¿Algoritmos, marxismo y lucha de clases? Un algoritmo es una acción que en las ciencias de la computación implica ciertas reglas, actividades calculadas para que luego de varios pasos sucesivos, que no generen dudas a quien deba programar dicha actividad, pueda resolver un problema o varios problemas.
De las matemáticas simples a la más compleja red de sistemas para solucionar problemas, la sociedad depende más de los algoritmos. Dos casos emblemáticos que demuestran que éstos no son neutrales son el de Amazon, en el que un “algoritmo” mostró resultados sexistas para la contratación de personal; y el caso del FMI, que está pensando “un algoritmo” para pensar las predicciones económicas.
En otro caso, la elección que generó la victoria de Donald Trump en Estados Unidos da muestra del uso de los algoritmos y de programaciones. La venta de paquetes enteros de información privada de redes sociales como Facebook generaron una base de datos para seccionar la información y direccionar la campaña electoral. El caso de Cambridge Analytica, en el que el dueño de Facebook estuvo implicado en vender datos personales, puede causar escalofríos.
Las compañías, los partidos y sus gobiernos usan la información privada en el Big Data para seleccionar los gustos, pensamientos y datos de los individuos. Un algoritmo matemático usado por los creadores de Facebook pueden saber dónde están los usuarios, con quien se relacionan, qué ideas políticas tiene, qué marcas siguen y a qué políticos eligen: un gran hermano digital.
Un banco puede saber cuál es un crédito de más riesgo, una empresa como Amazon cuál es el trabajador menos eficiente y que debe ser despedido, las grandes empresas farmacéuticas nuestros historiales clínicos: los datos del Big Data procesados por una computadora pueden, con la frialdad más cruel, dar resultados inmediatos que controlan nuestras vidas.
El algoritmo contra la lucha de clases
Decía Felix Guattari en los años 1980, años de retroceso neoliberal después de los movimientos sociales de 1960, “estoy persuadido de que todas las variantes posibles de otro mayo de 1968 ya han sido programadas por IBM." A pesar de que no le tocara vivir el siglo XXI, esta frase sintetiza mucho de lo que está sucediendo hoy en día.
Diario.es publicó un texto titulado “La próxima revolución política será por el control de los algoritmos”. [1] En él relata la entrevista a la especialista Cathy O’Neil, matemática con doctorado en Harvard y posdoctorado en MIT. Ella sostiene que el algoritmo es desigual y es un arma de destrucción matemática. Dice: “puede ser que un algoritmo pueda decidir quién accede a la libertad condicional racista: uno que determine qué barrios sufren una mayor presión policial en función de la presencia de minorías.”
Juan Carlos Monedero, teórico del neorreformista y cada vez más conciliador Podemos, en su libro La izquierda que asaltó el algoritmo señala ciertos temas del uso de los algortimos como material contrarrevolucionario: “el big data ha entregado la posibilidad de esconder la búsqueda invariable de dinero a través de la utilización de debilidades, miedos, esperanzas y deseos de las mayorías. Los servicios de inteligencia pueden ocultar por qué han abatido a una persona —lo señaló el algoritmo— las autoridades educativas pueden despedir a un profesor —lo señaló el algoritmo— las autoridades sanitarias pueden obligar a usar una vacuna inútil —lo señaló el algoritmo— tus ocho horas de trabajo tiene que asemejarte a un robot humano —el sueño del algoritmo”. [2]
Realmente las grandes empresas y sus gobiernos usan el Big Data como instrumento de control social contra la población. Según O ‘Neil el algoritmo sirve “para calificar a profesores y estudiantes, conceder (o negar) préstamos, ordenar currículos, evaluar a los trabajadores, dirigir a los votantes, determinar horarios comerciales e incluso fijar condenas judiciales” —señala para otro portal Vanguardia.
Marx y el general intelect: tomar por asalto el cielo negro del Big Data
En medio del centenario del nacimiento de Karl Marx se publicó en Nuso un texto polémico de la corriente “aceleracionista” sobre los algoritmos y el “general intelect” que se puede leer acá.
