Posible privatización. Alguien cocina para mí: realidad de l@s trabajador@s de comedores en la UACM

En el contexto de ataque que las autoridades de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) han emprendido contra los comedores, presentamos una breve reseña del cortodocumental “Alguien cocina para mí”, del taller de José Luis Morones en la UACM, cuya realización fue a cargo de Haydé García Gómez, Laura Adeline Nativel, Rafael Moreira Gutiérrez y Ana Rosa Sánchez Pérez, que puedes consultar aquí.

El cortodocumental narra la vida de las y los trabajadores de los comedores de la UACM en 2019, a través de los ojos de l@s estudiantes, centrándose en una trabajadora del plantel Centro Histórico, del recorrido al plantel y actividades que realiza, el cual refleja las dificultades que viven a diario producto de su situación laboral.

¿Cuál es la situación actual de las y los trabajadores de comedores?

En octubre, desde La Izquierda Diario realizamos una entrevista en la que un trabajador de comedores exponía las condiciones de trabajo en el área de comedores, decía que son precarias y denunciaba la falta de insumos de trabajo, como el jabón, el cloro, los guantes, el equipo de protección y que pedían a otras áreas para seguir operando, etc. También señalaba el aumento de la carga de trabajo, con el cual no se daban abasto, ante un servicio que les exige rapidez y calidad en los alimentos.

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Frente a esa situación, las autoridades han planteado concesionar estas áreas desde finales de noviembre, lo cual ha sido denunciado por las y los trabajadores mediante carteles, ya que representa un intento de privatización por parte de la rectoría, situación que podría dejarlos en total vulnerabilidad, atacando su fuente de trabajo, el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y sus derechos laborales.

Lo que puede implicar que los reubiquen en el mejor de los casos en un área en la que no están especializados y en el peor de los casos el despido, además de la introducción de esquemas laborales de terciarización (outsourcing), en donde se sustituya a trabajadores sindicalizados y con un CCT, por trabajadores totalmente precarizados y sin derecho laborales. Frente a esto, los trabajadores preguntan: “¿cuánto tendrán que pagar por liquidar trabajadores con 17 años de antigüedad?”, dudas razonables en este contexto.

Recientemente, en una reunión entre autoridades de la Institución y trabajador@s, les dijeron que no hay nada de qué preocuparse, que no los atacarán a ellos, pero la realidad es que en los documentos oficiales emitidos por autoridades de la UACM, como Mariana Elkisch Martínez, Secretaria General, un ejemplo de ello es el documento del 22 de noviembre, en el que han reiterado cada que tienen oportunidad que hay un servicio deficiente, del cual culpan a l@s trabajador@s, cuando la administración de los comedores está a cargo de las autoridades y es quien tiene la responsabilidad de la actual situación de los mismos, señalando que se requiere “Recabar y sistematizar la información relativa a todas las normativas e instancias que habrían de modificarse y/o tenerse en cuenta bajo un nuevo esquema de trabajo –concesionado– el cual necesariamente tendría que implicar el cuidado del personal de la UACM adscrito al área de comedores, respetando sus derechos laborales.”

Lo cual nos recuerda un argumento de los neoliberales cuando señalan que los servicios públicos por naturaleza son deficientes y que por ello hay que privatizarlos mediante concesiones, pero la experiencia demuestra que cada vez que las empresas privadas quedan en manos de los servicios no sólo hay lucro, sino más corrupción, ineficiencia, desigualdad y ataque a los derechos laborales.

Elkisch Martínez, cuyo salario mensual bruto asciende a $65,183.00, no se compara con lo que percibe la mayoría de l@s trabajador@s de comedores o de intendencia y es parte de la actual administración encabezada por la rectora morenista Tania Hogla Rodríguez Mora, con un sueldo bruto de $112,603.48, lo cual refleja que una casta de funcionarios privilegiados está decidiendo por encima de la comunidad y con medidas patronales.

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Junto con ello, la privatización también tiene la consecuencia de negar a los estudiantes el derecho de acceder a una alimentación barata y de calidad, pues las ganancias privadas llevan consigo el aumento de los precios que pueden hacer inaccesible el poder alimentarse ahí. Y tampoco garantizan calidad, porque como lo ha demostrado la experiencia tras años de neoliberalismo, los privados no necesariamente la garantizan y son capaces de disminuirla para ahorrarse costos y aumentar sus ganancias.

En dicho escenario, los trabajadores han colocado carteles, con toda razón, con la pregunta: ¿Las siguientes concesiones serán de obras y de intendencia? Situación cuyo mayor antecedente son los profesores de asignatura, una figura precarizadora creada para negar derechos a laborales a docentes, que fue el primer paso para avanzar contra las conquistas de los trabajadores.

La unidad entre estudiantes y trabajadores

Como estudiante de la UACM y al mismo tiempo trabajadora de la educación precarizada, considero que es hora de que nos unamos todos los sectores que conformamos la comunidad uacemita, para poner un freno a los atropellos de la rectoría y sus funcionarios, pero también para recuperar todas las conquistas que hemos perdido e ir en busca de todas las mejoras que necesitamos para que nuestra universidad se mantenga con los principios para los que fue creada.

Pienso, al igual que much@s estudiantes y trabajador@s, que debemos convocarnos en asambleas por plantel, que sean realmente democráticas e incluyentes, desde un método tripartito con el cual estemos representad@s estudiantes, trabajador@s y docentes, tanto en el turno matutino como vespertino, funcionando con representantes rotativos para que tod@s podamos participar en esta experiencia, elegidos por curso y áreas de trabajo, que lleven la voluntad de la base estudiantil y trabajadora, que se garantice la voz de la mayoría de la comunidad y entre tod@s, definamos las medidas de lucha que tomaremos para que se resuelvan todas nuestras demandas, en función de nuestros verdaderos intereses y del mejor funcionamiento y desarrollo académico de la UACM.