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Red Internacional
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Bono, inflación y después. Alberto Fernández: anuncios que no calman al bolsillo y una foto para la paz social

Los anuncios de Martín Guzmán y Alberto Fernández fueron acompañados por gran parte del Gabinete, el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, el dirigente de la CGT Pablo Moyano y el referente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico ¿Gestos para mantener la paz social?

Diego Iung @IungDiego

Lunes 18 de abril de 2022 21:24

Pocos minutos antes de las 19 horas de este lunes, Martín Guzmán y Alberto Fernández finalmente brindaron una conferencia de prensa que había sido anunciada y dilatada a lo largo de la jornada.

Los anuncios fueron acompañados por una amplia gama de dirigentes oficialistas, entre los que se encontraban Axel Kicillof, Sergio Massa, Santiago Cafiero o Juan Manzur. También fueron de la partida el titular de la UIA Daniel Funes de Rioja, Pablo Moyano por la CGT o el dirigente del Movimiento Evita Emilio Pérsico.

En la misma, finalmente dieron a conocer el bono de $ 18.000 en dos cuotas para los sectores informales, monotributistas y de casas particulares, que se pagará en mayo y junio. Luego, hicieron alusión a la ya dilatada iniciativa de un impuesto a la "renta inesperada", explicando que tendría lugar para recaudar un aporte económico de aquellos sectores que se están viendo beneficiados por el aumento de precios producto de la guerra en Ucrania y el alza de algunas materias primas, no precisaron cuando la misma se convertiría en un proyecto de ley ni sus alcances concretos. El cuestionado ministro de Economía se cuidó de precisar que sólo un pequeño sector se vería afectado por la iniciativa.

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Luego de la explicación dada por Martín Guzmán sobre estas medidas y proyectos, tomó la palabra Alberto Fernández, evitando confrontar con los grandes dueños del país: “Queremos pedirle a los que han tenido una ganancia extraordinaria que contribuyan a generar más equidad, igualdad en el desarrollo argentino". No parece casualidad que ante la presencia del titular de la UIA el Gobierno se haya cuidado de anunciar medidas que pudieran provocar algún "enojo" de los grandes empresarios. Lejos de eso, celebró las reuniones que están teniendo en este momento entre la UIA y la CGT para cerrar esta etapa de paritarias. Con una inflación anualizada que muchos estiman arriba del 60 % y una CGT que no saca los pies del plato, juegan fuerte los riesgos de que los salarios sean los que sigan perdiendo en esta "guerra".

Para finalizar y como si siguiera en campaña, Fernández volvió sobre su ya conocida fórmula: “Llegar a los últimos es mi mayor obsesión. Lo dije el 10 de diciembre de 2019 cuando asumí ‘Primero los últimos”, y hoy seguimos privilegiando esa lógica. Ese es el objetivo de todas estas medidas”. Si en su momento, entre jubilados y bancos y con un 80 % de imagen positiva Alberto había terminado por optar por los segundos, la frase hoy suena francamente cínica, sino absurda. En estos dos años de Gobierno se repitieron las escenas que dieron cuenta de un Gobierno blando con los poderosos (Vicentin) pero bien duro con los de abajo, como viene reforzando en estas últimas semanas el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, atacando a los acampes de desocupados. Lo único que queda claro es que los últimos nunca llegan y una inflación de arriba del 15 % en el primer trimestre amenaza pegarles aún más duro.

La presencia en el acto de un amplio elenco que va desde la representación empresaria a la CGT y los movimientos sociales alineados con el oficialismo poco tiene que ver con un esfuerzo para revertir esta situación, para la que siguen sin anunciarse medidas de fondo, que pongan un freno al descontrol de precios y la especulación empresaria.

Si en algo concuerdan estos sectores es en la necesidad de garantizar que esta bomba de tiempo que acumula bronca y hastío por abajo no explote. Aunque con fisuras y divisiones entre el oficialismo y la oposición, en lo que coinciden es en intentar evitar que el fantasma de la lucha de clases venga a poner en cuestión sus intentos de patear para adelante la crisis, empezando a poner en cuestión los condicionamientos de un país gestionado bajo las órdenes del Fondo.