En la recta final antes de la veda ambos candidatos fueron entrevistados por TN, profundizando el libreto que ensayaron a lo largo de su campaña. Milei se victimizó hablando de operaciones en su contra y no le dio vueltas a sus planes de cerrar el Banco Central y dolarizar. Massa habló de “déficit cero” que en criollo quiere decir brutal ajuste sobre el gasto público.
Diego Iung @IungDiego
Jueves 16 de noviembre de 2023 00:26
En entrevistas separadas y ya no en la modalidad de debate como el último domingo, los candidatos a disputar el balotaje este 19 de noviembre fueron entrevistados por los periodistas de la señal Todo Noticias. Primero fue el turno de Milei, que buscó sembrar la idea de “operaciones” y “carpetazos” de parte del Gobierno, entre las cuales mencionó la alusión de Sergio Massa en el debate al paso del candidato libertario por el Banco Central como pasante hace varios años. Como parte de esa victimización, ante el cuestionamiento de los entrevistadores por la cantidad de periodistas que lleva querellados, Milei dijo que fue porque lo llamaron nazi y el está en contra de la banalización del holocausto. Una lavada de cara de parte de este derechista que viene negando a los 30.000 detenidos desaparecidos de la última dictadura militar.
Milei reivindicó como un gesto patriótico el apoyo de Patricia Bullrich y Mauricio Macri a su candidatura, luego de haber sido derrotados en las elecciones generales, al quedar en tercer lugar. Curioso patriotismo el de quien fuera responsable de contraer la enorme deuda con el FMI que fuera utilizada para financiar la fuga.
De manera poco convincente y ante las dudas por la eventual gobernabilidad, Milei planteó que seguirían los canales constitucionales y aventuró que ante la eventual ruptura de otros espacios políticos en caso de que triunfe La Libertad Avanza, mucha gente se uniría a su espacio buscando las ideas de (lo que el llama) la libertad.
El libertariano volvió a sembrar el rumor de un posible fraude al afirmar que “los votos están pero hay que cuidarlos” y planteó que estaban trabajando en la fiscalización. A su vez, en un día marcado por distinto tipo de amenazas recibidas por diversos sectores políticos y presumiblemente vinculadas a sectores afines a Milei, afirmó no creer que sea así y pateó la pelota hacia “el kirchnerismo” y militantes lgtb que habrían atacado a una militante suya. Lo único que quedó claro de sus dichos es su transfobia para ensuciar el debate.
En la última etapa de su intervención y ante la consulta de los periodistas, el derechista dejó en claro sus planes privatizadores: reafirmó su voluntad de cerrar los medios públicos como medios de “propaganda ideológica”, volvió a definir a Emilio Ocampo como su futuro presidente del Banco Central en caso de ganar la elección, con el objetivo de que “vaya y lo cierre”.
Sin embargo, y a tono con la demagogia de algunas de sus últimas intervenciones, dijo no querer privatizar el futbol y también volvió a plantear que “los libertarios no somos manada” para no tener que dar explicaciones por las polémicas amenazas que su referente Lilia Lemoine le hizo a una periodista que buscaba entrevistarla.
Por su parte, su contendiente, el actual ministro de Economía planteó como eje de la entrevista el Gobierno de unidad nacional al que apuesta y al que ha llegado a convocar a “sectores del liberalismo”, además de sectores de Juntos por el Cambio. Quizás el más notorio sea el caso de su amigo Gerardo Morales, el gobernador y represor jujeño, que viene mostrandole abierta simpatía y chocando en redes sociales con Macri y el propio Milei.
Esta insistencia en un gobierno de estas características fue de la mano con los objetivos que Massa planteó para el próximo período, entre los cuales enumeró el “déficit cero”, la unificación de empresas públicas o contrataciones más eficientes en empresas públicas. Es decir, un adelanto de que lo que se viene es un ajuste. La medida destinada a volver a la devaluación paulatina del dólar oficial ya adelanta en parte esto. Como Massa mismo indicó, todo esto viene siendo charlado con el propio Fondo Monetario y muestra que la voluntad de ajuste sigue firme, atada a los mandatos de este organismo.
Cuando le preguntaron si lo que le espera a la Argentina el próximo lunes es un ajuste, el candidato se atajó y planteó que eso sería atacar a los que menos tienen. Parte de su intervención, justamente, consistió en retomar la campaña de todo lo que puede pasar en caso de un eventual gobierno libertario, para intentar contrastar todo lo que se perdería, mientras buscó esquivar el bulto sobre el ajuste que ya viene llevando adelante en más de un año de mandato al frente de Economía.
Massa afirmó que con el, el 10 de diciembre se muere la grieta. Por eso mismo buscó apelar al federalismo y disputar los votos cordobeses (incluso nombrando su vieja alianza con De la Sota) y del resto del interior del país, a la vez que buscó separarse de Cristina Kirchner y plantear que a el “no lo maneja nadie”. En otro gesto que buscó apuntar en la misma dirección volvió a comentar que su eventual ministro de Economía va a pertenecer a otra fuerza política, aunque evitó dar precisiones. En este esquema conciliador Massa definió que Milei no es su enemigo sino solo su adversario. Particular definición para tratarse de un negacionista de crímenes de lesa humanidad.
La campaña termina por un lado con un candidato ultraderechista que viene de tropezar fuerte en el debate electoral y que viene oscilando entre plantear abiertamente los aspectos más radicales de su programa y hacer demagogia para intentar contener los votos que se le puedan escapar ante el temor de las consecuencias de su eventual gobierno. Por el otro, con el candidato que hoy está aplicando el ajuste y que, aunque de forma por momentos velada, da pistas claras de que su camino ahondará en esta dirección.
El próximo domingo las urnas definirán quién será el próximo presidente y se empezará a delinear cual de estos distintos programas se pondrá en marcha. Está claro que será necesario organizarse en cada lugar de trabajo y estudio para enfrentar estas distintas perspectivas.
