Palestina. Al menos 350.000 desplazados en Gaza: crímenes contra la humanidad y fake news de Israel

El número de palestinos muertos por los bombardeos del Estado de Israel sobre la Franja de Gaza sigue aumentando. La última cifra proporcionada por el Ministerio de Salud del Gaza asciende a 1.417 muertos (447 de ellos niños), de los cuales 151 fueron asesinados en las últimas 24 horas, y más de 6.200 heridos. Además, al menos 350.000 gazatíes tuvieron que ser desplazados por los bombardeos a 110 centros de refugiados.

Sin combustible ni electricidad los hospitales se encuentran en su punto más crítico. El Ministerio de Salud de Gaza publicó este jueves su última actualización advirtiendo que el sistema de salud "ha comenzado a colapsar verdaderamente".

El miércoles los residentes de Gaza pasaron su primera noche sin electricidad después de que la única central eléctrica se quedara sin combustible tras el anuncio de Israel de asediar la Franja cortando el suministro de electricidad, agua, alimentos y combustible y de bombardear el paso de Rafah, el único que comunica la Franja de Gaza con Egipto, impidiendo que ingresen medicamentos y otros insumos básicos.

La población de toda la Franja ya se enfrenta a una catástrofe humanitaria tras el asedio total del territorio por parte de Israel.

Gaza residents have spent their first night without electricity after the only power plant in the besieged enclave ran out of fuel.

Palestinians there say they are facing a humanitarian catastrophe following Israel’s total siege of the territory ⤵️ pic.twitter.com/nBd6IqkKKv

— Al Jazeera English (@AJEnglish) October 12, 2023

Este jueves el ministro de Energía israelí, Israel Katz, amenazó con empeorar la situación al decir que no se permitirán artículos de primera necesidad ni ayuda humanitaria en Gaza hasta que todos los rehenes israelíes sean liberados: "¿Ayuda humanitaria a Gaza? No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ningún grifo de agua y no entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes regresen a casa".

Más que una amenaza se trata directamente de la aplicación de una política de castigo colectivo que afecta a los más de 2 millones de habitantes de la Franja que ya viven literalmente en una prisión a cielo abierto y ahora ni siquiera pueden acceder a agua potable o energía.

La situación se agrava día a día y hasta el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidos afirmó recientemente que el asedio de Israel a Gaza está prohibido por el derecho internacional humanitario.

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Buscando intimidar aún más a los habitantes de la Franja, aviones israelíes están lanzando folletos sobre el norte de Gaza pidiendo a los residentes que evacuen sus hogares "inmediatamente" y se dirijan a "refugios conocidos" y llamando a la población a adherirse al ejército israelí para “evitar estar expuesto al peligro”. Una amenaza lisa y llana en la línea de las afirmaciones de los funcionarios del Gobierno ultraderechista de Netanyahu que llamó "animales humanos" a los gazatíes y amenazó con convertir al territorio en un desierto con tiendas de campaña.

Gaza, dolor en la oscuridad.

2,3 millones de personas, la mitad niños, confinadas sin servicios vitales. Hospitales colapsados. No tienen electricidad, agua, comida, conexión telefónica, ni combustible. Millones de personas atacadas por Israel están en riesgo de muerte… pic.twitter.com/TnySMQWKlN

— Palestina Hoy (@HoyPalestina) October 11, 2023

Los residentes palestinos de Beit Lahiya, en la región norte de la Franja de Gaza, dicen que la zona ya había sido atacada antes de que se lanzaran los volantes y que no están a salvo de ningún ataque aéreo. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos ha visto 10 de sus refugios afectados desde el inicio de la operación.

De hecho la mayoría de los gazatíes que huyen de los bombardeos o pierden sus casas terminan en campos de refugiados que en los últimos días también han sido bombardeados por Israel.

Para intentar justificar estos ataques brutales, el Gobierno israelí ha difundido una serie de fake news, la última de ellas que fue replicada por el presidente Joe Biden quién dijo que había visto imágenes de bebes decapitados durante el ataque de Hamas (que se cobró la vida de cientos de civiles). Sin embargo, la propia Casa Blanca salió a desmentir al presidente estadounidense: “Un portavoz de la Casa Blanca aclaró que los funcionarios estadounidenses y el presidente no han visto fotografías ni han confirmado tales informes de forma independiente”, informó el Washington Post el miércoles.

"El presidente basó sus comentarios sobre las supuestas atrocidades en las afirmaciones del portavoz de Netanyahu y en informes de los medios de comunicación de Israel, según la Casa Blanca". Todo lo hizo sin verificar y lo convirtió en una fake news mundial que apareció en las principales portadas de los diarios.

Al mismo tiempo la red social X se sumó a esta campaña de fake news, siendo la más propensa a recibir información no verificada relacionada con la guerra de Israel, incluidas denuncias de decapitaciones y violaciones. En paralelo a esta difusión de información falsa suministrada por Israel, la plataforma X anunció que comenzará a eliminar cuentas que difundan o muestren algún tipo de relación con Hamas, lo que significa en realidad una censura contra todos los que no cuenten la versión oficial del Estado de Israel, buscando un apagón informativo sobre las noticias provenientes de Gaza.

El alineamiento de Estados Unidos con Israel no solo implica la difusión de estas fake news sino un paquete de ayuda multimillonario y el envío de portaviones y suministros militares para seguir bombardeando a la población palestina. Para confirmar este apoyo este jueves llegó a Israel el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, que se reunirá con Netanyahu.

"Lo que está sucediendo es que una parte importante de la población palestina de Gaza está siendo exterminada", dijo este jueves Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados.
Albanese también habló sobre la decisión de Israel a principios de esta semana de cortar el suministro de agua, electricidad, alimentos y otras instalaciones básicas a Gaza, subrayando que matar de hambre a una población sitiada y privarla de lo esencial era un crimen de guerra: "Si es intencional y, en el contexto de un ataque generalizado y sistémico contra una población civil, también constituye un crimen contra la humanidad".

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