Masacre en Gaza. Grave: en LN+, Massa volvió a apoyar la masacre del Estado de Israel sobre el pueblo palestino

Este domingo por la noche Sergio Massa fue invitado a conversar al programa que conduce Luis Majul en el canal LN+. Entre otros temas de campaña electoral, el ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria dio su visión sobre lo que está pasando en Medio Oriente.

- Dejame decirte, tu reposteo de (Pablo) Yedlin me pareció insuficiente- le planteó el conductor televisivo, en relación a un tuit del 1° de noviembre en el que el senador nacional por Tucumán reivindicó “el derecho absoluto a la defensa del Estado de Israel” y cuestionó que la Cancillería argentina pusiera el foco en las operaciones sionistas en Gaza.

- ¿De mi presencia en el acto de la DAIA, al que Milei no fue, no decís nada? No le dijiste (a él) nada el domingo- retrucó Massa, chicaneándolo sobre sobre la entrevista realizada en el mismo estudio una semana antes.

- Olvidémonos de Milei, ¿cuál es tu posición concreta?

- Yo fui claro. Fui el primero en condenar el atentado terrorista de Hamas. Fui el primero en ir al acto de la DAIA. Fui el primero en manifestar mi opinión a la comunidad.

- ¿Y qué te pareció la posición de la Cancillería del gobierno que vos integrás?

- ¡Horrible! Claramente tengo una mirada distinta de muchos temas de política exterior, con la diferencia de que desde el 10 de diciembre ¿sabés quién va a ser el presidente? Yo. Y el que decida esas cosas yo. En el debate (presidencial) cuando todavía no había aparecido el tema éste yo fui el único que planteé poner desde el 10 de diciembre a Hamas como organización terrorista. Ninguno de los otros candidatos se expresó y en ese momento nadie dijo nada.

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Si hay algo que desde hace décadas jamás estuvo en duda es el alineamiento deliberado e interesado de Massa con las políticas imperialistas de Estados Unidos, empezando por atar a países como Argentina a los designios del Fondo Monetario Internacional en términos económico-financieros o a las políticas de la DEA que se demuestran absolutamente fracasadas (al menos en sus “objetivos” formales) respecto a la “guerra contra el narcotrafico”.

El aval explícito del candidato peronista a la avanzada del sionismo colonialista es parte de ese alineamiento. Y lo defiende aún a riesgo de desautorizar públicamente un comunicado de su propio gobierno en el que se cuestionó, a través de la Cancillería que conduce Santiago Cafiero, el ataque de Israel al campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza.

En ese comunicado, el gobierno argentino recordaba que “la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución haciendo un llamado a una tregua humanitaria inmediata, durable y sostenida, que lleve al cese de las hostilidades. La Argentina votó a favor y sigue apoyando este pedido, y reitera su grave preocupación por las consecuencias de la escalada de violencia, al tiempo que recuerda que no puede haber una solución armada al conflicto israelo-palestino”.

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Las operaciones israelíes sobre Gaza, para las que se utilizó como excusa el ataque del grupo Hamas del sábado 7 de octubre, ya dejaron más de 10 mil palestinos muertos, entre ellos 4 mil niñas y niños, decenas de periodistas y hasta funcionarios de la ONU y socorristas de la Media Luna Roja.

Conociendo el currículum de Massa, no sorprende para nada su posición sobre lo que sucede en Medio Oriente. Tampoco su iniciativa de declarar, desde el primer día de su eventual gobierno, a Hamas como “organización terrorista”, tal como lo demandan Israel y Estados Unidos para legitimar la profundización de los ataques genocidas sobre la población palestina.

Tal vez lo que sorprenda es, valga la redundancia, la “sorpresa” por la adhesión de Massa a posiciones tan reaccionarias de parte de muchas y muchos que hoy militan su candidatura presidencial y buscan sacarle el jugo a las piedras para disfrazarlo de un progresismo que no sólo no profesa sino que detesta.

Alineándose con el sionismo genocida, Massa recrea una falsa visión de que Israel estaría ejerciendo su legítimo “derecho de defensa”. En rigor, tras décadas de ocupación de territorios (condenada por la propia ONU) y políticas de limpieza étnica, el Ejército israelí consuma un genocidio sobre Gaza y Cisjordania y obliga a más de un millón de palestinos en emergencia humanitaria a buscar refugio en otras zonas para sobrevivir.