Jeremy Corbyn se impuso con un 61.8% de los votos sobre su opositor Owen Smith, que obtuvo 38,2%. El reelecto líder laborista aumentó su porcentaje de voto y se fortalece en la base partidaria.
Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho
Sábado 24 de septiembre de 2016 12:21
En la conferencia del Partido Laborista (PL) se anunció a las 12:00 hora local el resultado de la elección interna. En esta ocasión votaron 80 mil personas más que en septiembre del 2015, y Corbyn se impuso en las tres categorías de votantes: afiliados, simpatizantes y miembros de organizaciones y asociaciones afiliadas al Partido Laborista. Corbyn obtuvo un 61.8% de los votos mientras que su su opositor Owen Smith, logró el 38,2%.
Los resultados arrojan que Corbyn logró un 59% entre los miembros del PL, 70 % entre los simpatizantes y un 60% entre los miembros de organizaciones afiliadas. Estas cifras reflejan los cambios que atraviesa el PL, ya que, por un lado, hay una franja de ex miembros – que se habían desafiliado durante la conducción de Tony Blair – que volvieron a ingresar al partido luego de la elección de Corbyn como líder hace un año atrás. Por otra parte, Momentum, la plataforma en defensa de Corbyn, logró conservar su dinámica a pesar de la campaña ‘Salvar al Laborismo’ (Saving Labour) y sus intentos de desacreditar a Corbyn. En septiembre del 2015 Corbyn obtuvo un 84% de votos entre los simpatizantes, pero en esta ocasión obtuvo el 70%; según algunos analistas, muchos ‘simpatizantes’ del 2015 se transformaron en ‘miembros del PL’, otros fueron desacreditados para votar y un porcentaje se desanimó frente a la imposición de un pago de 25 libras esterlinas para registrarse.
La plataforma Momentum cuenta con miles de activistas de todas las edades, pero con una clara “oleada nueva” de jóvenes que impulsaron campañas regionales en varios puntos del país y organizaron actos públicos, mesas en barrios populares, difusión en redes sociales y centros de llamadas para comunicarse con el padrón partidario.
El segundo de Corbyn, John McDonnell, y “canciller en las sombras” (gabinete paralelo del partido que se encuentra en la oposición) declaró que se trataba de una victoria “extraordinaria” dadas las circunstancias. Señaló “Jeremy [Corbyn] aumentó su caudal de votos, lo que es verdaderamente extraordinario” y recordó que se trató de una contienda muy dura en la cual 130 mil miembros fueron desacreditados, y que de habérseles permitido votar Corbyn hubiese aumentado su porcentaje en un siete u ocho por ciento. Si bien indicó que iba a haber un debate sobre la posibilidad de convocar a elecciones internas para elegir al “gabinete en la sombra” hizo un llamado a la unidad del partido.
David Prentis, secretario general de Unison y Len McCluskey, secretario general de Unite, dos de los sindicatos más grandes del país difundieron mensajes de apoyo en las redes sociales. Prentis, declaró que Corbyn había ganado porque había conquistado el imaginario de los miembros del partido, que encontraron inspiración en sus promesas de poner fin a la austeridad, resolver el estado calamitoso de los servicios públicos y construir una economía diferente. Por su parte, McCluskey, dijo que los diputados laboristas tenían que unirse y apoyar a Corbyn y poner fin a los ataques, camarillas de pasillos y golpes partidarios. Agregó que esta interna era innecesaria y era hora de organizar la oposición al gobierno conservador. Enfatizó que era hora de unir sus talentos políticos para enfrentar a los tories en vez de luchar unos contra otros.
Tweet de David Prentis
Congratulations to Jeremy Corbyn on a resounding victory. I'm proud that Unison nominated him for leader for the second time (1/2)
— Dave Prentis (@DavePrentis) September 24, 2016
Tweet de UNITE
Unite welcomes re-election of Jeremy Corbyn as @UKLabour leader https://t.co/N9GXGpYRjQ pic.twitter.com/9JVPO9vJ8P
— Unite the union (@unitetheunion) September 24, 2016
No obstante, y a pesar del buen resultado de Corbyn, no se pueden ignorar los desafíos que enfrenta el Partido Laborista: superar las divisiones internas y presentarse como una oposición creíble.
