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Red Internacional
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SINCERICIDIO. Aranguren considera “difícil” que la devaluación no se traslade al precio de los combustibles

El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, admitió que será “difícil” que la devaluación no se traslade el precio de los combustibles. Prat Gay venía sosteniendo que el ajuste cambiario no afectaría los precios significativamente.

Jueves 17 de diciembre de 2015 12:04

El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, admitió hoy que será “bastante difícil” que la devaluación que se produzca como consecuencia de la apertura del cepo cambiario (hoy ya el dólar cotiza a 14,5 pesos) no se traslade el precio de los combustibles, aunque anticipó que buscarán que no aumenten en los primeros meses.
“Lo que vamos a hacer es que el impacto de la devaluación no se traslade totalmente al precio de los combustibles. El presidente Macri nos pidió decir la verdad. Que no se traslade va a ser bastante difícil, porque si no se desfinanciarían las provincias”, afirmó.

En declaraciones a radio Latina, el funcionario adelantó que intentarán “consensuar con los actores económicos” para que “en los primeros meses, aproximadamente tres meses, no aumenten”, aunque no garantizó que eso suceda.
Suena difícil que Aranguren, que se caracterizó desde la compañía Shell (que presidió hasta hace unos mese atrás) por impulsar los mayores aumentos de combustibles durante los últimos diez años, vaya a cambiar significativamente de postura ahora que está al otro lado del mostrador. Por lo demás, el funcionario evitó mencionar que, apenas conocido el triunfo de Macri, la petrolera con mayoría accionaria estatal YPF aplicó un fuerte aumento de los combustibles. El aumento que ahora “se frena” por unos meses, ya tuvo lugar en parte.

Aranguren explicó que en la Argentina, por un acuerdo con las provincias petroleras, el crudo oscila entre 61 y 75 dólares por barril, cuando en el mundo cuesta por debajo de los 40 dólares, y explicó que si los combustibles se comercializaran internamente a precio internacional, se produciría un “colapso” en esa actividad. Más probablemente, se produciría un atenuamiento de las abultadas ganancias que vienen mostrando las compañías del sector, y que explican el entusiasmo por firmar nuevos acuerdos con YPF como el que acaba de rubricar Dow.