×
×
Red Internacional
lid bot

Mundial Rusia 2018. Argentina vs Croacia: al borde de un abismo, también en lo táctico

Una selección argentina que hizo agua. Difícil de analizar pero igual estudiamos los movimientos tácticos del equipo de Sampaoli que está a un paso de la eliminación.

Sebastián Parnes @SebaParnes

Jueves 21 de junio de 2018

Lo vimos todos. Estamos al borde de quedar afuera en primera rueda por segunda vez en nuestra historia. Y no es un problema de esta camada, es un problema institucional y estructural que nos viene afectando desde hace un montón. Pero caer en eso sólo sería tirar críticas para todos lados y no hacerse cargo de lo que nos corresponde.

No nos queda nada. No nos queda ni la rebeldía de Messi ni la jerarquía de Agüero, pero sobre todo no nos queda un director técnico: Sampaoli traicionó a sus ideas, llegó con otra imagen y nos demuestra lo que vimos ayer. Al borde de un abismo, con anarquía y desazón, un equipo que se desespera al verse abajo en el marcador.

Tratemos de entender el porqué de esto, yendo a lo que nos compete: la táctica. Primero, podemos ver cómo Croacia cerró en un triangulo a Brozovic, Rakitic y Modric, luego veremos cómo éste triangulo se fue transformando de distintas maneras, pero siempre cubriendo el medio campo. Ya podemos notar una deficiencia desde los primeros minutos: ¿cuál era el rol de Enzo Pérez? En esa posición no se coloca ni para que sea marcado, incluso pudiendo arrastrar a Rakitic y liberar un sector derecho en el que Argentina tenía jugadores ofensivos como Salvio e incluso Messi.

También se ve cómo Croacia intenta siempre achicar hacia adelante, se forma un equipo no tan corto pero con mucha gente en el medio, tapándole a la Argentina los lazos interiores, con un fin: que no reciba Messi en zona de gestación. Croacia fue muy claro en ese sentido, su 4-1-4-1 tenía un objetivo de tapar el centro pero con mucha persecución por las bandas, cómo anticipamos en esta nota.

Pero no se quedó con eso Croacia, como dijimos antes, el triangulo central no fue ni fijo ni estático, fue variando. Pero sigue con Messi, que si bien tuvo una persecución de Brozovic durante gran parte del juego, si Brozovic debió abandonar la persecución en busca de otro jugador (en este caso, Meza) Rakitic o Modric salían en su cobertura. Esto es una coordinación incluso silenciosa.

Ahora formará un pentágono, y el jugador a marcar ya no será Messi, sino Maxi Meza. Croacia le cerró todos los espacios a los jugadores Argentinos que se coloquen en zona de gestación: esto se les hizo muy fácil porque siempre el equipo de Sampaoli puso un solo hombre en esa zona, Enzo Pérez no buscó romper las líneas para descontrolar la zona de marca rival.

Enzo Pérez fue de los rendimientos más pobres que demostró Argentina, o estando en línea de Mascherano o rompiendo muy poco. Posicionalmente su partido fue malo, le faltó esa vuelta de dinámica que sí tienen los mediocampistas croatas e incluso Lo Celso. Argentina perdió mucho con la inacción de Enzo Pérez, qué indirectamente le trasladaba la responsabilidad a Maxi Meza (!)

¿Qué variantes encontró -o intentó encontrar- Argentina para romper esta previsibilidad? Pues, dos soluciones muy vagas y que resultaron muy poca efectivas: lanzar por los laterales a Messi o Meza y crear unas triangulaciones, a las que Croacia no sintió complicaciones por el hecho de cubrir muy bien las bandas con Strinic-Vrsaljko.

Esto ha sido de lo poco que se mostró del trabajo de Sampaoli, algunas asociaciones por los laterales, pero casi no mucho más.

Pasemos a lo que más nos preocupa y en dónde específicamente Argentina perdió el partido: la defensa. Hubo horrores de cobertura y de ocupación de espacios para frenar las transiciones, esto se debe a que es un equipo que no mostraba achique ni cierres hacia adelante. Argentina no tuvo apoyos defensivos, corrió siempre para atrás. Estos problemas se evidenciaron en dos lugares puntuales: la espalda de Salvio y cuando Tagliafico tenía que solucionar un problema interno y descuidaba su espalda.

Aquí se ve un desbalance aún peor:

El problema quizás más visto durante el primer tiempo fueron los achiques, muy mal coordinados. El mediocampo no apretaba al lanzador y la línea defensiva estaba desatenta para frenar el pelotazo cruzado de alguno de los lanzadores, por lo general Rakitic. También fijémonos en cómo se cierran los volantes-laterales argentinos y le dejan los callejones libres a Croacia por los laterales.

Pero lo que nos costó el gol de la desesperación (saquemos responsabilidad directa a Caballero, acá hay una intención explícita del DT para salir jugando) fueron las salidas. El cómo Croacia tibiamente se ponía en superioridad numérica en la salida argentina al no considerar amenaza a E. Pérez ni a Mascherano, que no profundizan, que no van a buscar y no ayudan a dar una salida limpia con superioridad.

Otra, la distancia entre Mascherano y Otamendi: brutal, imposible tener éxito en una salida por abajo con los volantes y mediocampistas lanzados a 10 metros de los defensores centrales. Argentina quedó muy amplio después de cada salida.

Pudimos encontrar una sola ocasión en dónde Argentina intentó presionar adelantando a Mascherano y Enzo Perez, a los treinta minutos del primer tiempo y no pudo recuperar la pelota.

Para ir cerrando, después del primer gol Argentina fue desesperación total y esto se evidenció mucho: se quedó sin ideas y fue un equipo completamente partido en dos.

Y ni los cambios nos pudieron salvar, aunque en esta anarquía Higuaín ingresó bien con sus diagonales:

En síntesis, Argentina fue superada ampliamente en cada sector de la cancha, no fue capaz de crear ninguna posibilidad de gol concreta por virtud propia. Rendimientos bajísimos, interpretaciones y lecturas muy malas y un armado del planteo orientado a tapar a Croacia por los laterales, pero Croacia resignó un poquito de los laterales para profundizarse en marcar el medio, tapar el juego interno argentino y dejarlo sin ninguna posibilidad a un Messi desanimado, destruido por el momento.

Nos queda una chance muy remota, muy lejana, prácticamente matemática, pero en lo futbolístico no tenemos chances de mostrar motivos por los cuales clasificar... Sampaoli ha traicionado a sus convicciones.