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Red Internacional
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Asamblea Legislativa. Alberto Fernández: elogio de un "crecimiento" que no llega a millones y cruces con la Corte

El Presidente realizó un largo discurso donde reivindicó totalmente su gestión y la “moderación” de su gobierno. Un relato que niega el ajuste, la situación social de millones y el aumento de la desigualdad. Además dijo que “frenó los condicionamientos del FMI”. Fernández volvió a ofrecer al país para los negocios extractivistas del petróleo y la minería. En una parte de su discurso hizo una fuerte crítica a la Corte Suprema y fue respondido por la oposición de derecha en una defensa del Poder Judicial.

Miércoles 1ro de marzo de 2023 13:46

Foto Victoria Gesualdi | Télam

Foto Victoria Gesualdi | Télam

El presidente Alberto Fernández inauguró, este miércoles, el 141° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Todo indica que es su último discurso como mandatario en una instancia de estas características. Por eso, en la previa se discutió mucho sobre cuánto de "balance" tendría y cuánto de "perspectivas", en el marco de las próximas elecciones presidenciales.

Defensa de la "moderación". El discurso, de más de una hora y media de duración, se mostró como un pretendido balance de su gestión que tenía mucho de relato. Fernández arrancó remarcando nuevamente el "contexto" del gobierno del Frente de Todos, como la pandemia, la guerra y la "desinformación de las políticas del gobierno". Entonces inició un autoelogio de su "moderación", que habría logrado "muchísimos aciertos", logró "enfrentar a los acreedores privados y pude ponerle freno a los condicionamientos del FMI", "puso en pie el sistema de salud" y "se empeñó en que la democracia se expanda y respete en toda la región" (sin decir una sola palabra en todo su discurso del actual golpe institucional y la masacre en Perú).

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Persecusión y enriquecimiento. Fernández dedicó distintos fragmentos a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que se encontraba a su lado. Dijo que estuvo "al lado de Lula cuando lo encarcelaron, con Evo Morales cuando fue derrocado y con Cristina cuando es injustamente acusada" aunque aclaró, por si hiciera falta, que "nunca podrán decir que me he enriquecido".

En ese tramo eligió hacer uno de los primeros contrapuntos. Ante la presencia de los jueces supremos Rosenkratz y Rosatti, dijo "que la Justicia argentina vuelva a abrazar al Derecho y deje de servir a factores de poder".

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En términos de economía, Alberto se enfocó en los números que maquillan la imagen de su gestión, dejando deliberadamente de lado las consecuencias del ajuste que su gobierno viene aplicando sostenidamente, sobre las condiciones de vida y los ingresos de las mayorías trabajadoras y el pueblo pobre.

Fernández eligió números de empleo, salarios y "crecimiento" y omitió otros. Como el que marca que más de la mitad de los niños y niñas son pobres, que los salarios reales cayeron en su gestión (brutalmente para quienes trabajan en la informalidad), o que el reparto de la riqueza se inclinó en los últimos años a favor de los dueños del país y en perjuicio del pueblo trabajador, continuando la obra del macrismo.

Esas definiciones fueron retomadas al final cuando aseguró que "para nosotros gobernar es generar igualdad". Sin embargo, la desigualdad en estos años ha profundizado los índices que venía arrastrando desde los últimos años. Por ejemplo, que tras el acuerdo con el FMI los trabajadores transfirieron U$S 20.250 millones más a los empresarios.

Elogio de Massa. Fernández dedicó un fragmento al superministro Sergio Massa, aplaudido por todos los sectores del Frente de Todos. "A pesar de los cataclismos tantas veces anunciados, continuamos ordenando nuestra economía", dijo el Presidente y agregó que lo están "haciendo con el esfuerzo de todos y todas en el Gobierno". Pero señaló especialmente y agradeció "el compromiso de Sergio Massa, quien dejó la Presidencia de esta Cámara para venir a sumarse a la compleja tarea de conducir el Ministerio de Economía". En su silla, Massa sonreía ante el aplauso de todas las alas del peronismo.

Sin hacerse mucho cargo de cómo su gestión cosechó una inflación de casi el 100 % anual, Fernández afirmó que la suba de precios "constituye un problema estructural" y que él y Massa están "abocados a reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el crecimiento". Algo que se contradice con la realidad.

El ajuste fiscal del FMI. En una maniobra de palabras, Fernández reconoció que sigue el plan del FMI pero sería algo que ya se sabía desde antes. "No necesitamos al FMI para saber que debemos lograr el equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit en nuestras cuentas públicas. Porque, aunque no sea factible alcanzar ese objetivo de la noche a la mañana, el equilibrio fiscal debe ser nuestro horizonte" dijo el Presidente.

Como en los discursos que se acostumbran últimamente, Fernández optó por relacionar su relato con algunas "historias personales" que confirmarían las afirmaciones sobre su gestión. Desde personal de Salud, a empresarios "nacionales", mujeres trabajadoras y que han sufrido violencia de género fueron mencionadas por su nombre. Más allá de las historias abnegadas de las personas elegidas, sus casos no pueden ocultar la situación de miles y miles de trabajadoras de la Salud, maestras, obreras y desocupadas que sufren y luchan contra el ataque a sus condiciones de vida, sus salarios, los servicios sociales para los que trabajan o su propia salud y sus vidas.

Extractivismo. En una muestra de sinceridad, Fernández aseguró que su gestión abraza el extractivismo. "Argentina es la energía que necesita el mundo" prometió. Y aseguró que "estamos dando grandes pasos en la explotación del Litio" y "debemos destacar el nuevo panorama que se abre a la explotación minera".

En el último tramo de su discurso eligió volver al debate, en este caso con Juntos por el Cambio y específicamente contra Rodríquez Larreta, con quien el gobierno mantiene un litigio. "Los episodios recientes en la disputa por los recursos nacionales y su coparticipación con nuestras provincias hicieron evidente cual es el bloque de intereses tradicionales que pretenden consolidar las enormes asimetrías que aún existen en la Argentina". La crítica a la política centralista de Larreta omitió que las "asimetrías" han sido sostenidas sin pausa por los partidos tradicionales que han gobernador el país, peronistas, radicales y macristas.

En ese momento hubo críticas desde la bancada opositora de JxC. También cuando dejó de lado "la moderación", al menos discursiva, y aseguró que "los que atentaron contra la Constitución son los que armaban mesas judiciales y perseguían con recursos estatales a jueces, a periodistas, a políticos opositores y hasta a sus propios compañeros. No pretendan ahora dar lecciones de institucionalidad y fervor democrático. Solo quiero dejar en claro quien respeta la República y quién no. Nosotros no designamos jueces integrantes de la Corte Suprema por decreto".

En ese tramo hubo silbidos y gritos de la oposición de derecha que de esa manera defendió al Poder Judicial.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario