El lunes 26 de febrero, las y los trabajadores de la Biblioteca Central iniciaron un paro de labores. Si eres estudiante acá te contamos por qué y cómo apoyarlos.
Agrupación Juvenil Anticapitalista @AgJuvAnticapMx
Martes 27 de febrero
La Biblioteca Central de la UNAM es la biblioteca más importante de esta universidad. Declarada patrimonio cultural de la humanidad en 2007 por la UNESCO, en sus pasillos hay más de 619 mil libros para su consulta. Para que estos lleguen a ti se ocupa la labor de cerca de 200 trabajadores administrativos afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México (STUNAM) quienes cada día brindan servicio a más de 8 mil usuarios, entre estudiantes de la UNAM y personas que hacen uso de esta biblioteca pública.
Si eres o fuiste estudiante de Ciudad Universitaria, al menos alguna vez tuviste que pasar por alguno de sus pasillos, revisaste alguno de sus tomos o entraste a preparar algún examen o trabajo, y por lo tanto fuiste atendido por algunx de sus administrativos.
Desde hace años las autoridades a cargo de este importante recinto han iniciado un ataque sistemático en contra la base trabajadora de la biblioteca, que se ha agravado tras la llegada de Leonardo Lomelí Vanegas, como Rector de la UNAM el año pasado.
Este ataque se enmarca en una oleada en contra de la educación pública y gratuita a nivel nacional, sobre todo en el nivel medio superior y superior. Varias universidades en el país se han declarado sin capacidad de solventar sus gastos anuales, lo cual se traduce en cuotas que deben ser pagadas por los alumnos, salarios deficientes y falta de derechos laborales para lxs trabajadores de la educación. Algunos ejemplos, son la universidad de Coahuila, la Universidad de Sinaloa que hace tan sólo unos días tuvo una protesta exigiendo respeto a su autonomía y transparencia en el uso del presupuesto, o la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México.
La UNAM aunque aún conserva su condición de pública y gratuita, lo cierto es que ha vivido el aumento de la elitización de la educación, con cobros ilegales a exámenes, cursos y diplomados, así como ataques a las condiciones de trabajo de docentes y administrativos.
El ejemplo más icónico fue el movimiento de docentes #LaUNAMNOPAGA en 2020, sin embargo, más recientemente se han sumado protestas de trabajadores en dependencias como la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Tienda UNAM, en CCH Oriente apenas la semana pasada y ahora en la Biblioteca Central.
La amenazas y represalias contra quienes se han organizado para detener el abuso laboral, se han vuelto la constante. En la Biblioteca Central, el Jefe de Personal Cuauhtémoc Tapia Montelongo y el Jefe de Servicios han aplicado todo tipo de descuentos salariales ilegales contra la base trabajadora, con retrasos en el pago de horas extras, y un uso discrecional de la aplicación de las cláusulas de su Contrato Colectivo de Trabajo.
Además, denuncian que no se contratan plazas faltantes, lo cual no sólo agudiza la carga laboral contra los trabajadores, sino que expresa la voluntad de las autoridades de no hacer crecer al sindicato de administrativos universitarios más grande del país. Obviamente no les conviene este volumen de trabajadores organizados, de ahí la línea de apostar por el desgaste y desaparición del sindicato.
En la biblioteca, el Jefe de Personal cuenta con múltiples carpetas de investigación por hostigamiento sexual y laboral contra trabajadoras a su cargo que hoy están alzando la voz para denunciarlo. La UNAM presume un Protocolo contra la Violencia de Género, el cual es aplicado de manera discrecional por el Tribunal Universitario. En múltiples ocasiones ha funcionado para disciplinar a sectores disidentes y críticos de las autoridades en favor de sus intereses particulares, pues mientras protege a altos mandos académicos y administrativos como Cuauhtémoc, almacena miles de denuncias que nunca verán la luz.
Esto vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de la organización entre estudiantes, docentes y académicas, quienes con independencia de las autoridades y ayuda de especialistas, sean quienes discutan y apliquen protocolos de género que realmente velen por nuestra seguridad.
La problemática de los trabajadores de la Biblioteca Central, es una problemática compartida con los trabajadores de otras dependencias, y con los estudiantes, pues mientras nuestros docentes no tienen estabilidad salarial y cuentan con bajísimos salarios, nosotrxs cada día tenemos menos clases para inscribir, las instalaciones se deterioran y nuestras exigencias son resueltas con expulsiones de estudiantes críticos de la administración y la rectoría, como lo han denunciado estudiantes de la Facultad de Arte y Diseño o de la Escuela Nacional Preparatoria número 5.
No hablemos ya de la falta de becas, transporte y comedores subsidiados que podrían ser perfectamente pagados con los salarios de estos altos funcionarios y de la casta dorada para garantizar que más estudiantes puedan concluir sus estudios.
Por todo esto es importante unirnos con los trabajadores y académicos, para defender el carácter público y gratuito de la educación. Difundamos en nuestros salones, facultades, escuelas y en redes sociales lo que ocurre en la Biblioteca, también puedes acércarte a su paro para nutrir las guardias. ¡Escríbenos para sumar tu firma a su pronunciamiento!
Si hoy los trabajadores de la Biblioteca Central ganan, quedamos todxs en mejores condiciones.
¡Resolución inmediata a sus demandas sin ninguna represalia! ¡Destitución de Cuauhtémoc Tapia Montelongo y José Luis Rodríguez Toledo! ¡Reinstalación de su compañero Juan Manuel González despedido tras denunciar hostigamiento laboral!
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