Una crisis sanitaria que no para y un gobierno que sigue golpeando. Estas son las claves que hoy se pueden vislumbrar en la región de Antofagasta, que dicho sea de paso, ha sido el lugar donde con mayor crudeza se ha mostrado la contradicción entre las ganancias capitalistas y la lucha por la salud y el resguardo económico-sanitario de miles de personas. Histórico problema de una de las zonas más complejas y desiguales a nivel nacional.
Domingo 24 de mayo de 2020
La segunda región del país se ha convertido en parte del centro del debate a nivel nacional respecto al impacto generado por el Covid 19 en distintas áreas. Y es que no solo se trata de la comuna de Antofagasta como la segunda más golpeada por la crisis sanitaria, en lo que a tasa de incidencia (la probabilidad de contagio para los grupos de riesgo) corresponde, o con el reciente anuncio de ser la segunda ciudad con mayor porcentaje de ocupación de camas críticas a nivel nacional. También le secundan problemas de carácter estratégico para una zona que hoy sostiene gran parte de aquella ganancia que no tiene cuarentena.
Qué caminos que tomar para enfrentar el escenario sanitario y laboral
En menos de un mes se ha visto como sectores de trabajadores mineros buscan enfrentar los despidos y los planes precarizadores que las grandes empresas buscan instalar. Mediante la lucha de las mineras como Guanaco y Franke, muestran un camino el cual se debe amplificar y elevar como un ejemplo de resistencia.
Tal como venimos definiendo en La Izquierda Diario Chile “no hay excusas para que Minera Guanaco no cumpla todas las demandas exigidas por las y los trabajadores en huelga. El costo de las demandas equivalen a sólo el 2% de la producción que se realiza durante los años de vigencia del instrumento colectivo. La compañía y su dueño no son más que la expresión de la intransigencia y desprecio de los empresarios contra las familias trabajadoras”, lógica que se replica precisamente en la huelga de Minera Franke.
Y es que precisamente lo fundamental de estas luchas radica en las perspectiva que las y los trabajadores deben hacer carne para enfrentar los ataques que hoy impone el gobierno mediante las leyes precarizadoras y decretos punitivos que buscan regimentar al movimiento de trabajadores y mantener un mayor control social en una zona estratégica para la economía nacional.
No da lo mismo si triunfan o no los trabajadores. La victoria de estos sectores sirve para que sea el conjunto de la clase obrera quien vea una forma de enfrentar los ataques y despidos por una parte, pero también para abordar la crisis sanitaria en lugares no esenciales, que al contrario de lo que indican los dueños,¡ quienes buscan imponer el carácter “esencial” de estos sectores, la minería no ha aportado ningún peso para lograr una superación de la falta de insumos, la realización de planes sanitarios que permitan resguardar la seguridad de todo un país, demostrando una vez más que las ganancias solo son para unos pocos.
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Por otro lado, el anuncio de más de 1400 despidos a nivel Latinoamericano (más 450 nuevas desvinculaciones) por parte de la aerolínea Latam ha dejado al desnudo la hipocresía de las empresas que se reparten millonarias ganancias y piden ayuda monetaria al Estado, mientras por abajo dejan a miles de familias en la calle. En Antofagasta no hubo excepción, docenas de trabajadores fueron despedidos y ya se viene organizando la resistencia frente al gigante aeronáutico.
Pero esto no tiene sentido sin entender que ha sido el propio gobierno con leyes como la mal llamada de “protección del empleo” que ha permitido este aprovechamiento empresarial que se ve con crudeza inclusive en los despidos de trabajadores aeronáuticos quienes fueron despedidos por el odiado artículo 161 de “necesidades de la empresa” que hoy dejó al desplazadas a familias completas. Ha sido el gobierno de Piñera el responsable de los abusos que hoy se cometen contra los trabajadores, haciéndoles pagar una crisis que ellos mismos han producido.
En antofagasta esto no es ajeno a este escenario considerando además que es la región con mayor alza de del desempleo a nivel nacional saltando desde enero del año 2020 al día de hoy en casi 6 mil nuevos despidos, es decir ya vemos que en los primeros cuatro meses de este año ya llevamos más del 80% de los trabajadores despedidos que el año pasado.
