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Red Internacional
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The Rumble in the Jungle. ¡Ali Bumaye! (Ali Mátalo) 40 años después

Jueves 30 de octubre de 2014 23:50

«The Rumble in the Jungle» (El Rugido de la Selva, en español) es un histórico combate de boxeo que tuvo lugar el 31 de octubre de 1974 en Kinshasa, Zaire (actual República Democrática del Congo),Se enfrentó al por entonces campeón del mundo de los pesos pesados, George Foreman contra el anterior campeón Muhammad Ali.

Foreman –entonces campeón de peso pesado– llegaba como favorito a la pelea, estaba invicto en 40 combates –con 37 victorias por KO– y había noqueado en dos rounds a Joe Frazier, quizá el rival más duro al que se enfrentó Ali sobre el cuadrilátero.

En el estadio Fortaleza, escenario del mítico combate, hubo 100 mil espectadores. Eran los tiempos del dictador Mobutu Sese Seko, apodado ‘El Carnicero’, quien no dudaba en acabar con quien se atreviera a oponerse a su régimen.

Pese a la pobreza de Zaire, el dictador invirtió una cifra millonaria para organizar el Rumble in the Jungle, gracias a un desconocido promotor en ese entonces, pero que después se convertiría en el mas famoso y polémico promotor del pugilismo Donald King, mejor conocido como "Don King".

Don King convencio a Mobutu Sese Seko, de financiar la pelea como estrategia para promocionar a su nación. Además de la pelea, Don King organizó números musicales, invitando a cantantes y grupos como James Brown, B. B. King y The Spinners.

Mobutu Sese Seko le dio a Don King los US$10 millones que se necesitaba para que «The Rumble in the Jungle» pueda hacerse realidad, US$5 millones para cada uno (Ali - Foreman) una cifra récord para esa época.

Se fijó la fecha para el 25 de septiembre, pero finalmente se pospuso hasta el 30 de octubre porque Foreman sufrió un corte en el ojo durante una sesión de entrenamiento previa. Tanto él como Ali pasaron todo el verano en Kinshasa, aclimatándose al calor y humedad tropical y adaptándose al peculiar horario de la pelea, que comenzó a las cuatro de la madrugada para así coincidir con el ‘prime time’ televisivo en la costa este de los Estados Unidos.

La gente del lugar recibió a Ali con los brazos abiertos, considerándole un luchador por los derechos de la raza negra. Él alimentó ese cariño saliendo a entrenar por las calles de la capital y acercándose a la gente, mientras Foreman permanecía recluido en el gimnasio de su hotel. Muhammad además predispuso al público contra su rival, tildándole de "Tío Tom" que significa una persona de raza negra vendido al dinero de los blancos capitalistas.

30 de octubre, sin dudas ese día la tierra se detuvo, una de las mejores peleas de la historia del boxeo se llevaba a cabo, Muhammad Ali y George Foreman escribirían una leyenda en las paginas del boxeo mundial.

Un enfrentamiento épico entre un viejo proscrito cuyos mejores días habían pasado –Ali– y un joven Hércules con el beneplácito del ‘establishment’ que hasta entonces se creía invencible. Fue el pulso entre dos estilos contrapuestos: la astucia contra la fuerza bruta, un showman deslenguado que dominaba todos los registros dramáticos frente a un guerrero silencioso que no sabía cómo lidiar contra ese vendaval de palabrería. Eran tan distintos y tan singulares en su especie como Aquiles y Héctor, dos titanes escribiendo una moderna batalla de Troya en un ring de boxeo.

Previamente a la pelea, los periodistas especializados y muchos de ellos partidarios de Ali, daban como ganador a Foreman, y llegaron a decir que el ex-campeón no tendría ninguna oportunidad frente al actual campeón.

¡Ali bumaye!» (Alí mátalo)

Muhammad Ali recorrió la senda hasta el ring del "Estadio 20 de Mayo" entre el frenesí de 60.000 espectadores que coreaban en lengua lingala: “¡Ali, bomaye!”, “¡Ali, mátalo!”. Ali esperó a Foreman ya junto al árbitro, el reputado Zack Clayton, afroamericano.
Ali lanzó a Foreman unas palabras hipnóticas: “Desde que eras un chiquillo has oído hablar de mí y me has ido siguiendo. Ahora te toca encontrarte conmigo, con tu maestro”.

Iniciadas las acciones, Ali recurrió a rápidas combinaciones y utilizaba el golpe directo de derecha para empezar un ataque. Cabe mencionar que los jabs de Ali eran particularmente potentes por la rapidez con que eran ejecutados; además, se dice que giraba el puño al momento del impacto, lo que le daba un efecto letal. A partir del segundo asalto, empezó a dirigirse a las cuerdas y protegía su cabeza para soportar los fuertes golpes de Foreman, una estrategia que realizó a lo largo del combate y que sería conocida de ahí en adelante como «rope–a–dope», que tenía como finalidad cansar al adversario, pero que también requería una gran capacidad de resistencia.

"Pensé que sería un KO más para mi colección hasta que, en el séptimo asalto, le propiné un tremendo puñetazo en la mandíbula. Acto seguido me agarró la nuca y me susurró al oído: ‘¿esto es todo lo que tienes, George?’. En aquel momento supe que el combate no acabaría como yo había planeado". Estas palabras de George Foreman son el mejor resumen que jamás se haya hecho de uno de los momentos álgidos de la historia del deporte.

El ataque sobre el cuerpo de Ali era brutal, pero en ocasiones el retador agarraba a Foreman de la nuca y le susurraba que no sufría ningún daño entre otras afrentas, y en ocasiones demandaba al público su apoyo, ya que claramente estaba a su favor. Finalmente, en el octavo asalto Ali atacó con la definitiva combinación de golpes que noqueó a Foreman y le despojó de los cetros y de la condición de invicto.

El combate marcó dos hitos: Ali se consagró como el segundo boxeador de la historia en proclamarse campeón mundial indiscutido del peso pesado por segunda ocasión.

Ali volvía a ser ’El Más Grande’ cuando nadie lo esperaba.

El evento fue uno de los precursores de la globalización de las telecomunicaciones en materia del deporte

Esa noche Ali reconquistó la corona de los pesos pesados que le había sido arrebatada en 1967 por negarse a ingresar en el ejército de Estados Unidos para luchar en la guerra de Vietnam.

Al año siguiente se vengaba de Joe Frazier en otra memorable pelea en Manila, pero ese fue el réquiem de sus días de gloria. Tantos golpes encajados acabaron por pasarle una factura cruel a ese cerebro inquieto y eléctrico. La estrella de Foreman se apagaría pronto: siguió en activo dos años antes de retirarse, pero en 1987, con muchos kilos de más, regresó al cuadrilátero y en 1994, con 45 años, recuperó el título que había perdido en Kinsasha.

"Peleamos en 1974. En 1981 nos hicimos amigos. En 1984 ya nos adorábamos el uno al otro. Y ahora puedo decir que jamás en toda mi vida me he sentido tan cercano a nadie como a Muhammad Ali". Lindas palabras de "Big George" (George Foreman).

Aquel que quiera revivir la pelea, les dejo este link. Disfrutenla.

George Foreman vs Muhammad Ali

https://www.youtube.com/watch?v=55AasOJZzDE