Asociaciones estudiantiles de la Universidad Rey Juan Carlos denuncian el desalojo del campus por parte de la Policía Nacional tras haber repartir folletos sobre las próximas elecciones a rector.
Martes 7 de febrero de 2017
La Policía Nacional irrumpe en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid para identificar y desalojar a los estudiantes que estaban repartiendo folletos informativos.
Ante las próximas elecciones a rector de la Universidad Rey Juan Carlos que se celebrarán el próximo 15 de febrero, las asociaciones de estudiantes LAMBDA y Cariátides repartieron el pasado lunes una serie de folletos y trípticos en el Campus de Vicálvaro, con el objetivo de informar sobre las poco concurridas elecciones a rector y las decenas de plagios llevados a cabo por Fernando Suárez.
Otra denuncia de los estudiantes reflejada en los folletos fue la existencia de una capilla “mientras el estudiantado no tiene espacio” y las dificultades técnicas que tienen las asociaciones estudiantiles para la realización de cátedras y organizaciones informativas. Asimismo, las asociaciones aseguran que no estaban haciendo campaña por ninguno de los dos candidatos (Rosa Berganza y Javier Ramos), sino informando sobre los comicios, los plagios cometidos por el rector (quien, lejos de dimitir, adelantó las propias elecciones) y de un sistema injusto que les otorga a los profesores docentes un 53% del censo electoral, un 21% a los estudiantes universitarios y un escaso 11% al personal de administración y servicios.
Según denuncian las asociaciones, primero fueron interceptados por parte del funcionariado de la junta electoral del propio campus universitario con la acusación de estar haciendo campaña electoral fuera del calendario apropiado. Luego de hacer caso nulo de la junta, accedieron agentes de seguridad y de la Policía Nacional a identificar a los grupos de estudiantes, quienes se negaron a identificarse. Según aseguran las asociaciones, la Policía Nacional ha tenido que entrar a la universidad a expresa petición del acusado rector Fernando Suárez Bilbao.
Lo normal que en una democracia exista una libertad de expresión y de divulgación sobre los comicios que se realizarán en la institución. Pero resulta poco coherente que en esa misma “democracia” se ponga trabas a la divulgación y conocimiento de las prácticas institucionales y las carencias de la universidad. Sin embargo, es el mismo sistema el que procede al ocultamiento de las prácticas inmorales de uno de los candidatos, argumentando una suerte de posicionamiento y fines partidistas que están lejos de la realidad.
Prácticas como éstas ponen en evidencia la necesidad de arrancar nuestras facultades de las castas universitarias y construir una universidad en la que el estudiantado y los trabajadores tengamos voz y voto, sin injustas ponderaciones. Frente a esto, la realidad es tal como defienden las asociaciones y sólo el querer hablar de las elecciones supone el mismo problema: ‘No nos dejan’.