Luis Arce Catacora juró como presidente electo del Estado Plurinacional de Bolivia acompañado por miles de campesinos y delegaciones sindicales. Discursos conciliadores y muchas promesas.
Lunes 9 de noviembre de 2020 00:34
Foto: Los Tiempos
A media mañana de este domingo, y con la presencia de miles de campesinos provenientes del departamento de La Paz, Oruro y Potosí, así como delegaciones sindicales, Arce recibió la banda presidencial y juró a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Lo hizo también ante la presencia de las comisiones internacionales que se hicieron presentes al acto protocolar. Hay que señalar que lo que más levantó polvareda fue la actitud del presidente del senado -el líder cocalero, Andrónico Rodríguez-, que para recibir al Rey de España optó por hacer una reverencia e inclinarse ante él. Nada más ni nada menos que ante la figura que expresa de manera directa el colonialismo sufrido por los pueblos indígenas. Esto pone en evidencia, de manera simbólica, los límites de la “descolonización” evista y del MAS.
Por su parte, la oposición de centro-derecha, a la cabeza de Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC), había anunciado que no asistirían al acto de transmisión de mando como manifestación de protesta por el cambio en el reglamento de sesiones parlamentarias que el MAS realizó en la última sesión de la anterior Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Recordemos que esta modificación reduce a mayoría absoluta lo que antes exigía dos tercios del Parlamento para atribuciones propias de este órgano del Estado, como por ejemplo constituir comisiones de investigación o aprobar los ascensos policiales y militares, entre otros.
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Este cambio en el reglamento le permite al MAS controlar el funcionamiento del Parlamento y evitar el veto de la oposición. Sin embargo, a último momento Mesa y su bancada decidieron participar en el acto protocolar para hacer visible su protesta ante la comunidad internacional. Declararon ante la prensa el inicio de un proceso constitucional para revertir la señalada resolución parlamentaria, a la que calificaron de atentatoria a las reglas de la democracia. El cambio de política de Mesa, “inteligente” como lo calificaron desde CC, le permitió ganar visibilidad ante las delegaciones diplomáticas invitadas y ante la prensa nacional e internacional. Pero sobretodo le permite distanciarse del ala dura del bloque golpista que son quienes no asistieron al acto protocolar. El comportamiento de la bancada de Mesa se limitó a mostrar sus pancartas presentándose así como una oposición moderada y “respetuosa” de la ley. Con esta actitud, Mesa busca consolidar su figura como una opción seria y estratégicamente viable para la burguesía, donde los Camacho, Áñez o Murillo, son útiles para matonear en las calles pero no para hacer buenos negocios que es lo que pretende la clase dominante.
Por su parte, la ex presidenta de facto, Jeanine Áñez, al igual que todo el personal de su Gobierno, no estuvo presente y siguió el acto desde su domicilio en la ciudad de Trinidad en el Departamento del Beni. De la misma manera, Luis Fernando Camacho y su bancada parlamentaria, de la alianza Creemos, tampoco estuvieron presentes en el acto como gesto de denuncia por el reglamento parlamentario y por el supuesto fraude electoral con el que intentaron impedir la toma de posesión de Arce y Choquehuanca.
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Mientras David Choquehuanca, ex canciller durante el Gobierno de Evo Morales, en su discurso de posesión como vicepresidente realizó una intervención que busca enviar mensajes tranquilizadores y conciliadores con la oposición, Luis Arce, ex ministro de Economía y, a partir de hoy, presidente de Bolivia, en su discurso se refirió en varias oportunidades al golpe de Estado y a las masacres que se llevaron a cabo durante el mes de noviembre del año pasado. Recordemos que Arce durante su campaña electoral, evitó hablar de golpe y se refería a Áñez como presidenta transitoria, llegando incluso en una entrevista realizada por la red PAT, en el mes de julio, a afirmar que reconocía a Áñez como presidenta constitucional.
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Entre las referencias al golpe de Estado y las masacres perpetradas señaló:
“Sacaba, Senkata y El Pedregal son una prueba irrebatible de la brutalidad del régimen, pero también son símbolo de dignidad y resistencia junto a hombres como Carlos Orlando Gutiérrez Luna, gran dirigente minero que luchó con valentía por la recuperación de la democracia y que siempre vivirá en el corazón del pueblo”. Así también señaló que “Bolivia fue escenario de una guerra interna, las dos tareas del gobierno de facto, la pacificación y llamar a elecciones, que se impuso no se cumplieron. Se sembró muerte, miedo y discriminación".
Estos mensajes fueron interpretados por gran parte de la prensa hegemónica y la oposición, como un discurso que pretende sembrar odio y “mirar para atrás”. Se olvidan sin embargo que Arce se refirió a la necesidad, en el mismo sentido que Choquehuanca, de “gobernar para todos” y buscando tender puentes con la oposición. En sus palabras: "Debemos poner fin al miedo en Bolivia. Creo en la justicia, no en fomentar un ambiente de resentimiento y de venganza que no respeta la diversidad de pensamiento, en donde ser de otro partido o color político te hace ser objeto de odio. Eso debe acabar".
El nuevo Gobierno del MAS respaldado con una importante legitimidad en las urnas, que le dio la victoria en primera vuelta con el 55,10%, sin embargo nace fuertemente condicionado no solo por una profunda crisis económica y social en curso, sino también, por una crisis política que el resultado electoral del 18 de octubre no permite cerrar.
En este marco el Gobierno de Arce y Choquehuanca será un Gobierno también acosado y condicionado no solo en el parlamento sino también en las calles, por una derecha ultraconservadora y racista. Así mismo, las disputas y peleas internas dentro del Movimiento Al Socialismo comienzan a aflorar luego del triunfo electoral abriéndose una gran incógnita sobre cómo se dirimirán las pugnas entre las tendencias dentro de este partido. El retorno de Evo Morales al país es un factor más que revela las contradicciones dentro del mismo MAS, donde existen corrientes que opinan que esta llegada es inoportuna pero que además exigen que la victoria que le dieron al MAS es para que se lleve adelante una “renovación completa”. En los próximos días y semanas empezaremos a ver con más claridad el desarrollo de las diversas tendencias que disputan los espacios de poder y decisión en su interior.
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Las condiciones económicas que Arce gozó cuando era ministro se han ido para no volver. En su discurso el mismo señaló que “según el dato publicado por el INE (Instituto Nacional de Estadística, NdR), al segundo trimestre de este año nuestro país pasó de liderar el crecimiento económico de Sudamérica durante seis años en el periodo entre 2006 y noviembre de 2019 a presentar la caída más fuerte de la economía en los últimos casi 40 años”.
Habrá que ver cómo piensa Arce satisfacer las necesidades y las promesas realizadas más aún cuando señaló que “(…) de nada sirve elegir a las autoridades mediante el voto si a la vez el pueblo al que se debe la democracia está privado de los derechos fundamentales, como los de acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a los ingresos y a la vivienda”. Los masivos despidos se están dando ahora, y la amenaza de un posible rebrote de la pandemia está en ciernes.