Uno de los proyectos más resonantes del “supermartes” legislativo en la Provincia de Buenos Aires fue el que habilitó la reelección de 94 intendentes en el 2023. Un proyecto sobre el que se pronunció todo el arco político nacional y que se aprobó con los votos de la mayoría de los bloques del Frente de Todos y Juntos. Lo que pasó desapercibido es que los legisladores de José Luis “Anticasta” Espert, fueron claves para que se trate, y se apruebe, la reelección de los barones.
Jueves 30 de diciembre de 2021 10:28
En un día de rosca y negociaciones hasta la madrugada, el Frente de Todos y Juntos acordaron la aprobación del Presupuesto 2022, la Ley Impositiva y de Endeudamiento y la Ley de Ministerios.
Aunque se votó el Presupuesto, la “Ley de Leyes” que el gobierno no pudo conseguir a nivel nacional, la Ley que se llevó toda la atención fue la que lograron los barones del conurbano, que permite la reelección en el 2023 a intendentes que están en el cargo hace más de 15, 20 y hasta 30 años.
Y es que la reelección de casi un centenar de los intendentes bonaerenses no es una cosa menor en municipios que manejan como feudos desde hace décadas y que son claves para la gobernabilidad de la provincia más grande, en los difíciles tiempos que se vienen en medio de un ajuste que también se aprobó el martes.
Por eso, ya en noviembre, el presidente Alberto Fernández había cenado con los Intendentes y se había comprometido a escuchar el reclamo contra la imposibilidad de ser reelectos en el 2023.
Desde entonces referentes nacionales como María Eugenia Vidal y Sergio Massa venían insistiendo con fuerza en el rechazo a la posibilidad de habilitar la reelección para un próximo mandato. Además de una postura contra “los privilegios” y a favor de la “renovación y la transparencia” los impulsaba sus propios cálculos electorales para recuperar distritos claves para sus propios espacios. También Javier Milei rechazó la ley y apuntó a la casta que es capaz “de hacer cualquier cosa que esté a la mano con tal de seguir reteniendo el poder, y sin el más mínimo interés de la sociedad”.
El dato de cómo vota cada senador y diputado suele ser desconocido en la mayoría de los proyectos que se tratan en la Legislatura bonaerense. Pero la discusión había dividido a los principales bloques y la cobertura de los medios se concentró en cuales fueron los legisladores de cada bloque que votaron a favor y en contra del proyecto.
Tanto en el Senado como en Diputados, el Frente de Todos y Juntos votaron divididos.
En el Senado, del bloque Juntos sólo dos legisladores que responden a Vidal votaron contra la Ley junto con dos de la Coalición Cívica y una senadora de GEN. En el oficialismo, el Frente Renovador votó en contra y un senador se abstuvo.
En la Cámara de Diputados el proyecto estuvo a punto de caerse, ya que se necesitaban 31 votos para el rechazo del tratamiento sobre tablas del proyecto. Al no haber pasado previamente por las Comisiones de la Cámara, se necesitaba una mayoría especial de 2/3 para su tratamiento en la sesión.
Esta mayoría se alcanzó después de horas de negociaciones, con los votos de dos diputados de Avanza Libertad y el voto, entre otros, de Lipovetzky que había firmado la declaración impulsada por María Eugenia Vidal en la que se comprometían a “no votar nada que directa o indirectamente permita que los intendentes que asumieron en 2015 y reeligieron en 2019 puedan volver a presentarse”.
Una vez en el recinto, la Ley se aprobó con 68 votos a favor, entre los que estaban los votos del kirchnerismo y de los legisladores que responden a los intendentes del PRO y la UCR. Como en el Senado, el FR, la CC, el GEN y los legisladores de Vidal rechazaron la ley.
También lo hicieron los dos diputados del Frente de Izquierda. Que votaron en contra del tratamiento sobre tablas y en la sesión rechazaron la Ley y denunciaron el acuerdo del Frente de Todos y Juntos para extender el mandato de los intendentes para seguir ajustando y endeudando a la provincia.
Los Liberales, anticasta para la tribuna
El bloque de Avanza Libertad, el partido de José Luis Espert, votó en contra del proyecto de Ley que habilitó la reelección de los varones.
Así lo reflejaron los grandes medios y a nadie sorprendió porque la postura contra la “casta política” es repetida hasta el hartazgo por sus principales referentes.
Lo que no se dijo y poco se sabe es que esos mismos diputados fueron claves para que la Ley se trate en Diputados, y en consecuencia, se apruebe.
El mecanismo de tratamiento de los proyectos parlamentarios tiene distintos pasos para lograr que un proyecto se discuta en el recinto.
Además de la necesidad de quorum, que se consigue con la mitad más uno de los diputados, para que un proyecto se salte el paso por las comisiones de la Cámara y se trate directamente en la sesión, lo que se conoce como el tratamiento “sobre tablas”, se necesitan los dos tercios del total de los Diputados. Una mayoría que no es fácil de alcanzar.
Para conseguir ese número fueron necesarios los votos de dos diputados de Avanza Libertad, Nahuel Sotelo y Constanza Moragues Santos, que permitieron alcanzar la mayoría especial para el tratamiento del proyecto. Luego, cuando su voto no era necesario para la aprobación del mismo, votaron en contra.
Este mecanismo parlamentario, una maniobra conocida a la que se suele acudir para negociar pero no comprometerse públicamente, fue fundamental para garantizar la aprobación de la Ley.
Si Milei ya había demostrado que su postura era solo una pose que dejó de lado apenas asumió, y faltó, al Congreso Nacional; los legisladores bonaerenses liberales dieron nuevas muestras que la posición anticasta de los liberales no es más que una “falacia” que están dispuestos a dejar de lado para negociar con los mismos de siempre.