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Red Internacional
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Brutal. Amazon admitió que sus conductores deben orinar en botellas

La precarización extrema en el emporio del multimillonario Jeff Bezos llega a extremos como el que acaba de reconocer. Ya era sabido que los conductores de Amazon debían orinar en botellas, pero también es cierto que lo mismo deben hacer los trabajadores de los almacenes. Algo que la empresa aún se niega a reconocer.

Martes 6 de abril de 2021 14:24

Amazon admitió que sus conductores deben orinar en botellas "debido al tráfico o a problemas para encontrar baños" durante los recorridos de entrega. Lo hizo al disculparse públicamente con un congresista estadounidense que denunció la situación y al que la empresa respondió con un tuit que ahora consideró "incorrecto".

"Esto fue un gol en contra, no estamos contentos y le debemos una disculpa al representante (Mark) Pocan", señaló Amazon en un comunicado aparecido en su blog.

"Sabemos -indicó la empresa del magnate Jeff Bezos- que los conductores pueden tener problemas para encontrar baños debido al tráfico o, a veces, a las rutas rurales, y este ha sido especialmente el caso durante el covid, cuando se han cerrado muchos baños públicos".

La declaración pública tiene como finalidad blanquear esta situación aberrante que viven los choferes para evitar hablar de la situación que se vive en los almacenes, donde trabaja el grueso de sus empleados.

Amazon y la precarización extrema del trabajo

Esta aclaración de la empresa se da en medio de los esfuerzos de los trabajadores del almacén de Bessemer, en Alabama por poner de pie el primer sindicato de Amazon en Estados Unidos. Si la votación, que finalizó el 31 de marzo, termina resultando positiva sería un gran triunfo para más de cien mil trabajadores directos que la empresa de Jeff Bezos tiene en este país.

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Amazon es el segundo empleador privado, luego de Walmart, y al igual que la cadena de venta minorista es un abierto enemigo de los sindicatos. En varios países, incluido Estados Unidos tiene denuncias por contratar empresas de investigación y hacer espionaje a sus empleados para evitar que logren cualquier tipo de organización sindical. Así, muchos de los trabajadores y trabajadoras que protestan por las condiciones laborales o que el año pasado lo hicieron por las pésimas condiciones sanitarias en medio de la pandemia, fueron despedidos por la empresa en forma inmediata.

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La lucha por ganar el sindicato en Alabama llegó a los principales medios del país y junto con ellas las denuncias sobre las condiciones de trabajo dentro de los centros logísticos, que incluyen extenuantes jornadas laborales de 10 horas con solo dos períodos de descanso breve, que en muchos casos no alcanzan ni para llegar al baño en almacenes que miden el equivalente a más de 10 canchas de fútbol. Allí varios empleados denunciaron que que no solo tienen que orinar, sino en algunos casos hasta defecar en botellas o bolsas. Una situación denigrante que Bezos quiere ocultar.

Ante estas denuncias, la empresa prefirió reconocer la situación de los choferes de Amazon, pero no la de sus centros de logística.

Bezos hace un tiempo que avanzó en una suerte de uberización del reparto de paquetes. A la flota original de la empresa le sumó miles de vehículos particulares ploteados con el logo de Amazon, en el que los choferes están a merced de una aplicación que les dice cómo, dónde y cuándo recoger paquetes para hacer entregas a demanda.

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Esos viajes son planificados para sacar el máximo provecho a los choferes a costa de que estos no tengan un segundo libre entre entrega y entrega. Es decir de ahí deriva la necesidad de los trabajadores de orinar en botellas plásticas para no perder un solo minuto del recorrido. Los propios choferes denunciaron que además la empresa utiliza un software para espiarlos mientras conducen y enviarle mensajes en caso de que vean algún retraso o cambio en el camino estipulado.

A esto se suma un reciente fallo contra Amazon tras descubrirse que se quedaba con millones de dólares en propinas para los trabajadores de reparto.

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En los últimos días también se conoció que la empresa tenía una "granja de trolls" en Twitter: supuestos empleados que se dedicaban a contar sus "magníficas" experiencias en la empresa. El dato publicado luego de una investigación de The Intercept, señala que la operación conocida con el nombre de "veritas" (verdad en latín), se inició en secreto en 2018 y tenía el objetivo de rebatir en las redes sociales las críticas a la empresa mediante supuestos empleados y empeladas que contaban lo bien que se trabaja en los almacenes.

Esto también fue denunciado por los trabajadores de Amazon en Alabama, ya que como parte de los intentos de evitar la sindicalización, la empresa envió a estos perfiles de Twitter a atacar a aquellos que expresaban su apoyo al sindicato y a contar experiencias completamente irreales de cómo se trabaja en los centros de logística. La publicación de The Intercept señaló que lo que más llamó la atención es que muchos de los perfiles contestaban frases similares, como si fueran bots, pero en realidad era porque todos dependían de un mismo guion que estaba redactado para contestar a cada cuestionamiento y donde se indicaba sobre qué se podía hablar y sobre qué no.

Es por todo esto que la lucha por ganar un sindicato en Amazon, sería un verdadero dolor de cabeza para Bezos y un enorme triunfo para todas las y los trabajadores.

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