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Red Internacional
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OPERACIÓN ARAÑA III. Alfredo Remírez: primer encarcelado por publicar en Twitter

Alfredo Remírez es el primer condenado y encarcelado por escribir en las redes sociales. Con represión, son callados desde un pueblo que lucha por su autodeterminación, hasta un “tuitero”. La justicia burguesa opta siempre por la censura.

Gastón Gurski Estudiante de Cs. de la Comunicación

Kevin Wright

Kevin Wright @kevouv

Jueves 9 de noviembre de 2017

Foto: El País

El pasado 4 de noviembre, ingresó a la prisión de Basauri la primera persona que vivirá tras las rejas por expresarse a través de la red social Twitter. Alfredo Remírez tiene 37 años y fue detenido en el marco de la llamada Operación Araña III, desarrollada por la Guardia Civil del Estado Español y ordenada por la Audiencia Nacional sobre delitos de “enaltecimiento del terrorismo” o “humillación de las víctimas en redes sociales”, delitos cuya pena máxima pasó de los dos a los tres años de cárcel luego de la reforma del Código Penal que entró en vigor en julio de 2015. La justicia burguesa esgrime sus armas represivas y de censura para dejar en claro que puede imponer su autoridad sobre las personas y hasta sus manifestaciones virtuales.

Conocido en Twitter como @erreharria, Remírez posee dos sentencias por “enaltecimiento a presos de ETA”; la reincidencia en el delito de enaltecimiento del terrorismo –tiene una sentencia dictada por la Audiencia Nacional y confirmada en julio de 2009 por el Tribunal Supremo y otra por dar la bienvenida en Twitter que expresó a miembros de ETA al salir de prisión– lo encuadra en una detención en 2015 y una condena efectiva en el corriente año.

En la primera edición de la Operación Araña (2014), ordenada por el juez Eloy Velasco, la Guardia Civil recorría varias provincias españolas arrestando más de 20 personas por comentarios en Facebook y Twitter que habrían “ensalzado” a ETA, a los GRAPO o a los yihadistas. Desde ese momento ha contado con cuatro fases, Operación Araña I y II en el 2014; III en mayo del 2015; IV en abril del 2016.

Según el informe 2016/17 de Amnistía Internacional, publicado en su web oficial, que documenta la situación de los derechos humanos en 159 países, se calificó a la Operación Araña entre los casos de “restricciones injustificadas de la libertad de información, expresión y reunión”.

Campaña alFREEdo

Cientos de personas se concentraron el viernes en la plaza de Amurrio, localidad alavesa en donde vive Alfredo, para mostrar su apoyo y despedirse antes de su entrada en prisión. La caracterización “tuitera” del reclamo, su campaña de solidaridad y denuncia, se ha transformado con su propio nombre en una exigencia de libertad: #alFREEdo.

“En 2005, yo y otro compañero de mi cuadrilla de fiestas del pueblo hicimos dos muñecos de cartón a tamaño real con las fotos de dos presos del pueblo para denunciar la dispersión como medida cruel contra los presos, sus familiares y amigos. En 2009 fuimos juzgados por ello y nos cayó una condena de un año de cárcel y seis más de inhabilitación”, explicaba Alfredo Remírez a El Salto en una entrevista publicada el 10 de octubre.

El juez suspendió el cumplimiento de la condena por los muñecos al no tener Alfredo antecedentes penales y ser la pena menor a los 2 años de prisión. No obstante, la misma Audiencia Nacional que encarceló a los presos políticos en Catalunya, ha ordenado su entrada en prisión.

La defensa del acusado aceptó un acuerdo por el que asumía una condena de un año y medio de prisión y una inhabilitación de 14 años y seis meses para eludir entrar en prisión.

Un amigo del detenido expresó en redes sociales su repudio a la determinación del Gobierno para su detención, “te ha tocado a ti la lotería, compañero, de ser el primero que vas a pasar por prisión como consecuencia de opinar en las redes sociales, lo cual crea un precedente muy tétrico y abre la puerta a la barra libre a la represión y al encarcelamiento de personas por sus opiniones”.

La libertad de expresión es un derecho fundamental que históricamente la clase dominante ha suprimido y limitado a voluntad. Todos los avances que resultaron en relación al ejercicio libre de éste fueron gracias a la movilización y protestas populares mundiales que intentaron arrebatarle a los “dueños del poder” las conquistas respectivas que ampliaron el campo de la libre comunicación.

El caso de Alfredo debe impulsarnos a todos a expresarnos en la calle por su libertad. El uso cada vez mayor de las redes sociales, al estar supeditado a todos los aparatos de control social de las instituciones dominantes, es una exteriorización del “panóptico” que flota sobre nuestras cabezas y que quiere decirnos hasta lo que debemos decir. “Le llaman democracia y no lo es”, cantaba el 15M. Y sigue sin serlo.

La proscripción al derecho a la autodeterminación de Catalunya se halla en el extremo opuesto de la soga que encarcela a Alfredo; sin embargo, en ambos casos, se niega el derecho a decidir y la libre expresión. “La democracia burguesa es el mejor envoltorio de la dictadura del capital”, decía Lenin. Una dictadura en función de preservar las ganancias y los privilegios de los capitalistas con la que debemos terminar mediante la organización y movilización política. Esa es nuestra responsabilidad.