Donald Trump, ha apresurado las concesiones para la explotación de gas y petróleo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, antes de que deje la presidencia el próximo 20 de enero.

Axomalli Villanueva @1quiahuitl
Jueves 7 de enero de 2021 19:25
El Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico en Alaska ha sido abierto a las concesiones de explotación de petróleo y gas por el todavía presidente Donald Trump, para que entren en acción antes del 20 de enero.
La noticia había salido a la luz en noviembre, justo después de que se confirmara su derrota electoral frente a Joe Biden, en donde Trump se apresuró a rematar las concesiones que saldrían a la venta el 6 de enero pasado.
Las compañías petroleras y las autoridades de Alaska presionan desde hace 30 años para explotar los recursos de esta área protegida, lo que ha generado denuncias por parte de organizaciones defensoras del medio ambiente y de pueblos indígenas de la zona.
Sabotage..? Avant l'arrivée au pouvoir de Joe Biden, Trump appelle les compagnies pétrolières à postuler pour des concessions pétrolières dans le refuge national de la faune Arctique, en Alaska, où vivent des ours polaires. https://t.co/ankuMb9Txo pic.twitter.com/ueNPhggJHQ
— Ulysse Paris (@ulyssepariser) November 16, 2020
El refugio de vida silvestre, que cubre 631.800 hectáreas y es hábitat de especies como los osos polares y caribúes, se cree que en el suelo debajo de la llanura contiene miles de millones de barriles de petróleo, aunque esto aún no está confirmado, el gobierno de la Casa Blanca ha acelerado su venta en los próximos días.
Aún así, Donald Trump, se dispone a otorgar concesiones de explotación de gas y petróleo en la franja costera del refugio ártico, es decir unos 6 mil kilómetros cuadrados, el 8% de la superficie total del refugio, mismas que han estado en la mira de la bancada republicana desde hace cuatro décadas. La Oficina de Administración de Tierras ha pedido oficialmente a las empresas energéticas que elijan los lugares en los que les gustaría perforar.
El Congreso de Estados Unidos, -incluyendo al Partido Demócrata- quitó la protección pública al refugio en el 2017, a partir del 6 de enero el Gobierno tiene un para otorgar las concesiones. Si todo avanza de la manera más rápida posible, las primeras se darían el 17 de enero, tres días antes de que Trump abandone la Casa Blanca.
Ante este anuncio, empresas petroleras han celebrado esta medida, como el American Petroleum Institute que manifestó que la explotación de los recursos energéticos “creará empleos bien pagados y dará un flujo de ingresos para el estado: la razón por la que la mayoría de los alasqueños lo apoyan”.
A día de hoy los combustibles fósiles aún representan en torno al 80% de la producción energética total del país, seguidos por las renovables y la electricidad. Sin embargo según una encuesta reciente de The New York Times, más del 70% de los estadounidenses prefieren un recambio en cuanto al modelo energético, mismo que se ha prometido ante la llegada del mandato de Joe Biden.
Pueblos indígenas de Alaska vienen exigiendo desde diciembre que se respete y proteja este territorio del cuál dependen, a pesar de las ilusiones que despertó en un sector del ambientalismo el triunfo de Joe Biden, la realidad es que en su programa de gobierno no se ha mencionado la tan esperada transición verde.
A pesar de sus promesas de campaña, donde prometió seguir con el Green New Deal, la realidad es que con las elecciones ya ganadas declaró que "no podremos deshacernos de los combustibles fósiles por mucho tiempo", al mismo tiempo que expresó su interés por explorar a la energía nuclear como una posible alternativa.
Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha establecido que quedan 10 años para reducir las emisiones de carbono a la mitad para no rebasar los umbrales de temperatura que marcarían una catástrofe climática de mayores proporciones.
Sin embargo, dentro de este sistema, ningún gobierno -por progresista que se proclame en campañas electorales- tiene el interés realmente de cumplir estas metas, pues no es solo el negacionismo de derecha de Donald Trump, sino también las tibias promesas de Joe Biden. La escala de la emergencia climática a la que nos enfrentamos requerirá la reorganización completa de la economía de forma planificada, una posibilidad que queda excluida bajo el modo de producción capitalista.
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