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Red Internacional
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OPINIÓN. Ante ataques de Trump: por un gran movimiento contra el muro y las deportaciones

Sergio Abraham Méndez Moissen

Sergio Abraham Méndez Moissen México @SergioMoissens

Sábado 28 de enero de 2017

El multimillonario, racista, imperialista Donald Trump tiene tan sólo unos días en el poder y ha causado un verdadero terremoto político en todo el mundo. El Twitter se convirtió en uno de sus principales instrumentos. Este personaje siniestro se ha convertido en uno de los presidentes más reaccionarios, tercos y derechistas de los últimos años. Hay quienes se sienten ya en un capítulo de la serie inglesa Black Mirror.

En Estados Unidos los ataques son inmediatos. Por un decreto Trump decidió la construcción del oleoducto Keystone XL y Dakota Access contra los pueblos Sioux en Standing Rock. Retiro apoyos financieros a las fundaciones que realizan investigaciones sobre el aborto. En un Twitter llamó a marchar contra el derecho a la interrupción del embarazo. El magnate Trump censuró a grupos científicos y les obligó negar las implicaciones del cambio climático. Pidió a Reuters, la agencia de noticias, que quite de inmediato su página sobre cambio climático. Y faltan muchos días más.

Le apoyan demócratas como Bernie Sanders, la alta burocracia sindical y los republicanos. Obama declaró que “se debe dar una oportunidad” para seguir con su campaña de miedo en el que hace una apología del racismo con el decreto de construir el muro con la frontera con México.

Aún así en Estados Unidos poderosos movimientos son la otra historia del lado norte de la frontera. La marcha de mujeres del primer día de gobierno, más los movimientos magisteriales de Chicago, la experiencia obrera de Verizon, los jóvenes contra la violencia policial, la generación Ocuppy, los jóvenes de que pelean por aumento al salario mínimo a 15 dólares son nuestros aliados en el otro lado de la frontera.

Peña Nieto y el Morena

En relación a México, Peña Nieto ha mostrado su especial sumisión a los dictados de Trump. Deja que se levante el muro, no dice una palabra sobre el aumento del 20% de los aranceles, ni un asomo de soberanía nacional. Aún así que Peña no haya asistido a la entrevista a la Casa Blanca fue una decisión tomada, por la intransigencia, del magnate yanqui. Hoy por teléfono volvieron a decirnos “el muro se construirá, sólo no insistamos en que lo pagará México”.

La crisis de las relaciones diplomáticas y el sojuzgamiento del régimen mexicano a Trump es una nuestra contundente de lo reaccionaria que es la burguesía mexicana y lo sometida que está al imperialismo. Este problema también causó un cisma. Peña y Videgaray han expresado el llamado a la unidad nacional al que respondió Morena, Cuauhtémoc Cárdenas, un cadáver, y hasta Carlos Slim declaró ir en unidad con Peña y el PRI.

Lo de Morena y López Obrador es un giro a derecha de 180 grados. Primero integró en sus filas al ex militante del PRI, secretario de gobernación de Zedillo. Este personaje fue denunciado por el EZLN de intentar emboscarlos en 1995: Esteban Moctezuma. Luego se convirtió en un alto funcionario de Tv Azteca y de fundación del mismo nombre. Pedro Salmerón, el historiador, sugirió en su Facebook que era un ala burguesa nacionalista en defensa de su nuevo compañero de partido. AMLO por su parte insistió en que es el momento de apoyar al presidente.

No queremos su “unidad nacional”

Son los empresarios como Slim y los partidos del régimen político los principales impulsores de la “unidad nacional” tras el gobierno de Enrique Peña Nieto. Son ellos los que han defendido e impulsado las reformas estructurales y la entrega del país a las trasnacionales. Sus intereses son opuestos a los de los millones de explotados y oprimidos del país.

Los de abajo, trabajadores, jóvenes estudiantes, mujeres y maestros que nos movilizamos contra la imposición del México neoliberal y la aplicación de las reformas estructurales no debemos unirnos con los responsables de la masacre de Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán, Ayotzinapa, Campo Algodonero. Básicamente el régimen mexicano al que nos llaman a apoyar nos asesina.

La unidad que necesitamos construir los trabajadores y el pueblo de México, así como los millones de migrantes al otro lado de la frontera, es con la clase obrera multiétnica y los demás sectores populares en los Estados Unidos, ya que todos tenemos el mismo enemigo: los empresarios y los gobiernos a su servicio.

Gramsci llamó "catarsis" a los primeras expresiones que van más allá de la relación de insubordinacion de la dominación económica. Las movilizaciones por el aumento al precio de la gasolina, con acciones en todo el país, junto a la indignación que generó las declaraciones de Trump en todo el país deben convertiste en un movimiento que, encabezado por los trabajadores, derroten a Peña y los planes de Trump.

En sectores de la clase media se llama a impulsar un boicot contra las empresas mexicanas como medida de venganza al muro de Trump. Los trabajadores debemos confiar en los métodos como el paro y la huelga y las organizaciones sindicales deben ponerse a la cabeza de todo el descontento nacional. El boicot es impotente como medida ante una crisis de la magnitud que enfrentamos. Los trabajadores debemos responder con la expropiación de todas las empresas beneficiadas por el TLC bajo control y gestión de sus trabajadores en unidad con los pueblos indígenas. Y si destruyen la naturaleza desaparecerlas. Es la única medida realmente alternativa al TLC.

Es el momento ante los ataques de Donald Trump: ¡Organicemos un gran movimiento para echar abajo el muro, frenar las deportaciones, y luchar, a ambos lados de la frontera, contra las trasnacionales!