En la tarde del martes 3 de diciembre la presidenta de facto Jeanine Áñez, cambió una de sus fichas clave en la consolidación del golpe, el ministro de la presidencia Jerjes Justiniano, esto después de que salieran a la luz denuncias sobre manipulaciones en la justicia y el Órgano Ejecutivo, cerrando de esta manera el ciclo de polémicas sobre esta ex “autoridad”.
Miércoles 4 de diciembre de 2019
Foto: redes
El ex ministro Jerjes Justiniano estos últimos días fue duramente cuestionado, por una denuncia de injerencia en el caso “La Manada”, de violación grupal, en el cual era abogado defensor y que la fiscal de materia del caso, Nancy Carrasco presentó una acción de libertad contra el entonces ministro de la Presidencia, por influenciar en la investigación y también contra la ex jueza, Iris Justiniano, por amenazas de muerte vertidas contra de la mencionada fiscal.
En las últimas horas, Justiniano también entro en polémica porque el Viceministro de Políticas Comunicacionales, Danilo Romano, renunció a su cargo 12 días después de ser posesionado, argumentando haber sido “coaccionado” por el Ministro Justiniano.
“Veo necesario aclarar que como Viceministro de Políticas Comunicacionales me negué a viabilizar Consultorias Internacionacionales Comunicacionales, así como el inhumano despido masivo de mi personal. Coaccionado con bajezas el Ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, solicito mi renuncia”, manifestó Danilo Romano en sus redes sociales.
En lugar de Justiniano, asumió Yerko Núñez, que hasta el momento ejercía como Ministro de Obras Públicas, quien solo atinó a decir que estos cambios fueron realizados con el fin de incrementar la coordinación intergubernamental y que desconocía las denuncias en contra de su predecesor, que para entonces ya eran de conocimiento público.
La salida de Justiniano, abogado y mano derecha de Camacho, se da en medio de las internas entre los golpistas para definir las listas de candidatos hacia las elecciones presidenciales que se realizarían en marzo de 2020. Camacho ya lanzó su intención de ir como candidato a presidente, lo que genera roces con el presidente del Comité Cívico Potosino, Marco Pumari, otro de los personajes que apoyó el golpe y que tiene ambiciones presidenciales propias. A esto se suma que Carlos Mesa, el candidato de la derecha que mejor había salido posicionado en las elecciones de octubre que terminaron en el golpe, también ha anunciado su candidatura. Este panorama deja a una derecha fragmentada y con varias disputas internas que deberá resolver la coalición cívica, policial, militar y eclesiástica que llevó adelante el golpe de Estado y apoyó la autoproclamación de Jeanine Áñez como presidenta, lo que después fue convalidado por los parlamentarios del MAS de Evo Morales.
La remoción del ministro sin embargo no expresa un giro en la política del Gobierno golpista, que tiene al derechista ministro de Gobierno, Arturo Murillo, como uno de los principales responsables de la persecución, represión y el asesinato de manifestantes en Senkata y Sacaba. Las amenazas sobre la prensa extranjera y las misiones que llegaron de Argentina para investigar los hechos en el terreno, como así también la persecución a la oposición y el apoyo irrestricto a las Fuerzas Armadas y la Policía, con la creación de "unidades antiterroristas", son parte del arsenal de Murillo y del perfil de la autoproclamada Áñez. La separación de Justiniano no modifica la ambición de la derecha golpista que multiplicará la persecución judicial y la corrupción durante los próximos meses.
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