El Ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, renueva la licencia de una docena de compañías de juego online que operan desde Malta, Irlanda o Luxemburgo y de otras que se trasladan a Ceuta.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Martes 6 de abril de 2021
El ministro “comunista”, Alberto Garzón, que se había propuesto terminar con el negocio de las apuestas, ha renovado la licencia de una docena de compañías de juego online, de las cuales la mayoría operan desde países con ventajas fiscales como Irlanda, Malta o Luxemburgo, aunque algunas como Sportium Apuestas Digital y Codere operan con domicilio social en Madrid.
La plaga del negocio de las apuestas crece en España de un modo fenomenal, triplicando sus ingresos en cinco años (pasando de 338 millones en 2015 a 851 millones en el cierre del último ejercicio a finales de 2020). Las casas de apuestas han crecido un 13,7% alcanzando un volumen récord de negocio y el número de cuentas activas ha pasado de 1,5 millones a 2,9 millones, siendo el número de jugadores de 1,48 millones de personas según la Dirección General del Juego.
Es nada menos que en este momento álgido en que el ministro de Consumo ha decidido renovarles la licencia a estas compañías, a pesar de que lo único que se le pedía a su ministerio desde los movimientos sociales, es que acabase con esta plaga que arrasa en los barrios obreros. Un ministerio creado casi en exclusiva para esta tarea y para esta persona y que sin embargo lleva sus movimientos en la dirección contraria.
El dirigente de IU y el PCE lleva desde inicios de la legislatura demostrando que su posición institucional de poco sirve para confrontar esta problemática social. No solo presentó tibias medidas insuficientes, sino que estas siquiera duraron un año completo antes de ser derogadas por el Consejo de Ministros.
De esta forma, el ministro de Unidas Podemos ha demostrado no sólo la inutilidad de su cargo institucional, sino que ahora deja al desnudo su complicidad con el negocio de las apuestas, ya que este tipo de movimientos no responde como acostumbran a decir un problema creado por una “correlación de debilidades”, sino directamente a una adaptación escándalos a la institucionalidad capitalista y al respeto absoluto a la propiedad privada. Una situación que ya provocó el rechazo de activistas, donde sectores de los movimientos de barrios habían puesto sus esperanzas en las promesas del ministro y que vieron otra vez como Izquierda Unida y el PCE, en su continua integración en el Régimen, les decepcionaba una vez más.
Mientras las juventudes del PCE lanzan alguna campaña en contra de las casas de apuestas poniendo las esperanzas en la acción de su ministro, este se dedica a operar como cualquier otro ministro capitalista, gestionando en favor en última instancia de los intereses de los grandes empresarios.
Roberto Bordón
Andalucía