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Red Internacional
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OPINIÓN. Siete años sin Amy Winehouse, una de las voces más importantes de la historia del jazz

Este lunes se cumple un nuevo aniversario de la muerte de la joven cantante británica.

Lunes 23 de julio de 2018

Este lunes se cumplen siete años de la muerte de la joven cantante británica, Amy Winehouse. Su guardaespaldas fue quien la halló muerta en la cama, producto de una ingesta de alcohol fatal en 2011.

Amy, nacida en Londres el 14 de septiembre de 1983, comenzó su camino musical a los 13 años, edad en la que le regalaron su primera guitarra. Un año más tarde componía sus primeras canciones. Pero el hábito del canto ya lo practicaba de pequeña, cuando empezó a copiar a su padre, Mitchell, quien acostumbraba a cantarle éxitos de Frank Sinatra.

En el 2003, con solo 20 años, lanzó su primer álbum; “Frank”, recibiendo muy buenas críticas y con gran cantidad de ventas en el Reino Unido. Sin embargo, tal como confesó en una entrevista, Amy odiaba su primer disco, a punto tal que decía no poder escucharlo de principio a fin, ni guardar una copia del mismo en su casa.

Tres años más tarde lanzó su segundo y último disco, “Back to black”, con el que batió varios records. Esos 35 minutos de música donde se mezcla el jazz, con el rock, el ska y el Rhythm & Blues, le valieron seis nominaciones para los Premios Grammy 2008, de las cuales ganó cinco, convirtiéndose en la estrella de la noche.

Pero Amy no pudo asistir a la ceremonia y tuvo que conformarse con una comunicación vía satélite: Estados Unidos le negó el visado en un primer momento, por su “uso y abuso de narcóticos”, decisión que fue reconsiderada a la brevedad, pero no lo suficientemente rápido como para que el trámite llegue a tiempo. Con unas 3,26 millones de copias, su último disco se convirtió en el más vendido del siglo XXI en el Reino Unido. Y en febrero de 2007 ganó el premio BRIT Award a Mejor Artista Británica.

“Trataron de hacerme ir a rehabilitación, pero dije no, no, no…”

Así comienza “Rehab” (“rehabilitación” en inglés), la canción que eligió Amy Winehouse para hablar de su problema de adicción con las drogas y, principalmente, el alcohol. Componer sobre las situaciones de su vida, sus amores, desamores y estados de ánimo, era su modus operandi. Pero con el éxito, llegó la fama, y con ella, la prensa, dispuesta a detenerse más en su vida personal que en su obra artística.

Su personalidad autodestructiva la obligó a apartarse en varias circunstancias de la música, golpeada por problemas de salud como los trastornos alimenticios o la depresión. En el 2007 llegó incluso a ser hospitalizada por sobredosis, luego de cancelar su gira por Reino Unido y Europa. En 2008, los periodistas la agarraron fumando crack, y por la publicación de ese video tuvo que dar declaraciones ante la policía de Londres por el delito de uso de drogas. Tampoco faltaron en su carrera los shows en los que se demoraba para salir a escena y finalmente lo hacía ebria. Sin embargo, Amy siempre se negó a hacer un tratamiento para rehabilitarse de sus adicciones.

Pero los vaivenes de su salud finalizaron el 23 de julio de 2011, día en que fue encontrada muerta en su departamento de Camdem Town, por la policía británica. Las primeras versiones de su deceso hablaron de “síndrome de abstinencia”. Su padre, incluso, declaró a la prensa poco después: “Todo lo que Amy hizo lo hizo en exceso: bebió en exceso y también se desintoxicó en exceso”. Pero el 25 de octubre de 2011 se hizo público el resultado de su autopsia. Tenía 416 miligramos de alcohol en sangre, cuando una dosis de 350 miligramos ya es considerada una ingesta fatal para el ser humano. Su madre, Justin, declararía luego a la prensa que había visto a Amy por última vez el día anterior a su muerte, cuando fue hasta su casa y la encontró completamente ebria y rodeada de botellas vacías.

El club de los 27

Amy Winehouse murió a los 27 años de edad, sumándose al “Club de los 27”, denominación que se usa para referirse a la edad de muerte en la que coinciden -casualmente- muchos artistas de renombre internacional, como Jimy Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones, Jim Morrison o Kurt Cobain. Con todos ellos comparte no solo la edad y lo trágico de su partida, sino un talento propio de aquellos que dejan una huella imborrable en la historia de la música. Le alcanzaron 27 años para convertirse en una leyenda del jazz.