Como un gran triunfo, el gobierno de Piñera presenta la aprobación de la Pensión Garantizada Universal, que es una reforma al actual Pilar Solidario y al Aporte Previsional Solidario, donde el aporte estatal subirá $185.000 para las pensiones del 90% de la población que se encuentre en el registro social de hogares. ¿Con este monto se alcanza vivir en medio de un rebrote del Covid-19 y con cada vez mayor inflación en los productos básicos?.
Jueves 27 de enero de 2022
Cómo un “acuerdo, al fin” de los diversos Parlamentarios y políticos del régimen, se presentó la reforma llamada “Pensión Garantizada Universal”. La cual consiste en aumentar el aporte estatal para el 90% de quienes se encuentran en el registro social de hogares a $185.000.
Según lo que fue mostrado en diversos medios de comunicación, este acuerdo, se presenta como un triunfo del conjunto del régimen político y particularmente del gobierno de Piñera, donde los “ejemplos” presentados, fueron pensiones de “hasta $620.000”, cuando la realidad en Chile, son pensiones que parten apenas desde los $50.000, en los casos de invalidez, de viudez donde son mayoría mujeres y de quienes poseen las llamadas “lagunas previsionales” es decir, años sin previsión, ni cotizaciones.
La mayoría de la población actual, de la tercera edad, recibe pensiones miserables que partían, con aporte solidario o pilar solidario en solo $176.000, hoy comenzarán con $185.000, es decir, para quienes recibían las pensiones más bajas de todas, el aumento sólo será de apenas $9.000, una real burla, para los más pobres, cientos de abuelos y abuelas, que han tenido que seguir trabajando en aspectos informales, hasta más allá de los 70 u 80 años para poder sobrevivir. ¿Qué arriendo decente cuesta esa pensión?, ¿Alcanza para las cuentas? o para una alimentación balanceada, que es lo que necesitan quienes en su tercera edad, ya poseen enfermedades de base como diabetes o hipertensión que exigen una alimentación en base a productos orgánicos, pescados, frutas y verduras. Claramente no.
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Si bien beneficiará, a quienes ya venían con pensiones de $250.000 o $300.000, donde recibirán un aumento de $60.000 a $80.000, sigue siendo totalmente insuficiente, porque lo único que pasará es que su pensión se acercará a lo que es hoy el sueldo mínimo en Chile, el cual ya está más que comprobado que es totalmente insuficiente.
Ya suenan fuerte las noticias de aumento de las necesidades básicas, el aumento también (nuevamente) de las tasas de interés impuestas por el banco central, y los grandes aumentos en la vivienda en Chile, en cuanto a los arriendos y ya ni hablar de comprar una vivienda.
Aunque el Gobierno intente entregar ayudas, estas son insuficientes para mejorar la vejez de forma significativa, tras una vida de trabajo. Haciendo que este incentivo solo cumpla con el rol de que los jubilados no estén tan pegados a la línea de la pobreza.
Es necesario un sistema tripartito de fondo solidario, administrado por trabajadores y jubilados, y que responda las reales necesidades de la tercera edad y que responda a una jubilación digna.
Y la totalidad de los fondos deben ser arrancados de las manos de inversionistas especuladores nacionales y extranjeros. Y deben ser administrados por un sistema estatal de reparto controlado por sus trabajadores. Este sistema para asegurar pensiones dignas se necesita que sean invertidos en los proyectos que estime conveniente la clase trabajadora y los jubilados. Estos fondos pueden invertirse en obras sociales, habitacionales, hospitales o empresas estatales de desarrollo de tecnología para poder estimular un desarrollo productivo nacional. Parta esto también se necesitará de un plan nacional integral que contemple la renacionalización del cobre y otros recursos naturales, para crear un plan de obras públicas que permita enfrentar la pandemia y absorba a la gran masa de desempleados y suspendidos, repartiendo las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Medidas como estas en pensiones, recursos naturales y empresas públicas también requerirá de nacionalizar la banca.
Elizabeth Fernández
Profesora
