Se cumple un año de la rebelión y los distintos balances no se hicieron esperar. En esta columna te recordamos los dichos de Edgar Blanco, Intendente regional por Antofagasta, y de la diputada RN Paulina Núñez a un año de la rebelión popular.

Daniel Vargas Antofagasta, Chile
Martes 20 de octubre de 2020
En un escueto comentario en El Mercurio de este domingo el Intendente de Antofagasta, Edgar Blanco, declaraba como balance, a un año del estallido, que “necesitamos un proyecto común, un proyecto de ciudad, de región, de país, en que nos propongamos llegar a un mismo puerto juntos. Pero hay que abrirse a escuchar. Remar juntos nos llevará más lejos. Esta es una de las principales enseñanzas que he tenido este año”.
Una hipocresía. El Intendente Blanco, que hoy habla de “llegar a un mismo puerto” y “abrirse a escuchar”, tuvo otra respuesta ante la rebelión. No sólo legitimó el actuar de la policía, que noche tras noche dejaba enormes saldos de heridos y detenidos, poblaciones gaseadas y violaciones a los DD.HH. (de las cuales nunca le oímos una palabra).
Del mismo modo el Intendente, a partir del año 2020, decretó de hecho la suspensión de la libertad de reunión, replicando la política autoritaria de “Tolerancia Cero” del Intendente Metropolitano Felipe Guevara, que consistía en copar con militares la Plaza de la Revolución.
“No vamos a permitir que manifestaciones que no estén autorizadas se desarrollen en la ciudad de Antofagasta… Aquellas marchas que no cuenten con autorización van a ser dispersadas por Carabineros de acuerdo al protocolo que ellos tienen y que la ley nos otorga para enfrentar este tipo de eventos. Se dará el aviso y posteriormente se usarán los medios de disuasión que tengamos disponibles para poder terminar con estas manifestaciones” habría declarado Blanco el 31 de diciembre del 2019.
Así mismo, reiniciado el año escolar no tardó en responder a las movilizaciones de miles de estudiantes secundarios que empezaban a copar las calles y a tomarse sus establecimientos. ¿La respuesta? represión y un fuerte despliegue policial en liceos de la ciudad. Según el Intendente buscaban “prevenir focos de manifestaciones que atenten contra el normal ingreso a clases de nuestros estudiantes”.
Por otro lado, defendiendo las cientos de detenciones arbitrarias señaló que “En cada detención que realizan nuestras policías se extrae información verídica y clave que permitirá anular a los antisociales que se oponen a la paz social” sin embargo, muchas de estas causas quedaron en nada debido a los burdos montajes de Carabineros, con los que sólo se buscaba amedrentar a los manifestantes.
Otro personaje que aprovechó la ocasión para hacer su balance fue Paulina Núñez, diputada de RN por Antofagasta. Quien desde una columna de El Mercurio y en el programa Estado Nacional, defendió el “Acuerdo por la Paz” que “permitió dar una salida política a la crisis institucional y de confianza y tener un cronograma electoral para que fueran los chilenos, con su voto, los que decidieran si querían una nueva Constitución y quienes deberían redactarla”.
ESTO ES VIOLENCIA, DELINCUENCIA Y ESTÁ ORQUESTADO, NO SON LAS PERSONAS MOLESTAS POR ALZAS O ABUSOS QUIENES ESTÁN DESMANTELANDO Y SAQUEANDO. FUERZA A CARABINEROS Y A LOS MILITARES Q SE ENCUENTRAN EN LAS CALLES, HAY QUE RECUPERAR EL ORDEN PÚBLICO. ESTADO DE EXCEPCION EN TODO🇨🇱AHORA pic.twitter.com/sc7c13vPYU
— Paulina NuñezUrrutia (@paulinanu) October 20, 2019
Sin embargo, la diputada olvida que esa “salida política”, el “Acuerdo por la Paz”, se firmó sobre muertos, sobre mutilados, sobre graves violaciones a los DD.HH. y con militares en las calles, militares que la misma diputada exigió instalar.
Para ella, hoy, es fácil posar de defensora de la democracia, incluso llamando a votar “apruebo” luego de haber exigido estado de excepción para todo el país mientras en Antofagasta, región de donde es diputada, allanaban casas, nos disparaban al cuerpo y la cabeza, detenían y montaban juicios.
No podemos olvidar que esta “paz” que nos impusieron con el “Acuerdo por la Paz” se instaló a punta de militares, detenciones y represión, un acuerdo firmado entre 4 paredes, a espaldas del pueblo, para instalar, a punta de represión e impunidad, un proceso constituyente lleno de trabas para participar.
Al primer año de la conmemoración de la rebelión popular, y a una semana del plebiscito, el gobierno y los políticos del régimen se amasan las manos y dicen que lo que se conquistó es el plebiscito, pero es falso, no hemos ganado nada.
Somos millones los que salimos a las calles reclamando poner fin a los 30 años del Chile neoliberal, sin embargo, esto será imposible bajo el “Acuerdo por la Paz” el cual dejó fuera la Asamblea Constituyente que exigíamos para resolver nuestras demandas y es que quienes el 15 de noviembre acordaron ese pacto espurio estaban muertos de miedo por la enorme fuerza desplegada por el paro nacional del 12 de noviembre.
Este es el camino que necesitamos retomar para conquistar nuestras demandas e instalar una verdadera asamblea constituyente libre y soberana, sin piñera y en base a la movilización del conjunto del pueblo.