Según cifras oficiales, el salario nominal contractual subió 4.4%. Pero se trata del salario de sólo el 3.5% de las trabajadoras y los trabajadores del país.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 10 de agosto de 2016
De acuerdo con el reporte mensual de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), El salario contractual que aplica a los trabajadores sindicalizados en sectores de jurisdicción federal se incrementó 4.4% promedio en términos nominales en julio de 2016.
El Financiero presume “El incremento nominal de los salarios contractuales se mantuvo por encima del promedio para los 7 meses que van del año, que fue de 4.3%, y por debajo del observado durante igual mes pero de 2015, cuando aumentaron 4.8%.”
Este incremento al salario contractual se aplicó para 72,044 trabajadores en julio, y desde el inicio de año hasta ese mes, fueron 1,167,099 trabajadores quienes percibieron el aumento.
Descontando el alza de la inflación, que ascendió a 2.65% en julio, en términos reales el alza del salario contractual fue de 1.7% en el mismo mes. Según las cifras oficiales. Claro que los altos mandos que dan a conocer las estadísticas no van por su mandado, y no toman nota del alza en los productos de la canasta básica, como el aguacate y otras frutas.
Tampoco incluyen el efecto que tendrá el “gasolinazo” en el alza de precios de bienes y servicios.
Este aumento es completamente insuficiente y desproporcionado respecto a las inmensas fortunas que se embolsan los CEO’s, los propietarios de las empresas, y los altos funcionarios de gobierno que reciben, entre otros obsequios, departamentos y mansiones de lujo, a cambio de asignarles contratos millonarios para obras públicas.
¿Quiénes perciben el aumento?
Se estima que la cantidad de trabajadores asciende a 32,750,599 según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).
Con lo cual, el aumento de salario nominal del que se congratula el gobierno, en realidad sólo aplicó al 3.5% de la población asalariada.
Quienes están subcontratados, con la modalidad del outsourcing, tan del gusto de las trasnacionales, no lo perciben. Quienes no están sindicalizados, como los de las maquilas, tampoco. Ni qué decir de los profesionistas que trabajan para el Estado, bajo la perversa figura de “prestación de servicios por honorarios profesionales”, o de los trabajadores del sector informal.
Todas son trampas de los empresarios y las instituciones que cuidan sus intereses para presionar a la baja los salarios, para dividir a los trabajadores y que no se visibilice que en realidad todos, los de nómina, los de confianza, los subcontratados, los de honorarios, son explotados por los millonarios que viven del trabajo ajeno.
Contra esta división impuesta por los empresarios, el gobierno y los charros, es necesario que los trabajadores sindicalizados tiendan la mano hacia todos los demás: los subcontratados, los de confianza, los que están por honorarios, los del sector informal.
Todos juntos tienen la fuerza para luchar por un aumento de salario al nivel de la canasta básica y ajustable según la inflación. Que sean los ricos quienes se ajusten el cinturón.