En el día de ayer en todas las escuelas públicas de Ituzaingó el servicio alimentario escolar dispuso que miles de niños y jóvenes reciban una dieta ajustada a la medida de la crisis.
Miércoles 6 de junio de 2018 11:55
En sintonía con los dichos de la gobernadora Vidal y acorde con el plan de conjunto del Gobierno de Cambiemos que quita a los que menos tienen: la inmensa mayoría de la población, mientras destinan millones de dólares a pagar la deuda externa ilegitima y fraudulenta, a costa de la salud, la educación e infraestructura, un verdadero saqueo a los sectores populares.
El deterioro avanza con la desidia y la desinversión que profundiza la política de ajuste del Gobierno sobre el área educativa en todos sus niveles, con los cierres de cursos, cierres de escuelas, de los bachilleratos de adultos, graves problemas de infraestructura. Estas problemáticas llevaron a movilizar hace una semana a decenas de estudiantes secundarios de la reconocida escuela secundaria 5 AUPI por el estado deplorable de las instalaciones, la falta de mesas y sillas con el hartazgo de estar en la misma situación aun con la gestión anterior. A los funcionarios no les preocupa, como Descalzo el intendente de Ituzaingo que en más de 20 años en su cargo no les importó que los estudiantes permanezcan hacinados, que escuelas que se caigan a pedazos, sin agua potable, no les preocupa que muchos jóvenes y niños cuenten con la comida que reciben en la escuela, incluso se suspendan las clases por falta de servicios esenciales como la luz que el propio estado debe garantizar.
Pero plata para los especuladores hay, es claro que el Gobierno de los ricos gobierna para los ricos. Culpa a los docentes de la crisis educativa, pero mantiene a los estudiantes en pésimas condiciones, como lo expresa el hecho de que para alimentar a la escuela n° 13 entera, a las que asisten unos 600 estudiantes, se asignaron 2 paquetes de galletitas, 1 kg de azúcar y 500gr de yerba.
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Pero hay otra salida, afectar a los sectores que más tienen y que más están ganando como el campo y las grandes empresas, que como se ha escuchado alguna vez "se la llevan en pala". ¡Que la sangría de 65 mil millones de dólares anuales que gasta el Gobierno no vaya para la deuda sino para educación! Que esa plata se invierta en comedores escolares, en infraestructura y presupuesto educativo. Los sindicatos y centrales mayoritarias se tienen que poner a la cabeza de esta lucha y organizar a los miles de docentes, estudiantes y familias que sufren las consecuencias de la crisis.
Los negociados de los proveedores han sido un clásico durante todos los Gobiernos, la sobrefacturación y la dudosa calidad de la comida que han pasado sin control alguno. Por esto el armado de las dietas y proveedores de comida deben estar a cargo de comisiones de docentes, auxiliares, padres y profesionales en nutrición, usuarios y trabajadores para cortar con el negocio.
Los niños y jóvenes nos muestran cada dia como viven las familias pobres afectadas por los tarifazos, los salarios de miseria y el desempleo, como se ve afectada su salud, su calidad de vida esa población es la que accede a la educación publica que viene siendo también atacada, poniendo en cuestionamiento desde el Gobierno el derecho de la educación publica, gratuita, científica y de calidad como una conquista social, tratando de instalar quienes son "merecedores" de subsidios millonarios y quienes generan gasto.