Se trata de Erick Uriel ’N’, alias “La Rana”, acusado de delincuencia organizada y secuestro. Según las autoridades, es una pieza clave en la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 12 de marzo de 2018

Funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) dieron a conocer que Erick Uriel “N”, detenido en Cocula, Guerrero, se cuenta entre las personas con las que tuvieron contacto los estudiantes en momentos previos a su desaparición el 26 de septiembre de 2014, y luego de que se perpetrara la masacre de Iguala, a la que cínicamente llaman “enfrentamiento”.
El detenido, según las autoridades, es un probable integrante del grupo criminal Guerrero Unidos, vinculados al expresidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, quien llegó al poder abanderado por el Partido de la Revolución Democrática.
Esta aprehensión tiene lugar apenas nueve días después de que Miguel Ruíz Cabañas, subsecretario de Relaciones Exteriores, afirmara en la audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) celebrada en Bogotá, Colombia que la PGR espera cerrar el caso Ayotzinapa antes de que concluya el sexenio de Enrique Peña Nieto en diciembre próximo.
Por su parte, Alfredo Higuera, fiscal especial de la PGR para el Caso Iguala, informó que han obtenido información importante para dar con el móvil de los hechos durante las últimas semanas. Hasta ahora no dio nuevos detalles.
Mientras las autoridades tratan de presentar el hecho como un “enfrentamiento”, en esa noche terrible en Iguala fueron asesinados Blanca Montiel Sánchez, quien viajaba en un taxi, los normalistas Julio César Mondragón, Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava, además de David Josué García Evangelista, jugador del equipo Avispones, y el chofer del autobús de ese equipo, Víctor Manuel Lugo Ortiz, quienes regresaban de un partido.
Cuarenta y tres jóvenes que soñaban con enseñar a leer y escribir a los hijos del pueblo trabajador siguen desaparecidos y sus familiares reclaman justicia y su aparición.
Fue Ayotzinapa el comienzo del fin de la burbuja de optimismo para el gobierno de Enrique Peña Nieto, campeón de la corrupción y las reformas estructurales. Desde entonces, el cuestionamiento a las autoridades y a los partidos tradicionales cuyos vínculos con el narcotráfico se hicieron públicos, no se ha frenado.
Con esta detención intentarán nuevamente imponer su “verdad histórica” hecha a la medida de la impunidad para todos los responsables políticos. Como lo dijimos desde el primer momento en que salió a la luz la desaparición forzada de los 43 de Ayotzinapa, denunciamos ¡Fue el Estado!