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Red Internacional
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ANTIDEMOCRACIA EN LA UNAM. Anaya en la FCPyS y la elección de Rector, todo se mueve en la UNAM

El repudio por la visita de Ricardo Anaya a la FCPyS, “tecnócrata neoliberal” y representante de la derecha conservadora del país, destapó la cloaca sobre los problemas más profundos de nuestra universidad.

Lunes 9 de septiembre de 2019

La visita de Ricardo Anaya, a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, para su participación en el diplomado "Política mexicana contemporánea: una mirada plural", es expresión de las fuerzas políticas y los compadrazgos que operaran dentro de la universidad de cara a la elección de rector en los próximos meses.

La disputa política hacia la rectoría, entre los partidos tradicionales y el nuevo gobierno de MORENA, en uno de los centros políticos más importantes para la vida universitaria como la FCPyS, deja ver los inicios de las pugnas políticas que se harán cada vez más evidentes en los próximos meses, antes de que la junta de gobierno elija al nuevo rector de la máxima casa de estudios.

La intención es clara, conciliar entre las distintas fuerzas políticas en favor de la gobernabilidad, lo cual implica tratar de pasivizar a uno de los agentes políticos más incómodos para la universidad y el gobierno federal en momentos de coyuntura: los estudiantes.

Los partidos dentro de la Universidad

En medio de la crisis de desprestigio que atraviesan el PAN, el PRI y el PRD, los partidos del régimen se juegan a intentar relegitimarse frente a la juventud y desde ahí desplegar su política para el próximo periodo. Esta situación, por supuesto, hace eco en la máxima casa de estudios.

El regreso a la vida política de Ricardo Anaya, a través de su visita a la UNAM implicaba para el Partido Acción Nacional, avanzar en ocupar un lugar como oposición de derecha dentro de la universidad. Esta es quizá por ahora su mayor aspiración dentro de la institución.

Por su parte, para el Partido Revolucionario Institucional que ha mantenido la rectoría durante las últimas décadas, hay algo más en juego que la influencia. El tricolor, que hoy se encuentra en una crisis profunda, buscará preservar la rectoría como uno de sus últimos bastiones a nivel nacional. Como lo vimos en las pasadas elecciones por el gobierno del Estado de México, donde el PRI puso su aparato en juego y a través de sus tradicionales maniobras pudo mantenerse en el gobierno del Estado.

Por el momento su apuesta para continuar con la rectoría es la reelección de Enrique Graue quien se ha caracterizado por intensificar la mano dura en contra del estudiantado. Esto por supuesto, sin dejar de ser la correa de transmisión del gobierno federal en turno y garantizar los intereses de los empresarios dentro de la Universidad.

Por lo cual, si bien permanecer en la Rectoría implicará “pactos por arriba”, ya se han dejado ver atisbos de posibles convenios, como ocurrió el año pasado cuando Graue y AMLO se dieron cita para dialogar, en pro de pasivizar el movimiento de #FueraPorrosdelaUNAM, y garantizarle al nuevo gobierno una llegada ordenada, o con las recientes declaraciones de John Ackerman, una de las principales figuras de la 4T, quien declaró que Enrique Graue “cuenta con todo su apoyo” para una posible reelección.

Por su parte, grupos del MORENA que operan dentro de la UNAM se apuestan a alcanzar la rectoría aprovechando la legitimidad que le dan más de 30 millones de votos a nivel nacional, así como las aspiraciones de cambio de la población, gran parte de ellos jóvenes, que ven en el proyecto de AMLO una alternativa.

Esta es la aspiración de Angelica Cuellar quien como directora de la FCPyS busca mostrarse como apuesta viable ante la junta de gobierno y el gobierno federal, tratando de interlocutar y negociar con sus contrincantes, con giños como lo implicaba la presencia de figuras del PAN dentro de la facultad a su mando. Cabe destacar que no se trata sólo de Ricardo Anaya, sino que otro de los ponentes convocados es Javier Corral, ex profesor de la FCPyS y actual gobernador del Estado de Chihuahua.

¿Qué panorama para la juventud y los estudiantes?

Más allá de la disputa entre partidos, que amenaza con agudizarse en las siguientes semanas, y de la incógnita sobre quién gobernará la universidad en el próximo periodo, lo que es un hecho es el acuerdo implícito sobre la implementación de los planes del gobierno federal, al interior de la universidad.

Ejemplo de esto, es que en tanto uno de los aspectos fundamentales para la vida nacional en este momento es la implementación de la Guardia Nacional y con ello el disciplinamiento de sectores disidentes, las políticas de seguridad al interior de la UNAM se han recrudecido.

Graue ha avanzado en los últimos años en este sentido con la implementación de rejas, cámaras, torniquetes, la recuperación de espacios tomados por estudiantes, así como el fortalecimiento de grupos porriles, que se traduce en el intento de pacificar y menguar la organización de los estudiantes, trabajadores y académicos que se organizan. Así, este será sin duda, un aspecto central para cualquiera de los que se apuesten a ser la próxima figura en la rectoría.

El cuestionamiento más allá de Anaya ¿Qué universidad queremos?

En ese sentido, el repudio expresado por los estudiantes por la visita de Ricardo Anaya a la FCPyS, más allá de la crítica a su ingreso a la UNAM como “tecnócrata neoliberal” y representante de la derecha conservadora del país, destapó la cloaca sobre los problemas más profundos de nuestra universidad.

Del cuestionamiento a porque el costo del curso se registró en 10,000 y 20,000 pesos, una cantidad que es imposible de pagar para los sectores más precarizados, emano el cuestionamiento al avance de la privatización de la educación.

Y no sólo eso, sino al servicio de qué se pone el conocimiento que se genera en esta universidad, pues no sólo se oculta a donde se va el dinero que se paga por esos cursos, sino que muchos de estos diplomados y cursos han sido dirigidos a cuerpos ajenos a la universidad, como la policía federal.

Esto vuelve a poner sobre la mesa el hecho de que ni estudiantes, ni trabajadores ni académicos tomamos las decisiones al interior de la universidad. Desde que clases y cátedras se imparten, hasta en que se destina el presupuesto de la universidad.

Esta problemática devela el carácter antidemocrático de la universidad, una deuda pendiente de forma histórica, que tomó horas de discusión hace un año con el proceso abierto el 3S, a partir del ataque porril perpetrado por la rectoría.

De cara a la elección de rector, independientemente de que figura ocupará este cargo, resulta fundamental que el movimiento estudiantil vuelva a señalar las fuerzas políticas y verdaderos intereses que operan dentro de la universidad, y así organizarse para acabar con la antidemocracia en la UNAM, para verdaderamente conquistar una universidad al servicio del pueblo pobre y trabajador, donde se tome en cuenta la opinión de los estudiantes, los trabajadores y los académicos.