×
×
Red Internacional
lid bot

Artes. Al interior del Taller Ferrari

El taller abre sus puertas mostrándonos un recorrido no lineal del arte de León, como así también un espacio dedicado a las obras de su padre Augusto César Ferrari.

Martes 15 de febrero de 2022 16:38

El Taller Ferrari fue el lugar de trabajo de los últimos años del artista León Ferrari, y también donde guardaba muchas de sus obras. Hoy, abre sus puertas renovado luego de la pandemia, mostrándonos un recorrido del arte de León que no es cronológico, ni está signado por la contigüidad de los espacios, tampoco por un orden ortogonal de las instituciones legitimadas del arte, sino que propone una mirada sensible que contextualiza las obras del autor con los diferentes sucesos por los que fue atravesando su vida y sus inquietudes estéticas y políticas. Además, nos encontramos con un espacio dedicado especialmente a las obras de su padre, el arquitecto y artista italiano Augusto César Ferrari.

El Taller está abierto todos los viernes y sábados y las visitas guiadas se dan únicamente con cita previa en acá. Dichas visitas posibilitan un acercamiento más íntimo a la producción, el pensamiento y la forma de trabajo del artista. Desde la curaduría, apuestan a ‘seguir construyendo aquello que León defendía: pensar críticamente el rol del arte y la cultura en nuestra sociedad, manteniendo los ideales de lucha por los derechos humanos y la libertad’.

Mientras aguardamos en el patio y jardín, nos advierten que podremos hacia el final de la visita interactuar con las enormes esculturas que están dispuestas en el espacio abierto, situación que nos mantiene tan expectantes como luego nos iría sucediendo en cada tramo de la casa. La visita comienza de la mano de la guía que nos dirige hacia adentro de la casa. Los ojos no alcanzan para ver. La cantidad de obra que hay en las paredes y distintos recovecos es inconmensurable. Se suceden distintos estilos, materiales y series para contemplar hasta el infinito.

León es reconocido por su fuerte cuestionamiento a la Iglesia Católica, el poder y la represión en sus obras. En el 2004 al realizarse la retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta, su nombre estuvo en la tapa de todos los diarios generando un gran debate en el arte argentino sobre la censura, la libertad y la violencia. Hay muchas obras que fueron exhibidas en esa ocasión, se encuentra una de las obras que fue rota como parte de las manifestaciones en contra, como así también imágenes y collages que exponen la figura del entonces Jorge Mario Bergoglio, ahora conocido como papa Francisco, quién acusó al artista de que su muestra era "una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad" a lo que en su momento respondió el artista: "Si algo avergüenza a nuestra ciudad no es esta muestra, sino que se sostenga que hay que torturar a los otros en el infierno".

Como en todo taller, en este también puede verse una gran acumulación de materiales para trabajar. Mucho del trabajo de León es conceptual y para dar forma a sus ideas utilizaba materiales que en su momento eran considerados poco convencionales en el campo del arte como ser juguetes de plástico, botellas, maniquíes e imaginería cristiana, velas, cruces; diablos y santos de yeso, muñecos, preservativos, cotillón, entre otros, que están ordenados en inmensos muebles por diferentes locaciones del espacio. Da la sensación de que le gustaba disponer de cantidades grandes de un mismo material y a su vez de diversos objetos, para hacer un uso urgente de los mismos en la sucesión interminable de ideas que quería materializar.

En otros espacios conviven algunas de sus primeras esculturas abstractas de los años ´50 con gran cantidad de imágenes donde experimentaba con diversos materiales, en una búsqueda de lo lúdico en su producción. Dos salas están dedicadas a sus obras con poliuretano expandido, que por sus características de secado irregular y aleatorio le permitió trabajar con el azar realizando piezas de gran tamaño, que se pueden recorrer, como la obra “Los músicos”. La guía aduce que a León le gustaba pensar en que el propio material se convertía así en escultor, en coautor de sus obras.

En varias de las series trabajadas por León Ferrari, hay una relectura crítica de las narraciones oficiales de la historia, desde relatos bíblicos, donde a partir de reproducciones de infiernos pintados por los grandes artistas renacentistas son intervenidas con escritura, collage y el sistema braille; como así también de la historia argentina. Podemos ver imágenes de las series “Nosotros no sabíamos” (1976) y “Nunca más”(1995-2006), y los diarios de prensa intervenidos.

Casi llegando al final del recorrido nos sorprendemos con la sala de la obra de su padre Augusto Ferrari, que se hace posible gracias a la familia y al gran trabajo de investigación y contacto con investigadores sobre dicha obra, para recuperar parte de su historia familiar. León admiraba mucho a su padre. Esta sala contiene pinturas más tradicionales, fotografías con una estética muy particular, un estudio minucioso de los cuerpos y las formas, que eran usadas como bocetos y registros de algunos de sus trabajos arquitectónicos. Una de las grandes fotografías que se pueden ver es un retrato de Susana Celia el Pardo, la esposa y mamá de León, posando para una pintura como una esclava. Algunos de los trabajos que podemos encontrar en Argentina son: la decoración de la capilla del Divino Rostro, la reforma de la iglesia de San Miguel Arcángel, la construcción del claustro del Santuario de Nueva Pompeya y una serie de iglesias, capillas y casas en la provincia y en la ciudad de Córdoba. También concibió la Iglesia de los Capuchinos.

Como se había anunciando desde el inicio, pudimos regresar al patio de esculturas para jugar e interactuar con las piezas de gran escala, que no sólo podían tocarse, sino que producían sonidos y vibraciones que nos deleitaron en un concierto lúdico. Junto con esos sonidos nos quedaron reverberando infinidad de sensaciones, estímulos e ideas.

Un recorrido necesario para acercarnos a la complejidad del proceso creativo de uno de los artistas que recorrió los museos del mundo, que marcó indefectiblemente la historia del arte argentino e internacional.


Natalia Rizzo

Artista Visual, nacida en 1980, oriunda de Villa Luro. Es profesora Nacional de Bellas Artes y realizó la Maestría en Artes Electrónicas de la UNTREF. Miembro de Contraimagen y del equipo de diseño e ilustración de Ideas de Izquierda.

X