A raíz de la imputación al ex futbolista de Vélez que actualmente integra el plantel argentino en el Mundial de Qatar, podría presentarse denuncia ante FIFA. ¿Cómo actuó el club de Liniers en su momento?
Sábado 26 de noviembre de 2022 00:00
Thiago Almada en su último partido en Vélez, antes de ser transferido al fútbol estadounidense de la MLS.
Con la posible baja de Thiago Almada del Mundial por la denuncia en su contra por abuso sexual, las preguntas en el público empezaron a surgir: ¿No se sabía de antes esto? ¿Por qué sale ahora? Las respuesta a esas preguntas son: Si, se sabe de antes. Sale ahora porque la justicia es lenta y Vélez protegió al jugador en su momento.
Sin embargo, la saña de algunas personas no sólo no disminuye, sino que aumenta contra la víctima con tweets cómo: "Si llega a ser mentira espero que vaya en cana. El daño provocado al jugador es altísimo" o "se dijo que la involucrada cambió 3 veces el testimonio". En ambos tweets hay grandes errores. Primero, el de culpabilizar a la víctima… “si llega a ser mentira” se plantea, cuando mucho más grave sería si llega a ser verdad -trauma provocado le gana a honor indiscutiblemente-. Por otro lado, se tiene poca conciencia de la posición de la mujer. Tras sufrir un hecho de estás características (traumático) y con un proceso poco ameno para el acusador (revictimizador), es difícil ser preciso en todos los detalles. Aún así, la denuncia siguió un hilo claro y razonable.
Esta nota surgió hace más de un año con el título de: “Vélez y su departamento de contención al agresor sexual”. Tras el desinterés de los medios por publicarla, llega hoy a La Izquierda Diario con el tema otra vez en boga. El pacto entre caballeros se estableció entre los medios, el club y los hinchas, los tres interesados en que no se opaque el futuro de una promesa del fútbol argentino. Este acuerdo implícito lleva operando hace tiempo.
“Vélez es el club argentino pionero en la prevención de la violencia de género”, tituló Clarín en 2018. Sin embargo, citando una frase que ya es parte de la cultura popular: “hay por lo menos dos grandes mentiras en ese título”. Si bien abrir un departamento de género es algo festejable, el manejo y el uso del espacio en este caso no lo es para nada. Su fin no sé centró en defender a las mujeres, en su lugar se utilizó como una herramienta de validación social. En 2020, 2 años después de que se creara el departamento de “prevención” de la violencia de género en Vélez, firmó con la institución Ricardo Centurión. Aunque la causa que tiene el jugador esté archivada, no fue una acción esperada dentro del colectivo feminista de la hinchada de Liniers. Todos los delitos que tienen relación con vínculos afectivos son muy difíciles de probar debido a que, por lo general, el agresor no los realiza con testigos. Para Vélez, quien puso el cuidado de la mujer como bandera, la manera que tuvo de prevenir la violencia fue contratando a alguien sospechado de ejercerla.
“No hay por qué sancionarlos”, aseguró en una nota al diario Olé la doctora Paula Ojeda, responsable del área de violencia de género de la institución, ante el caso de la acusación de violación a los jugadores de Vélez, y remarcó: “los jugadores no están involucrados en el hecho, solo fueron testigos de una situación lamentable”.
Cuando el ADN tuvo como fecha el 15 de enero para salir en La Plata, apuraron la venta de Almada para sobreponer el negocio a la justicia y llevarse 16 millones de dólares. Así, cuando Vélez lo necesitó lo hicieron jugar, lo mostraron para que aumente su valor, lo justificaron y lo encubrieron, después lo vendieron y terminaron con el negocio. El departamento de prevención de la violencia de género hasta ahora: dudó de la víctima (en el caso Centurión) y justificó, respaldo y eximió de culpas al posible abusador (en el caso Almada, Brizuela y Acuña).
“Vélez está desesperado, conoce los tiempos y la situación. Igualmente tengo esperanza después del caso (Alexis) Zárate donde se lo trajo desde Lituania. Se lo traerá también a Almada desde donde esté.”, afirmó Maria Raquel Leyenda, abogada de la víctima en el caso Almada. Víctima que araña un segundo plano ante las luces que siempre se lleva la ambición desaforada del fútbol.