Hace semanas, cientos de familias se encuentran a la deriva entre la frontera de Chile y Perú, producto de la política anti inmigrantes que vienen implementando ambos países y que aquí en Chile, se expresa en la ley de infraestructura crítica impulsada por el gobierno de Boric, que mantiene a cientos de personas, mujeres y niños/as sin la posibilidad de regresar a su país de origen
Domingo 7 de mayo de 2023
Hemos podido ser testigos de como hace más de dos semanas, cientos de venezolanos, haitianos y colombianos se encuentran atrapados en la frontera Chile-Perú, intentando regresar a su país a consecuencia del endurecimiento de las leyes anti migrantes que se han venido implementando en este último tiempo, que se enmarcan también en las condiciones de precariedad y carestía en el país.
Son varios los cuestionamientos que se abren frente a esta situación, pero se hace importante pensar cómo resolvemos esto, más allá de las medidas criminalizadoras a las que ha apostado el gobierno o que han propuesto referentes de la ultraderecha, como la construcción de una zanja.
De manera tardía, la municipalidad de Arica, a la cabeza de Gerardo Espíndola del Partido Liberal, han buscado ayudar buscando posicionar la política del corredor humanitario, que no es más que una solución parche, que se contradice completamente con la línea que han tenido frente a la constante relación que han buscado establecer entre delincuencia y migración y que han sido parte de endurecimiento de las leyes anti migrantes que se han venido instalando, solicitando constantemente a través de las tribunas del diputado Luis Malla y Vlado Mirosevic el fortalecimiento del aparato represivo, que hoy se encuentra militarizando las fronteras y que han protagonizado ataques directos a estas familias que se encuentran intentando regresar a su país de origen.
Frente a esta grave situación que vulnera de manera profunda los derechos humanos, se hace central pensar cómo visualizamos entregar una salida desde la clase trabajadora, en una línea internacionalista frente a la opresión que ejerce el aparato estatal, de la mano del abuso empresarial y la miseria que este genera y que como consecuencia, deja mucho más en evidencia el crecimiento del crimen organizado, el cual se fortalece de la mano de las policías, quienes sostienen el funcionamiento impune de este.
Es por esto que cuando decimos que se hace necesario buscar una salida obrera e internacionalista, planteamos un Plan de Acogida Internacional, no solo nos enfocamos en las medidas humanitarias que son totalmente necesarias, sino también en poner fin a la represión, con la derogación inmediata de las leyes represivas, como el fin a los Estados de Excepción, a la ley de infraestructura crítica y del decreto 265 que mantiene las fronteras militarizadas, las cuales sostienen al mismo tiempo la discriminación sistemática de quienes migran. Andar sin papeles no es un crimen, fin a la prisión preventiva y deportaciones solo por ser pobre y migrante, de esta forma puede existir un derecho pleno a migrar y trabajar.
Desde ya, al pensar en las necesidad inmediatas y urgentes a nivel humanitario, hace falta entregar seguridad alimentaria, de agua, abrigo, techo y acceso a la higiene y salud.
Por el derecho al libre tránsito y a trabajar, para que esto no signifique bajo ningún escenario quedar abandonados en las fronteras, quedando expuestos a miserias como las redes de tráfico de personas y explotación sexual. Al cerrar las fábricas lo único que se logra es el fortalecimiento del crimen organizado. Qué todos y todas tengan derecho de trabajar, nativos y extranjeros, sin ningún tipo de discriminación ni precariedad. Si cada vez se hace más complejo regular la migración ¿Cómo pretenden que las y los migrantes puedan subsistir por sus propios medios? Esto arroja a miles de familia a la pobreza y a otras miserias que acarrean a esta situación.
Qué las condiciones de vida mejoren de una vez, en términos de vida y seguridad, para nativos y extranjeros. Qué los planes de vivienda y obras públicas puedan llevarse adelante como medida clave para acabar con la pernoctación de familias extranjeras, donde muchas tienen niños. La burguesía dice “no hay trabajo para todos”, de esta manera enfrenta a nativos y extranjeros, y de esta forma poder explotarla de manera más fácil frente a esa desorganización y división, porque en medio de establecer esta competencia, los empresarios logran rebajar las condiciones laborales que ya son precarias y aumentar sus ganancias.
Es posible que la clase trabajadora a nivel internacional pueda responder desde la unidad. Si los grandes empresarios no pueden aprovechar toda la fuerza de trabajo disponible y menos, a esa fuerza darle un uso para contribuir a la sociedad y no solo en pos del lucro para engrosar sus bolsillos, con esto dan muestra de la gran ineficiencia del modo de producción social que nos imponen a través del capitalismo. En cambio si como clase obrera nos unimos, hemos demostrado a lo largo de la historia no tener límites.
Es por esto, que en el marco de la actividad realizada para el 1ero de mayo, desde el PTR, Pan y Rosas y Vencer, se resolvió con las y los trabajadores y jóvenes que asistieron, impulsar una semilla que busque concretamente impulsar una respuesta en unidad con nuestros hermanos y hermanas migrantes, con un acopio que se establecerá en la Universidad de Tarapacá de Arica en distintos horarios, para que todos quienes quieran solidarizar, puedan acercarse a entregar artículos de primera necesidad para ir en ayuda de las y los migrantes que lo necesitan.
Si te interesa ayudar en esta iniciativa, para incluso impulsarla en tu lugar de trabajo o estudia, contáctanos ¡Súmate al acopio solidario internacionalista! Combatamos la criminalización que ha buscado instalar el gobierno de conjunto a la derecha.
