Invitamos a los lectores de la Izquierda Diario a conocer algunas de las historias de los primeros afiliados de Antofagasta. Trabajadores, mujeres y estudiantes que se nos acercaron para sumarse a la emergencia de una nueva voz.

Daniel Vargas Antofagasta, Chile
Lunes 20 de febrero de 2017
Con un puesto en la calle Prat, a pasos de la notaría Lascar, los y las militantes del Partido de Trabajadores Revolucionarios nos encontramos entregando información y sumando afiliaciones para alcanzar las 500 que exige la legislación para constituirse legalmente, cosa que repetirán esta semana, desde el lunes al viernes, entre las 10.00 y las 19.00 horas.
Mujeres trabajadoras, inmigrantes, trabajadores y estudiantes fueron acercándose a nuestro puesto y conociendo nuestras ideas, simpatizando con lo que expresamos; por #NiUnaMenos y contra el machismo, el racismo y la xenofobia; contra las AFP y los sueldos de hambre; y compartiendo nuestra propuesta de que los parlamentarios dejen de ganar sueldos millonarios y ganen el sueldo de una docente.
Durante esta primera semana se nos acercaron trabajadores migrantes quienes denunciaban como, tal cual en Chile, las grandes empresas estratégicas, como el petróleo, fueron privatizadas para beneficiar los negocios de grandes magnates.
Trabajadores de Minera Escondida en Huelga, que en medio de la trifulca de medio día y con carpa en mano, preparándose para volver al campamento en la faena minera, se daban un momento para apoyarnos con su afiliación a la legalización del PTR.
Pensionados, de entre los cuales uno de ellos nos comentó como organizó la primera sala cuna para los trabajadores del Hospital de Antofagasta, quien además nos decía molesto que las AFP son un robo que debe terminar, y que por lo mismo se afiliaba.
Obreros contratistas de la minería quienes solidarizaban con sus compañeros de Escondida en huelga, mineros que con 30 años soldando y montando las faenas compartían nuestras ideas.
Mujeres sindicalistas que nos reclamaban las injusticias que viven los trabajadores, una de ella nos explicaba que había sido despedida por querer formar un sindicato, una constante que viven miles de trabajadores.
Estas son algunas de las primeras voces que dieron su aporte para constituirnos como organización legal, una organización que sume la voz de los trabajadores y que fortalezca su lucha y organización en las faenas y fábricas.