas incumplidas de créditos. Vale aclarar que anteriormente ya se tuvieron reuniones con funcionarios del municipio pero la ayuda nunca llegó.
Por otro lado, estuvieron presentes del FPV, organizaciones como Peronismo de base, agrupación La inventamos de El Galpón de orientación kirchnerista, el PC y de la propia CTA que plantearon que no era hora de movilizarse, coincidiendo centralmente en que había que esperar a una nueva reunión con Roberto Feletti, secretario de Hacienda de La Matanza, que se habría convocado para el martes 7 de febrero.
Finalmente los miembros de la Comisión Directiva de la Cooperativa anunciaron que definirían los pasos a seguir en una nueva asamblea.
Que ninguna familia quede en la calle. Plan de lucha independiente, campaña nacional en apoyo a los aceiteros y fondo de lucha.
Los compañeros del PTS que venimos acompañando solidariamente a los trabajadores, vimos con gran entusiasmo el camino que los aceiteros habían votado en la asamblea del 27 de enero, cuando decidieron dar inicio a un plan de lucha.
Como en cada causa obrera es fundamental hacer conocida la situación que atraviesan, mediante acciones que lleguen a los grandes medios de comunicación, apuntando a ampliar la solidaridad entre la comunidad y las familias obreras. La reunión de comité de solidaridad, es un pequeño ejemplo de que se puede lograr apoyo para la causa. Esto junto a desarrollar un gran fondo de lucha nacional, es fundamental para que los aceiteros no se quiebren por hambre y puedan llevar el pan a sus hogares.
Se vuelve vital desarrollar una gran campaña que convierta en una causa nacional la defensa de sus puestos de trabajo, para imponer al gobierno municipal de Magario (FPV) el provincial de Vidal y nacional de Macri (Cambiemos) que provean de manera urgente un plan de créditos para la compra de materia prima y la reactivación de la producción. Estos gobiernos miran para el costado en todas las causas obreras y populares, como lo vemos hoy en la lucha de los obreros gráficos de AGR-CLARIN. Pero, no dudan en favorecer los intereses de los grandes empresarios, ya sea subsidiándolos, o con devaluación y tarifazos que recaen sobre el bolsillo de los trabajadores.
El Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera, que recientemente participó en el bloqueo a Clarín en apoyo a los gráficos de AGR, tiene que dejar la posición de abandono en que dejó a los trabajadores, como ellos mismos afirman, y poner su fuerza al servicio de esta lucha. En primer lugar, en aportar y desplegar un fondo de lucha en todas las fábricas aceiteras en su apoyo y tomar todas las medidas necesarias para que los trabajadores triunfen.
Hay que exigirle a los sindicatos que se pronuncien y tomen todas las medidas necesarias en esta pelea. Por ejemplo, la CTA como los gremios solidarios, tienen que tomar la causa de los aceiteros como una bandera de lucha nacional, aportando y desarrollando el fondo de lucha, acompañando en las acciones que voten en las asambleas, y arrancar el compromiso de los gobiernos para que los trabajadores comiencen a trabajar.
Una gran campaña nacional, unitaria e independiente, que incluya acciones contundentes, que no deposite expectativas en estos gobiernos, es fundamental. Confiar en las propias fuerzas de los obreros aceiteros y en la solidaridad concreta, es la única forma de dar una pelea consecuente.
Son horas cruciales para el destino de decenas de familias ¡Los trabajadores aceiteros tienen que triunfar!
Una pelea de fondo: expropiación y estatización bajo gestión obrera
Dentro del movimiento de fábricas recuperadas, existen fundamentalmente dos posibles orientaciones.
Por un lado, las experiencias de Zanón y Madygraf, que funcionan legalmente como cooperativas, pero que además del enorme camino de lucha recorrido para arrancarle al estado todo lo necesario, pelean de fondo por la expropiación y estatización bajo gestión obrera y dirigen la producción democráticamente, en donde existen comités de producción y asambleas donde todos los trabajadores son parte de las decisiones diarias y deliberan sobre el destino de lo producido.
Y por otro lado, existe la modalidad de cooperativas como objetivo en sí mismo, como han sostenido sectores del peronismo, como el caso del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER-Cetep) al que pertenece Eduardo Murúa, generalmente ligados a intendentes, que planteaban armar cooperativas y pagar la expropiación o, directamente comprarle la empresa al patrón o comprar la quiebra.
Así son los trabajadores los que terminan pagando las deudas millonarias contraídas por el mismo empresario que los estafo, y que lleva tarde o temprano a que los trabajadores se autoexploten y queden prisioneros del ahogo económico por la imposibilidad de producir o de competir en el mercado capitalista.
Por su parte, el PTS La Matanza acompaña la experiencia de los trabajadores y propone pelear por la expropiación sin pago al vaciador de De Pina para que los trabajadores no se hagan cargo de la crisis que produjo el patrón, y la estatización del complejo industrial bajo gestión obrera, de manera que sea el Estado quien garantice los salarios, mantener la producción y que la comercialización sea en base a un plan con fines sociales, para no caer en el ahogo económico que lleva la competencia aislada en el mercado capitalista.