El Presupuesto 2018 será austero, dijo Bachelet. Aunque la economía experimenta un rebrote y las ganancias empresarias siguen millonarias. La derecha sólo se preocupa de cuánto le dejan de margen para sus gastos.
Lunes 2 de octubre de 2017

El sábado 30 venció el plazo que tenía el Gobierno para presentar el proyecto de ley del Presupuesto 2018 al Parlamento.
Lo hizo sobre datos elaborados por distintos comités del Banco Central, que estimó dos cifras contrapuestas. La continuidad de la baja del PIB Tendencial, que estima en 2,6% por un lado, y un precio del cobre alto de 2,77 dólares la libra del otro lado. El precio del cobre es alto. Minera Escondida, por ejemplo, tiene planificada una inversión equivalente al 1% del PIB de Chile.
Además, la economía experimenta un rebrote. La producción industrial creció más de 5%. La manufacturera 1,4%, la producción minera 9,2%, electricidad, gas y agua 4,5%.
Aún así, Bachelet anunció que será austero. Dentro de esta austeridad, el gasto público aumentará 3% (en 2014 el aumento fue de 9,8%), y la mayor parte se destinará a salud y educación.
Reducción del déficit. Mantener el equilibrio fiscal. Responsabilidad fiscal. Son las frases que se agregan a la de austeridad.
Mientras, se niegan a iniciar discusiones con la Mesa del Sector Público por el re-ajuste.
Mientras las empresas siguen embolsándose millonarias ganancias, como los 3.000 millones de dólares de los bancos hasta agosto; o los 1.000 millones de dólares solo en el primer semestre de las mineras, subiendo 131% sus ganancias.
A la derecha, no le importa ese contraste entre el reajuste del sector público, que ni se inicia y será mínimo, y las millonarias ganancias empresariales. Solo le importa cuánto de margen le dejará el Gobierno para sus gastitos. La UDI declaró que "lo responsable es que deje cierta holgura al gobierno que venga".