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Red Internacional
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ANDALUCÍA. Andalucía: ¿Un 28F sin el desayuno tradicional con aceite en los colegios?

La consejería de Educación de Andalucía anunció hace unos días la posibilidad de que los colegios andaluces no reciban el suministro de aceite de oliva que forma parte del tradicional desayuno del día de Andalucía el 28F, por su elevado precio en el mercado debido a la sequía y la especulación.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 13 de febrero

La sequía es ya una crisis y una realidad en Andalucía donde el gobierno ya prevé cortes de agua en capitales de provincia como Sevilla, Córdoba o Málaga para el verano y donde la agricultura está sufriendo un duro golpe con cosechas perdidas por la crisis climática que asola la región y un modelo productivo que favorece un endurecimiento de dicha crisis. En este escenario, la noticia de que no habrá aceite en los colegios andaluces para el tradicional desayuno del día de Andalucía es un símbolo del futuro que afrontamos los andaluces en el que la destrucción climática y la precariedad económica nos arrebata incluso aquello que muchos consideran parte de la identidad cultural andaluza.

¿Un día de Andalucía sin pan con aceite?

Al lector que no se haya criado en Andalucía le puede resultar exagerado que sea noticia la falta de aceite en los colegios para un desayuno en un día concreto. La clave del asunto es que el clásico desayuno de pan con aceite es quizás el elemento de construcción de identidad andaluza más transversal y exitoso que se da en el sistema educativo público andaluz.

Todo individuo que socializa y crece en las escuelas andaluzas puede recordar el día de Andalucía por cantar el himno después de haber disfrutado de un desayuno con el resto de sus compañeros de clase que consiste en pan con aceite de oliva en un ambiente festivo que interrumpe las clases durante un día. Es un hecho que ha consolidado el 28 de febrero como el día de Andalucía en la mente de la mayoría de la población construyendo un festivo vacío de las reivindicaciones que por ejemplo pueden plantear otras fechas como el 4 de diciembre de carácter más combativo.

Sin embargo, el prohibitivo precio del aceite convertido en pocos meses en un artículo de lujo, en “oro líquido”, ha propiciado que la Junta de Andalucía no sea capaz de asegurar el suministro al precio que preveían inicialmente. El precio del aceite subió un 65% el pasado mes en los supermercados y no parece que la situación vaya a mejor. Por lo que la consejería de Educación avisó a los centros educativos de la posibilidad de que este año el alumnado no pudiese celebrar el simbólico desayuno.

La importancia de este acto de construcción de identidad se visibiliza en la inmediata movilización de las AMPAS de los centros en distintas ciudades que se han organizado para procurar un suministro propio a sus respectivos centros en vista de la incertidumbre que ha generado la Junta de Andalucía. También en la propia reacción interna del gobierno andaluz, con la Consejería de Agricultura tratando de corregir a la de Educación sobre el suministro y tratando de desmentir que la subida de precios del aceite sea tal y sea el motivo de un posible problema a la hora de proporcionar el “oro líquido” a los centros.

Un día de Andalucía sin aceite podría resultar una curiosa crisis política para un gobierno del PP que precisamente lleva años construyendo un relato andalucista para legitimarse como bloque hegemónico en Andalucía. Un golpe que haga más visible, si es que nos hace falta más aún, los desastrosos efectos de la sequía en nuestra tierra y el futuro al que nos aboca el modelo productivo actual basado en el turismo y en un tipo de agricultura que no es sostenible ecológicamente.

Un modelo donde los futuros niños y niñas andaluces no podrán disfrutar del pan con aceite, quizás no puedan ni cantar por la precariedad de las aulas si es que sus centros no han cerrado como producto de la privatización de la Educación. Pero al menos sabremos que los campos de golf resistirán como islas en mitad de la desertificación de la región mientras los ricos hacen negocio con nuestra miseria y se mueven en los super yates que atracan cada semana en Málaga.


Roberto Bordón

Andalucía

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