×
×
Red Internacional
lid bot

Crisis migratoria. Alemania refuerza sus políticas antiinmigrantes

Olaf Scholz tomó recientemente una serie de medidas para fortalecer la política antiinmigrante de Alemania: más deportaciones, refuerzo de la policía de fronteras, acuerdos económicos con los países de salida. Una política que se despliega en toda Europa.

Miércoles 17 de mayo de 2023 22:34

El 10 de mayo, tras una reunión con los 16 líderes de los Länder alemanes [NdT: Estados-Regiones], el gobierno alemán tomó una serie de medidas para luchar contra la “inmigración ilegal”. Bajo la lógica racista del “buen y el mal migrante”, Alemania se prepara para dar un salto en la represión de los migrantes en las fronteras así como en el seguimiento y expulsión de estos últimos. Una política global de los países miembros de la Unión Europea, de cara al próximo Pacto Europeo de Asilo e Inmigración previsto para 2024.

Un nuevo salto en la política xenófoba alemana

Las medidas anunciadas por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz (al frente de una coalición con los Verdes y los Liberales) se despliegan en dos ejes: reforzar las medidas represivas dentro del territorio y cerrar aún más las fronteras.

Para el primer punto, el gobierno alemán tiene la intención de basarse en una revisión de los sistemas informáticos para mejorar las capacidades para procesar las solicitudes de asilo o visa de manera expedita para poder configurar más fácilmente la expulsión de aquellos que fueron rechazados.

Paralelamente a esta agilización administrativa de los trámites para la posterior deportación, el gobierno está planificando cambios normativos para poder confinar de forma más sistemática y prolongada a los solicitantes de asilo, por lo que se deberá aumentar la duración máxima de la detención con vistas a la deportación de 10 a 28 días

Además, Olaf Scholz pretende apoyarse en acuerdos incitativos o restricciones económicas hacia los países de salida para hacer aceptable la multiplicación de las expulsiones, según informa France 24: "Se trata de facilitar la llegada de personal cualificado de estos países, pero a cambio, de concluir acuerdos muy claros sobre el retorno de los que serán rechazados", declaró Olaf Scholz.

Por otro lado, la canciller y los gobiernos federales también planean tener un control policial más sistemático en las fronteras mediante acuerdos bilaterales con estos países vecinos, como ya hace con Austria o Francia. El acuerdo con Francia consiste en la creación de un cuerpo policial común para reprimir más duramente a los migrantes que intenten cruzar la frontera entre ambos países como consecuencia de la denegación de solicitudes de asilo. Este es el sentido de la solidaridad y la cooperación para la Unión Europea del capital y los alambres de púas.

Una política integral de la UE y la OTAN

El Pacto de Asilo e Inmigración previsto para la primavera de 2024 prevé una homogeneización de la normativa europea en la misma línea que la propuesta por Scholz o en Francia por Macron. La UE se prepara, una vez más, para la escalada de seguridad en las fronteras (drones, torres de vigilancia, refuerzo de Frontex) al tiempo que perfecciona la caza de migrantes, ya sea a través de intercambios bilaterales entre países miembros o el refuerzo de Eurodac, el sistema biométrico que permite la identificación de cualquier persona que entre en el espacio Schengen [NdT: así se denomina a las fronteras externas de la UE] y por tanto el seguimiento de los migrantes. Los imperialistas europeos pretenden poner todo su peso sobre los países semicoloniales para acelerar las expulsiones, aunque eso signifique amenazar económicamente a países como Pakistán, como decía Ursula Von Leyer en una carta enviada el 27 a finales de enero: Es necesario actuar con rapidez para garantizar el retorno efectivo desde la Unión Europea a los países de origen, utilizando como palanca todas las políticas, instrumentos y herramientas pertinentes de la UE.

Esta orientación ya estaba en el centro de las resoluciones de la cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid en junio de 2022, que definía la inmigración como una “amenaza híbrida”. Dentro de la Unión Europea, las mismas políticas se aplican en los distintos Estados ya sea que estén gobernados por la derecha o por la izquierda.

Así, si Pedro Sánchez (presidente del Gobierno español al frente de la coalición PSOE/Podemos/PCE) rechaza la construcción de nuevas alambradas financiadas con fondos europeos (simple discrepancia contable), está al frente del modelo que quiere reforzar la dependencia económica de los países de origen de los migrantes para utilizar estos últimos como moneda de cambio frente a la "ayuda al desarrollo". Promete que "España trabajará duro para llegar" a un consenso sobre el pacto europeo en materia de inmigración. De hecho, España ahora externaliza directamente el tratamiento de los inmigrantes a la monarquía marroquí y deja que la gente muera en las alambradas de Ceuta y Melilla.

En Bélgica, además de restringir el acceso a la reunificación familiar, el acuerdo del gobierno de marzo sobre migración da al gobierno la posibilidad de duplicar las deportaciones en el espacio de dos meses. Para ello, el primer ministro Alexander De Croo ha puesto en marcha una mejor "cooperación" con los países de origen para poder acelerar las deportaciones al tiempo que facilita el sistema legal de deportación y el seguimiento de los migrantes con el establecimiento de nuevas fuerzas represivas.

No es necesario estar en la Unión Europea para seguir las mismas políticas, ya que en Inglaterra, el primer ministro conservador Rishi Sunak está trabajando en un proyecto de ley de inmigración que permitiría detener a los migrantes ’ilegales’ en transbordadores, campamentos militares o prisiones sin posibilidad de fianza o revisión judicial dentro de los primeros 28 días de su detención, hasta que puedan ser deportados. Tras los acuerdos con Ruanda, el Reino Unido ahora también puede utilizar este país como zona de transferencia para deportar e internar allí a los solicitantes de asilo . El gobierno inglés también está trabajando en una revisión informática de los sistemas de registro y deportación de inmigrantes.

En toda Europa se están haciendo esfuerzos hacia la racionalización burocrática, la aceleración de los procedimientos y el fortalecimiento de las fuerzas policiales, destinadas a hostigar, violar a los migrantes, perseguirlos hasta el punto de desgarrar tiendas de campaña como tan bien hace la policía francesa. Recientemente, Olivier Véran, que sueña con ser un baluarte contra la extrema derecha, explicaba que así es como podría hundirse la extrema derecha. Al mismo tiempo que degradan las condiciones de vida y de trabajo, los socialdemócratas, los liberales y la derecha de todo el continente aplican ya el programa de la extrema derecha cuando no están directamente aliados con ella.

Gérald Darmanin ahora incluso apunta a hacerlo peor que la extrema derecha, como lo ilustra su xenófoba superación con Giorgia Meloni, cada uno acusando al otro de represión insuficiente.

Detrás de las tensiones temporales, todos tienen el objetivo de seguir haciendo del Mediterráneo un gran cementerio. En Francia, mientras el gobierno vuelve a poner sobre la mesa la Ley de Inmigración y realiza su operación imperialista y colonial en Mayotte, urge que el movimiento social que se ha levantado contra la reforma de las pensiones se movilice contra estas políticas racistas y asesinas y llame por la apertura de fronteras y la regularización masiva de los inmigrantes indocumentados.

Traducción del original en Révolution Permanente.