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Red Internacional
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Francia. Air France: fin de una huelga histórica que podría haber ido más lejos

El domingo 28 de septiembre el sindicato mayoritario de pilotos de Air France decretaba el fin de la huelga que duró 14 días (la más larga desde 1993). El fin de la huelga es incomprensible, sobre todo en un momento en donde la dirección acababa de abandonar su proyecto de desarrollo de su low cost europea (Transavia Europa), que parecía desestabilizada frente a la tenacidad de los pilotos y que todavía no se había llegado a un acuerdo para terminar la huelga. El sindicato minoritario (20% del personal) decidió continuar la huelga hasta por lo menos el 30 de septiembre.

Martes 30 de septiembre de 2014

A pesar de la obtención parcial de sus reivindicaciones, es difícil no sentir un cierto gusto amargo cuando la victoria parecía posible y cercana. Es que desde la semana pasada la dirección de Air France hacia proposiciones a los pilotos para terminar la huelga. Primero, propuso “suspender” el desarrollo de Transavia Europa hasta fin de año; luego anunciaba el abandono de este proyecto, sin que eso signifique el abandono del desarrollo Transavia Francia.

Todo el mundo se esperaba al fin de la huelga con ese anuncio. Pero los pilotos querían discutir sobre las condiciones concretas de desarrollo de Transvia Francia y seguían en lucha. Los huelguistas querían garantías sobre la creación de un “contrato único de pilotos del grupo” pero la dirección no quería ni escuchar hablar sobre el tema. Hubiera sido una derrota total para ella. Y eso a pesar de que la dirección del sindicato se mostraba abierta a aceptar trabajar más con condiciones más “flexibles” a cambio que los pilotos que aceptasen volar en Transavia mantuvieran su estatus de piloto Air France.

El sindicato cedió a la presión de la dirección y el gobierno

Las negociaciones se encontraban bloqueadas en ese punto cuando el SNPL (sindicato mayoritario) decretó increíblemente el fin de la huelga. Un porta-voz del sindicato explicaba que “la dirección se aferra a su posición, pero nosotros juzgamos que continuar sería suicida (…) Entonces tomamos nuestras responsabilidades y decidimos terminar el movimiento”.

De este modo, la dirección del SNPL cedía al discurso de la dirección, de la prensa y del gobierno que decía que la huelga “ponía en peligro a la empresa”. El sindicato consideraba que la empresa poseía un fondo de 200 millones de euros para soportar las pérdidas provocadas por el conflicto. Solo que éste ya le habría costado 280 millones de euros a Air France.

Esto solo indica que la empresa era consciente de que la lucha iba a ser dura y que se estaba entrando en un momento crucial en donde, de seguir la huelga, una victoria total de los pilotos era posible.

Con esta novedad, tanto el gobierno como la empresa no pueden esconder su alegría. Alegría no por una victoria, sino porque evitaron un escenario catastrófico para ellos en donde hubieran tenido que ceder en todo. El primer ministro Valls ha de hecho intentado reposicionarse como “hombre duro” ante las huelgas pero su “teatro” es poco creíble para la patronal francesa que es consciente de la debilidad del gobierno.

Incapacidad de crear alianzas estratégicas

Si el gobierno y la empresa supieron crear una “alianza estratégica” contra los pilotos, no podemos decir lo mismo de la parte de la dirección del SNPL. Al contrario, la dirección del sindicato nunca buscó ligarse a las otras categorías de empleados del grupo, ni siquiera al conjunto de los pilotos de las otras filiales low cost de Air France.

Esto representó un límite importante a la lucha contra el aislamiento de la huelga y también como medio de presión sobre la dirección. Una lucha del conjunto de las categorías, que en fin de cuentas van a ser penalizadas por los proyectos capitalistas de la empresa, hubiera permitido sin dudas obtener una victoria aplastante sobre Air France. Y no solo esto, también hubiera sido un ejemplo a seguir para trabajadores de otras aerolíneas y, más allá, para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras del estratégico sector del transporte.

Una victoria parcial pero importante

A pesar de que los pilotos hubieran podido obtener más de lo que ganaron, no podemos subestimar el hecho de que hicieron retroceder (por lo menos momentáneamente) un gran grupo capitalista en uno de sus planes estratégicos más importantes: el desarrollo de Transavia Europa.

La huelga de los pilotos estremeció a la arrogante dirección de Air France que se sentía confiada después de que su plan anterior de supresión de 8000 empleos fuera aplicado casi sin resistencia. De hecho, de seguir la huelga hubiera podido llevarse puesto incluso al gerente del grupo, Alexandre de Juniac.

Por más que el gobierno y la empresa lograron por el momento evitar el peor de los escenarios, la huelga de pilotos es una advertencia. No hubo protocolo de fin de conflicto. No se pueden descartar conflictos de este tipo en otras categorías del grupo o incluso en otras aerolíneas. En Francia, los trabajadores y trabajadoras del sector del transporte, después de la huelga de Air France y de los ferroviarios en junio, parecen estar mostrando la vía de la resistencia al conjunto de la clase obrera.