Pese a las demandas de las y los estudiantes, y haber hecho una votación, obteniendo el resultado de manera democrática por medios de asambleas online, la Universidad Católica del Norte no reconoce la paralización, incitando a los alumnos a volver a clases dentro de una falsa normalidad.
Martes 7 de julio de 2020
El día 6 de junio, mediante votación online, los estudiantes de la Universidad Católica del Norte (UCN) llegaron la resolución de realizar una paralización debido a que la modalidad de clases online no considera una serie de problemáticas, tales como alumnos sin acceso a internet, la negativa por parte de la casa de estudios a bajar el cobro de aranceles.
Este autoritarismo por parte de la sede católica afecta de sobremanera, pues el escenario en el que nos encontramos golpea directamente a la economía de nuestros padres, mientras quedan sin trabajos; todo esto mientras que nosotros-las y los jóvenes- somos arrojados a los trabajos basura, sumamente precarizados. Esto sin contar además la profunda carga emocional que termina afectando nuestra salud mental, sobre todo la carga académica que impone autoritaria y unilateralmente la universidad, entre otros puntos.
Es en el marco de la crisis sanitaria y económica por el covid-19 que tiene alrededor del mundo un alto porcentaje de personas sin trabajos y otro total con suspensiones, arrojando a estas mismas a la miseria y al hambre, que existen estudiantes que se costean un porcentaje millonario de aranceles, la cual proviene de ser parte de los trabajos precarios. Todo esto mientras la UCN sólo se preocupa de que se paguen los aranceles y las matrículas. Una verdadera empresa de la educación mercantil.
Es así como no solo afecta a la autonomía de les propios estudiantes, si no también se ejerce un autoritarismo de parte del rector, así lo expresa Fernanda Araya profesora de plantel: “La orden que se les dio a los profesores es que, aunque estemos en paro, hay que seguir haciendo las clases y el que no entrega las cosas simplemente un 1, sin poder apelar. Esta situación sí nos está afectando a los alumnos y en nuestro rendimiento universitario”.
Afirmándose de los ‘’beneficios’’ que nos entrega este sistema educativo de mercado es que la universidad sin dar declaraciones públicas y manteniendo un rol autoritario, afirma que “un paro virtual afecta drásticamente a toda la Comunidad Universitaria, especialmente a los y las estudiantes que tienen beneficios de gratuidad y becas”. Un cinismo enorme, sobre todo cuando la misma universidad ha sido ampliamente cuestionada por sus estudiantes a raíz del fallecimiento del primer estudiante universitario de Antofagasta por COVID-19, el cual perteneció a la misma casa de estudios, y la universidad sólo respondió con una carta de condolencias, mientras al resto de los estudiantes les exigía la paga de los aranceles y matrículas.
Y es así como la UCN sigue sin tomar medidas debido a las exigencias estudiantiles, perpetuando una educación de mercado que tiene a miles de estudiantes congelando sus estudios debido a que no pueden costear aranceles millonarios. En la UCN pareciera que esta situación se agudiza, es por lo mismo que debemos de proponer cambios de raíz que solucionen las problemáticas sociales en las cuales vivimos, echando abajo las herencias de la dictadura como lo es con la educación. ¿Se trata de seguir lucrando y enriqueciéndose cuando la región de Antofagasta lidera las cifras de contagio por COVID-19 o responder a la realidad de las y los estudiantes? La UCN ha tomado la primera opción.
Es por eso que la gran necesidad de hoy es que las y los estudiantes puedan luchar por el congelamiento del cobro de los aranceles de forma inmediata y la condonación del CAE y todas las deudas estudiantiles, en miras de poder conquistar una educación gratuita, en organización y unión de las y los estudiantes con distintos sectores de la clase trabajadora.