Según dicho texto los algoritmos “codifican una cierta cantidad de saber social (extraída de la que elaboran matemáticos, programadores, y también las actividades de los usuarios), pero no son valiosos por sí mismos. En la economía contemporánea, son valiosos solo en la medida en que permiten la conversión de tal saber en valor de cambio (monetización) y su (exponencialmente creciente) acumulación (los titánicos cuasimonopolios de la internet social)” . [3]
O sea, según los “aceleracionistas”, el Big Data y los algoritmos pueden ser leídos con el texto de Karl Marx sobre el “Fragmento de las máquinas”. Un bello texto que, aunque no puede ayudarnos a pensar la totalidad de los problemas del tiempo presente, da algunas pistas.
Dice Karl Marx:
“La naturaleza no construye máquinas, ni locomotoras, ferrocarriles, telégrafos eléctricos. Son éstos, productos de la industria humana: material natural, transformado en órganos de la voluntad humana sobre la naturaleza o de su actuación en la naturaleza. Son órganos del cerebro humano creados por la mano humana; fuerza objetivada del conocimiento. El desarrollo del capital fixe revela hasta qué punto el conocimiento o conocimiento social general se ha convertido en fuerza productiva inmediata, y, por lo tanto, hasta qué punto las condiciones del proceso de la vida social misma han entrado bajo los controles del general intellect y remodeladas conforme al mismo. Hasta qué punto las fuerzas productivas sociales son producidas no sólo en la forma del conocimiento, sino como órganos inmediatos de la práctica social, del proceso vital real”. [4]
Siguiendo la definición de Marx y los algoritmos, según los aceleracionistas, “En la medida en que constituyen capital fijo, algoritmos como PageRank de Google o EdgeRank de Facebook aparecen «como supuesto frente al cual la fuerza valorizadora de la capacidad laboral individual desaparece como algo infinitamente pequeño» y es por esto que las demandas de retribuciones individuales por el «trabajo gratuito» de los usuarios están mal conceptualizadas.”
O sea. El algoritmo es parte del “general intelect” de la humanidad. Es, aunque hoy usado de un modo contrarrevolucionario, despótico y reaccionario, parte de la actividad creadora de la humanidad. En el pasado, Siglo XIX, los luditas pensaban que las máquinas eran sus enemigas porque les explotaban. Realmente los luditas al destruir las máquinas destruían parte del general intelect de la humanidad. Karl Marx sostenía que las producciones del capital debían de ser expropiadas al servicio de la sociedad en su conjunto.
Diríamos que el control de la tecnología total del capital se podría convertir en una potencia productiva social de toda la humanidad y con ello de la riqueza general total. No será posible una sociedad sin clases sin la socialización de lo producido por el general intelellect total del planeta.
Por un lado, es un error pensar que dado que los algoritmos son instrumentos de control no debemos usar redes sociales desde un punto de izquierda. Pero también lo es su uso sin actividad en las calles y en la lucha de clases.
En la lucha de clases de 2011 los hacker con conciencia social y las grandes campañas de lucha para publicar las estrategias del poder y del mal uso del Big Data han sido parte de la lucha de clases. Desde #Occupy a los movimiento de de Túnez y Egipto a los movimientos de Grecia se ha mostrado una unión de lucha entre quienes usan el conocimiento del algoritmo y las nuevas tecnologías con los movimientos sociales. Realmente es urgente la intervención de hackers con conciencia de clase para antagonizar con las estrategias del capital. También lo es su necesaria unión con la resistencia en las calles al algoritmo, para tomar por asalto el cielo negro del Big Data en tanto que es parte del Intelecto General de la humanidad total.
La lucha anticapitalista no puede ser una lucha por el derecho a la información, por redes autónomas de comunicación o solo una crítica a los usos de la técnica en el neoliberalismo. En la lucha contra el capitalismo el sujeto que puede derrotar el ciclo de ganancia capitalista y destruir el estado que preserva la propiedad privada es el proletariado que junto a los campesinos, los pueblos indígenas, los estudiantes, los migrantes y demás movimientos pueden poner en jaque mate a la clase explotadora.
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