En una carta abierta el ministro de Energía atribuyó la renuncia de Sureda a las deciciones del gobierno acerca del uso de las energías renovables
Martes 18 de abril de 2017 12:18
Aranguren, dio a conocer este lunes una carta abierta en respuesta a la del ex secretario de Recursos Hidrocarburíferos, José Luis Sureda, en la que negó que haya habido censura y aseguró que "el fondo de la cuestión" por la que fue tildado de "autoritario" se debe que el funcionario renunciante no consideraba prioritarias a las energías renovables y solo quería desarrollar Vaca Muerta, guiado por su pertenencia al sector petrolero.
El ministro centró la discusión en dos de los tres pilares de la estrategia energética que se debate en la mesa chica del Ministerio: el desarrollo del shale gas en Vaca Muerta y la creación de un sistema de energía renovable. Pero omitió referirse al tercer pilar, el aumento de las plantas regasificadoras de gas natural licuado (GNL) en el que la holandesa Shell, empresa en la que el funcionario es accionista, tiene intereses.
No solo el ministro de Energía tiene un pasado que lo involucra directamente con las acciones de Shell (fue el mismo Aranguren quien despidió y persiguió al sindicalismo combativo de la empresa).
En su opinión, no se puede desarrollar Vaca Muerta y las energías renovables al mismo tiempo y el país debe apostar fuertemente al desarrollo de la primera. Esa seguramente sea su convicción, posiblemente producto de décadas de trabajar en el sector petrolero", sentenció Aranguren. Es que el Ing. Sureda se despeñaba como director de Pan American Energy.
No casualmente Aranguren omitió mencionar el aumento de plantas regasificadoras de GNL, negocio que quita demanda de gas a la producción no convencional que se está desarrollando en la cuenca neuquino.
Sureda se oponía, no tanto al desarrollo de renovables, sino al impulso de la regasificación. Sobre este punto, vale la pena recordar que en la última licitación de compra de GNL, fue la holandesa Shell quien se llevó la mayor parte del negocio.
Mal que le pese a Aranguren, señaló que la velocidad de su desarrollo "no es una elección, es una obligación emanada de una ley del Congreso de la Nación (Ley 27.191) que nos ordena que el 8% de la energía eléctrica consumida el año próximo y el 20% de la que se consumirá en el año 2025 sean de fuente renovable".
Para los economistas, un país con altos costos financieros, alta carga impositiva, mala infraestructura y altos costos de energía desalienta las inversiones en la economía real por su baja tasa de retorno. Pero el Gobierno ha demostrado durante toda su gestión que el valor de ajuste es el empleo y el bolsillo de los trabajadores, o bien restringe la tasa de ganancias de los empresarios o reducir el salario real.
En este último sentido, Macri ya dio los primeros pasos en el "nuevo convenio laboral" para la explotación hidrocarburífera no convencional en Vaca Muerta.
Natt Rodriguez Serto
Trabajadora de Prensa