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Red Internacional
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Economía. Andrea Legarreta y la fábula del “alza inofensiva del dólar”

La conductora de Televisa volvió a hablar del dólar, que llegó a los $19 y sigue burlándose del pueblo mexicano. Con bromas la conductora intenta suavizar lo que a todas luces demuestra la intención de manipulación de la televisora del régimen.

Diana Valdez

Diana Valdez México D.F. / @yellikann

Martes 9 de febrero de 2016

Las declaraciones de Andrea Legarreta y de Raúl Araiza desnudan el rol de los comunicadores y actores de televisa para garantizar o intentar garantizar la estabilidad del régimen. Sin embargo, analicemos a fondo las verdaderas causas del alza del dólar y las consecuencias para el pueblo trabajador.

Las políticas de fijación de tipo de cambio en los países fueron modificadas con la entrada del neoliberalismo, adoptándose un “tipo de cambio flexible” o flotante de la mano de una serie de medidas tendientes a “desregular” el mercado financiero.

El consenso de Washington, impuesto a los países periféricos desde finales de los 80´s, contempla en su punto número cinco la adopción de un “tipo de cambio competitivo”, lo que implica dejar que sea el “libre juego de la oferta y la demanda” el que dicte el valor de las divisas. Esta medida va de la mano de restringir el papel del Banco Central es decir, tiene por objeto permitir libremente los flujos y reflujos de capital financiero en las bolsas.

Si bien el Banco Central no ha dejado de intervenir en momentos donde el valor de la moneda se deprecia rápidamente, comprando o vendiendo divisas contra la moneda nacional (flotación sucia), lo cierto es que la liberalización del sector financiero ha generado que sea el mercado financiero -la bolsa de valores- quien determine el valor de las monedas, especulando con éstas y generando fuertes desequilibrios en la economía nacional.

Las crisis que “vienen de fuera”

Es común escuchar en los medios a economistas o a conductores que intentan tranquilizar a la audiencia diciendo que los problemas económicos que se viven no son culpa del actuar del gobierno, que responden al “funcionamiento del mercado” y que no hay mucho que hacer pues estos problemas son “externos a la economía nacional”. Nada más falso.

En primer lugar, si bien la situación de la economía mundial no ha logrado recomponer las condiciones económicas luego de la crisis del 2008-2009 -la cual ha tenido hasta el día de hoy ha tenido distintas fases, y esto es una consecuencia del propio funcionamiento del sistema capitalista, esto no implica que las políticas del gobierno no hayan propiciado que los efectos de esta sobre la economía nacional sean directos.

Las políticas neoliberales (que fueron adoptadas por el PRI y el PAN durante los últimos sexenios) por un lado han generado una enorme dependencia de la economía estadunidense, mientras empoderan a la burguesía financiera al darle cada vez mayor preponderancia a la economía especulativa, la cual sin restricciones ha aumentado enormemente el volumen de sus transacciones en las últimas décadas. Y mientras tanto, dejó rezagada a la parte productiva y real de la economía.

A últimas fechas hemos visto que el Banco de México se ha puesto a subastar reservas para calmar las aguas pero la lógica especulativa sigue primando y resultan beneficiados sólo los grandes empresarios que se dedican a la exportación. Pensar en una intervención directa resultaría en limitaciones al capital, cosa que no permitirán los defensores del libre mercado.

Las consecuencias del alza

Es falso que el alza del dólar no tenga repercusiones sobre los bolsillos de los trabajadores y el pueblo. Para fabricar las mercancías que se producen y venden en el país o que se exportan al extranjero, se requiere de importar en primer lugar componentes, maquinarias y accesorios. Los capitalistas pueden buscar contrarrestar el alza en el precio de las importaciones aumentando los precios -que esto no se haya expandido no implica que no vaya a pasar.

Las reservas nacionales, como comentábamos anteriormente, disminuyen con las subastas lo cual lleva a los gobiernos a buscar préstamos con instituciones como el FMI, es decir se endeuda aún más el país. Esto debido a que el FMI a cambio de préstamos exige privatizaciones o disminuir el gasto en salud o educación. Además, una buena parte de la deuda que se encuentra en dólares aumenta exponencialmente con el alza de esta divisa. Resumiendo, la debilidad de la moneda nacional sin duda trae consigo problemas que se buscan descargar sobre el pueblo trabajador.

Otra forma de llevar la economía

Es posible “controlar” al mercado y enfrentarlo. Sin embargo, esto pasa por dejar de lado los intereses del imperialismo de Estados Unidos al cual México está subordinado por obra de los sucesivos gobiernos al servicio de los empresarios nacionales y extranjeros.

Una medida de “control” sería la nacionalización de la banca y regular el mercado cambiario en favor de las mayorías trabajadoras, a través del control de precios, que descargue los problemas del mercado mundial sobre los patrones y no sobre los trabajadores, para que ellos asuman el costo de lo que su propia clase ha producido con la especulación. Todas estas medidas sólo podrán ser llevadas a cabo por un gobierno obrero y popular, en el que el PRI, el PAN, el PRD y el empresariado no tengan ninguna participación, ya que son ellos los que ahogan a millones en una vida de miseria y explotación.

Mientras el mercado cambiario siga siendo “controlado” con base en los intereses de los más ricos, seremos los más pobres quienes tendremos que pagar. Con la subasta de dólares recortando las reservas, y las reformas estructurales que precarizan la vida de las familias trabajadoras el resultado es el que ya vimos: menos presupuesto para el gasto público -salud, educación, pensiones, etc.- y trabajos en donde pagan los mismos salarios de miseria a cambio siempre de una productividad mayor.

Si bien podemos asegurar que la incertidumbre internacional tiene efectos sobre la economía nacional, no podemos asegurar de la misma forma que el gobierno nacional no tiene posibilidad de acción ante dicha incertidumbre. El problema se centra en la lógica en la que se enfrentan los vaivenes de la economía internacional.

Por eso hoy, al contrario del mensaje que el gobierno da a través de sus conductores de Televisa, el alza del dólar sí afecta a las y los trabajadores. De hecho, somos nosotros, el pueblo trabajador, los que pagamos con altos impuestos a nuestros pequeñísimos salarios el dinero que se convertirá en erario público, y que hoy los partidos del régimen deciden gastar para salvaguardar las enormes fortunas de las grandes empresas, pagar la deuda externa y darse lujos y salarios millonarios.

Los socialistas pensamos que esto no debe mantenerse más. Creemos que la economía debería estar únicamente ligada con los intereses de la clase trabajadora, y eso lo puede hacer, como decíamos arriba, un gobierno obrero y popular que llegue al poder apoyado en la movilización de los trabajadores y el pueblo.