Con la premisa del ajuste y una reforma laboral en el horizonte, Acindar sigue avanzando sobre los trabajadores. Ahora ofrece plata a los compañeros para que se retiren, sino, "se irán sin nada". Es urgente hacer asambleas y decidir los pasos a seguir.
Martes 27 de febrero de 2024 09:20
La modalidad de retiros voluntarios que implementa ArcelorMittal Acindar no es nada nueva, tampoco es nuevo que esos retiros no son voluntarios, sino empujados por la extorsión de "andate ahora con plata o te vas sin nada". Apelando al manual del buen flexibilizador, la patronal avanza en reducir, aún más, los ya magros planteles.
Refugiados en una crisis generada por ellos mismos, el gobierno y las grandes patronales, la tarea del momento es reducir planteles y licuar salarios. El plan motosierra del gobierno de Milei, aplicado en la industria. Seguimos siendo "la casta" que paga el ajuste mientras los grandes empresarios, sobre todo los exportadores, alimenticias y energéticas fueron quienes más ganaron. Es el robo más grande de los últimos años.
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No alcanzó con bajar de turnos y con eso rebajar salarios, sino también sacaron a decenas de trabajadores contratados que venían cumpliendo funciones hace años. Son despidos encubiertos bajo una modalidad flexible del contrato. Pero además, se niegan, junto al grupo Techint, a firmar la paritaria que ni siquiera llega a cubrir la pérdida del salario con respecto a la inflación, ahora amenazan con cerrar la planta durante un mes y en el mientras tanto empujan a cientos de familias a la calle con los tristemente famosos "retiros voluntarios".
Ya conocemos lo voluntario de estos retiros, son claramente una extorsión para aquellos trabajadores que están en edad cercana a jubilarse o más grave aún, para aquellos que tienen juicio con la ART, que han tenido accidentes o enfermedades que les obligo a ausentarse por algún tiempo y para la patronal son "los faltadores".
La ofensiva ahora la están aplicando en las empresas tercerizadas, GISI (36 compañeros con la oferta de retiro), EMET (13 trabajadores), Egea (otros 13 trabajadores), y así casi todas las empresas y en el actual contexto de baja producción y posibilidad de un lock out durante un mes, significa que esos puestos no se vuelven a recuperar con plantel fijo, sino que se precariza aún más la estabilidad de esos compañeros que tengan la posibilidad de volver a ingresar.
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Mientras más tiempo pase, más ataques recibiremos los trabajadores, no tiene que haber más demora en discutir los pasos a seguir y poner en marcha un plan de lucha para que se logre un aumento de salarios que mantenga el poder adquisitivo de los trabajadores, para que se preserven todos los puestos de trabajo y para que se mejore la calidad y estabilidad del empleo. Esta lucha no la podemos hacer solos, es necesario que se forje la más amplia unidad entre efectivos, contratados, tercerizados y la comunidad de toda la ciudad para enfrentar a estos gigantes que tienen todo el apoyo de los gobiernos y de sus cuentas bancarias.
No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras somos amenazados. No somos una casta privilegiada; somos trabajadores que luchamos día a día para llevar el sustento a nuestras familias. No podemos permitir que la crisis sea descargada sobre nuestros hombros.
Es hora de unirnos y hacer frente a estos ataques. Necesitamos convocar asambleas conjuntas entre todos los compañeros, organizadas por las comisiones internas y la comisión directiva de la UOM. Es urgente que vuelvan a convocarnos a todos.
Las incertidumbres golpean fuerte sobre los metalúrgicos de la zona. Ya sentimos el impacto en nuestras mesas familiares. Por eso necesitamos redoblar las fuerzas en unidad. No dejemos que el miedo y la preocupación nos paralicen. En lugar de eso, utilicémoslos como combustible para luchar por nuestros derechos y los que nos faltan. ¡Es hora de actuar!