Solo como un ejemplo de esto, de acuerdo a lo mencionado por la ministra del trabajo, María José Zaldívar, solo en abril hubo un aumento de 238.115 trabajadoras y trabajadores desempleados. Según los mismos datos, se puede observar que la causal “caso fortuito o fuerza mayor” tuvo un alza de 508% respecto a las invocadas en abril de 2019. Igualmente, las suspensiones al contrato de trabajo totalizan a 549.155 personas y más de un millón 500 mil personas hoy se encuentran desocupados. ¿ésta es la “protección del empleo” que impuso Piñera?
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La crisis sanitaria y los alcance sociales de la pandemia
Hasta el sábado 16 de mayo la región de Antofagasta acumula 1.897 casos positivos. Respecto de los casos críticos, con los 40 pacientes en este estado dobla a la Región de Valparaíso (25) y triplica a La Araucanía (16). Y su red está ocupada en un 87%, aunque algunos indican que este porcentaje no se condice con las cifras reales, donde de 17 camas regulares en la UCI hoy existen 48 pacientes críticos, es decir un 280% más del uso común. Ambos resultados sin embargo no dejan de ser preocupantes.
Ya hay autoridades que comienzan a hablar del “hambre” en Antofagasta. Con una alta concentración de pobreza y sectores precarios como lo son los campamentos esto no sería algo lejano, considerando la cuarentena total que se vive en la zona, que primero no garantiza resguardo sanitario y segundo no acaba con las aglomeraciones como en la minería donde hipócritamente el gobierno indica tomar medidas, saca militares a la calle pero mantiene intacto el traslado de trabajadores a zonas de aglomeración como lo son los casinos de mineras, los buses de traslado y los hoteles donde se resguardan.
Incluso los turnos 14 x 14 que se han adoptado han sido para resguardar las utilidades mineras, es decir como una vía de mantener la producción intacta.
Caso particular es hoy el Hospital Regional de Antofagasta, que bajo amenaza hoy persigue a dirigentes sindicales y trabajadores de la salud que denuncian las precarias condiciones en que desarrollan su trabajo. Hasta hoy existen 57 casos de personal de salud que se encuentran enfermo precisamente por las condiciones que se han venido dando a conocer por la denominada “primera línea”.
Frente a la reciente cuarentena que durará hasta el 22 de mayo – si es que no se vuelve a aplazar- no fue un espacio desperdiciado para que políticos como Paulina Núñez -que en su momento exigieron el toque de queda para sacar militares a reprimir las manifestaciones de la revuelta de octubre- hoy buscan acomodarse ante estos escenarios mostrándose como gestoras de iniciativas que buscan paliar sin éxito la crisis que ellos mismos han avalado durante los 30 años de concertación y alianza que terminaron privatizando y concesionando el sistema de salud pública.
Y esto se aplica también para la falsa oposición que hoy busca acuerdos y pactos para continuar haciendo que la crisis la paguen las y los trabajadores.
La unidad para vencer
Distintos son los motivos para hoy buscar cómo enfrentar la desidia patronal, el hambre y el desempleo, sumado a esto el peligro constante de contagio en una de las zonas más complejas respecto a la pandemia a nivel nacional.
Y es que es necesario enfrentarlos con un programa adecuado para el momento, que acabe con la precarización y que enfrente a la salud de mercado y a los capitalistas, causantes de gran parte de los padecimientos de miles de despedidos y suspendidos solo para el sostén de las estratosféricas ganancias de áreas estratégicas de la producción como la minería y la industria aeronáutica. Que podrían cumplir un rol importante estando bajo la dirección de sus propios trabajadores hoy no son esenciales para enfrentar la crisis que se vive a nivel mundial.
Ejemplos como la campaña contra los despidos levantada por sindicatos y organizaciones miembros del Comité de Emergencia y Resguardo también hoy son un ejemplo de unidad y una alternativa ante la pasividad de la dirección de las grandes centrales sindicales como la CUT, que hoy más que nunca debiera ponerse a la cabeza de organizar un plan de lucha en contra los ataques orquestados contra la clase trabajadora, su trabajo y sus familias.