Un enorme incendio aconteció durante la madrugada de este jueves en el campamento Rayito de Esperanza, dejando decenas de familias damnificadas. Ante esto los trabajadores y trabajadoras del aseo del Hospital Regional de Antofagasta, organizados en el Sindicato Siglo XXI, impulsaron un acopio en solidaridad para apoyar a las familias damnificadas. Sin embargo el debate es mas profundo, el problema de la vivienda se pone al centro y en esta nota lo queremos desarrollar.
Viernes 22 de octubre de 2021
Durante la madrugada de este jueves un voraz incendio arrasó con 11 viviendas del campamento Rayito de Sol, ubicado en el sector norte de la ciudad de Antofagasta. alrededor de 30 personas se vieron afectadas, contabilizando entre estos a 10 niños y niñas. Esta es una realidad cotidiana en la ciudad, en reiteradas ocasiones quienes vivimos aquí escuchamos caer las sirenas y se nos aprieta el corazón saber que el fuego puede consumir las casas más humildes de la periferia, ya que al estar construidas con material ligero y en forma irregular son un peligro latente para miles de familias que habitan en campamentos.
Ante esta situación los y las trabajadoras del sindicato Siglo XXI se organizaron rápidamente para ir en apoyo, esto además porque 3 trabajadoras del sindicato fueron afectadas por el incendio. Llegaron temprano en la mañana con un importante acopio que tenían guardado desde su proceso de huelga e impulsaron una campaña que busca juntar alimentos, artículos de limpieza y ropa para apoyar en lo inmediato a las familias que lo perdieron todo.
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La situación de la vivienda en Antofagasta es un tema crítico, diversos estudios indican que en la ciudad hay un déficit habitacional de alrededor de 31 mil viviendas, 7 mil familias viven en campamentos y tomas de terreno, el 90% de ellas no tienen acceso al agua potable, los comités de vivienda se multiplican pero no hay casas disponibles para subsidiar esta necesidad. Es insólito que en la capital minera del país, donde el cobre genera el 10% del producto interno bruto nacional, no se destinen estos recursos a las necesidades básicas que hoy golpean a la población. Durante el primer semestre de este año solo Minera Escondida produjo ganancias por casi 2 mil millones de dólares, lo que es equivalente a 146 mil viviendas, esto podría subsidiar en su totalidad el déficit de viviendas de la región de Antofagasta. Pero es algo que no pasa ¿porque? porque las ganancias que genera esta región son saqueadas en su mayoría por empresas privadas, que luego de extraer el mineral solo dejan zonas de sacrificio y daño medioambiental.
Las prioridades deben invertirse, y se vuelve más necesario que nunca que reflejos como los que tuvieron las compañeras de Siglo XXI se multipliquen, no solo para la ayuda inmediata, sino para avanzar en conquistar demandas como la nacionalización de los recursos que hoy saquean los grandes empresarios, para que en bajo la administración de trabajadores, comités de vivienda y profesionales es pueda dar una respuesta integral a las problemáticas que hoy aqueja a la clase trabajadora y los sectores populares.