El martes se informó que dos misiles de supuesto origen ruso impactaron en una granja en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania. El hecho encendió las alarmas por un posible ataque a un miembro de la OTAN. Tras conversar con Biden el presidente polaco matizó la versión y este miércoles afirmó que el misil "muy probablemente" no era ruso sino de la defensa aérea de Ucrania.
Martes 15 de noviembre de 2022 18:52
Este martes los medios de Polonia mostraron imágenes de un vehículo agrícola de impacto profundo y volcado en una granja, cerca de la ciudad de Przewodow, en el este del país cerca de la frontera con Ucrania. Según los reportes, que fueron tomados por la agencias de noticias internacionales, el hecho habría sido producto del impacto de dos misiles rusos, según las primeras informaciones.
Hubo reuniones de emergencia del G7, los miembros de la OTAN y del presidente polaco, Andrzej Duda, con el estadunidense Joe Biden, tras las cuales no solo declinaron activar el artículo que dispara la defensa unificada ante un ataque a un miembro de la OTAN, como es Polonia, y finalmente Duda dijo que el misil que explotó en su país "muy probablemente" era de la defensa aérea de Ucrania y no de Rusia.
Tras la caída de los misiles, uno de los primeros en afirmar que los misiles eran de Rusia fue el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. En su declaración, claramente intencionada cuando el hecho todavía no es claro, dijo que "hoy ha ocurrido lo que llevamos advirtiendo mucho tiempo. El terror no se limita a nuestras fronteras nacionales. Misiles rusos han impactado en Polonia", según lo publicado a través de su cuenta de Telegram.
Desde Rusia aseguraron que no habían efectuado ataques contra objetivos cerca de la localidad polaca de Przewodów y calificaron de "provocación deliberada" las afirmaciones de medios y funcionarios polacos sobre la supuesta caída de misiles en la frontera entre Ucrania y Polonia.
"No se realizaron ataques contra objetivos cerca de la frontera estatal entre Ucrania y Polonia por medios de destrucción rusos", afirmó el Ministerio de Defensa mediante un breve comunicado.
El Gobierno polaco rápidamente salió a anunciar que mientras investigaba la explosión cerca de su frontera con Ucrania había decidido aumentar la disponibilidad de "algunas unidades militares y de combate". Polonia también solicitó una reunión de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), organización de la que el país es miembro, invocando el artículo 4 del tratado de la alianza.
Los Gobiernos de Estados Unidos y las principales potencias europeas se enfrentaban a una posible escalada militar, y buscaban poner paños fríos a la situación ya que financiar a Ucrania en la guerra con Rusia no es lo mismo que verse involucrados directamente en una guerra.
La comunicación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con su par polaco tenía el objetivo de evitar que las tensiones sigan aumentando.
Desde el Pentágono se habían mostrado cautos sobre las posibles consecuencias del supuesto ataque ruso en Polonia. El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, país que vienen sosteniendo militar y financieramente a Ucrania, el general de brigada Pat Ryder indicó en una rueda de prensa que está evaluando esas informaciones aparecidas en medios de comunicación.
"No tengo ningún dato que corrobore que ha habido un bombardeo con misiles" en suelo polaco, apuntó Ryder. Luego agregó, ante pregunta sobre cuál sería la reacción de EE.UU. de confirmarse el ataque contra Polonia que es miembro de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que su país mantiene los "compromisos de seguridad" y con el Artículo V de la Alianza Atlántica, de defensa colectiva. "Hemos dejado más que claro que defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN", avisó.
Más contundente fue el presidente Biden al decir que era "poco probable" que se disparara desde Rusia el misil que provocó una explosión en Polonia. Consultado sobre el hecho en la cumbre del G20, Biden dijo "Hay mucha información que contradice eso. No quiero decirlo hasta que investiguemos por completo, pero es poco probable, debido a la trayectoria, que fuera disparado desde Rusia".
En este contexto finalmente el presidente polaco, Andrzej Duda, dijo que no hay evidencia clara de quién disparó el misil: "De momento no tenemos una prueba inequívoca de quién disparó el misil, una investigación está en marcha. Era muy probablemente de fabricación rusa". Aunque dijo que eran "probablemente de fabricación rusa".
Polonia dejó la duda abierta para justificar su insistencia en un mayor involucramiento de la OTAN. Horas antes el Gobierno había invocado el artículo del Tratado de la alianza, que dice "Las Partes se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes fuese amenazada". Se trata de la apertura de una ronda de consultas pero no incluye inmediatamente decisiones de índole defensiva. De hecho, los países Bálticos ya lo invocaron justo cuando empezó la invasión rusa de Ucrania el pasado mes de febrero.
El gobierno polaco, después de una investigación preliminar, consideraron que el proyectil que cruzó la frontera ucrania hasta caer seis kilómetros de ella fue por accidente; y que no parece necesario activar el artículo 4 de la Alianza Atlántica, que prevé consultas entre aliados en caso de amenaza a “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes”. Varsovia sigue recogiendo pruebas para aclarar el incidente con el apoyo de Estados Unidos y el resto de países de la OTAN.
Diferente sería la situación si Polonia hacía uso del artículo 5. "Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para res-tablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte", recoge.
La noticia tomó puso en alerta a Europa. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la Alianza Atlántica está "haciendo un seguimiento" de la explosión en Polonia, y subrayó la importancia de que "se establezcan todos los hechos", ante informaciones de medios locales. En su cuenta de Twitter, Stoltenberg informó que se contactó con el presidente polaco, Andrzej Duda, "sobre la explosión en Polonia".
"La OTAN está haciendo un seguimiento de la situación y los aliados están consultándolo de cerca. Importante que se establezcan todos los hechos", añadió el secretario general de la Alianza.
Este miércoles, sin embargo, Andrzej Duda dijo que el misil que explotó en su país "muy probablemente" era de la defensa aérea de Ucrania, matizando todas las versiones previas y poniendo paños fríos a los que durante unas horas había escalado generando alarma mundial.
Este hecho ocurrió en el marco de que Rusia viene perdiendo terreno en suelo ucraniano y ha lanzado bombardeos sobre diferentes ciudades ucranianas, afectando a la población civil, en un intento por menguar las fuerzas dirigidas por el gobierno de Volodymyr Zelensky que se han reforzado gracias al armamento y los millones aportados por las principales potencias imperialistas.
La situación de este martes, muestra la posibilidad, cierta, de una escalada descontrolada para los principales miembros de la OTAN, ya que Polonia, que se ha mostrado abiertamente antirusa, es parte de esa alianza y de haber un enfrentamiento abierto con Rusia llevaría a que Estados Unidos, Alemania, Francia y otras potencias se tengan que involucrar directamente en el terreno de combate, haciendo que la crisis abierta con la invasión rusa a Ucrania cambie con consecuencias mucho más graves que las actuales.
Esta posibilidad generaría mayores penurias, no solo para los trabajadores y el pueblo ucraniano y ruso, también para millones en Europa y todo el mundo por el impacto económico, teniendo en cuenta que la guerra actual ya ha generado mayor inflación, crisis de energía y escases de alimentos.
El fin de este conflicto no llegará de los sectores en pugna, ni la reaccionaria invasión rusa, ni el aprovechamiento de las potencias imperialistas que usan la guerra para aumentar sus gastos militares, pueden ofrecer una salida progresiva a la crisis actual.