Con goles de Messi y Julián Álvarez, la Selección logró abrir un partido muy cerrado. El conjunto oceánico descontó con carambola que rebotó en Enzo Fernández. El viernes se mide con los europeos a las 16.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Sábado 3 de diciembre de 2022 19:18
Messi fue una de las claves del triunfo y pase a cuartos. Foto: Abir Sultan para agencia EFE.
Era un partido anodino durante el primer tiempo, como dos boxeadores midiéndose: uno más agazapado (Australia), otro buscando el hueco en el que golpear (Argentina). Apenas el entusiasmo y la garra de Marcos Acuña -de gran partido- y la chispa de Julián Álvarez para presionar. El seleccionado australiano era solamente presión: como único recurso de ataque complicó dos veces a Dibu Martínez, pero sin peligro. Un indicio de su escasez de recursos técnicos estaba en la dificultad de los australianos para bajar la pelota. Era evidente la mayor jerarquía de Argentina pero no lograba plasmarse en el resultado.
Hasta que a los 35 minutos apareció el genio “desatanudos”: de una falta sobre Papu Gómez sobre la derecha del ataque argentino llegó la combinación que dejó a Messi con la pelota buscando ese hueco y encontrando el camino al gol con un remate de media distancia. Era el 1-0 para la tranquilidad, casi un calco de aquellos partidos de Brasil 2014 que solamente podían ser resueltos por el ingenio del 10. Ahí cambiaba el partido porque la apuesta del DT australiano Graham Arnold era el desgaste de los argentinos, entregando la pelota y apostando al roce para llegar a los 90 minutos con la mente puesta en un alargue. No parecía ofrecer mucho más.
En el segundo tiempo, la mejoría fue notoria. Apareció De Paul comandando a todo un equipo que se adelantó para asegurar la ventaja, con un Messi pivoteando y mucho más encendido que en el partido anterior contra Polonia. A los 12 minutos de esa segunda etapa, la scaloneta ya estaba más afirmada en la cancha y De Paul fue con seguridad a presionar al arquero Ryan que recibió un paso muy corto hacia atrás; le ganó la posición y Julián Álvarez con su olfato goleador pescó esa pelota para empujarla al gol: 2 a 0 y ya daba la sensación de que comenzaba otra función.
Australia estaba complicado desde lo táctico porque no parecía poder cambiar fácilmente de libreto, salvo por una muy buena aproximación de su lateral Behich que barrió Lisandro Martínez (ingresó por el lesionado Papu Gómez) evitando la única aproximación seria de los socceroos hasta ese momento. Los cambios aportaron un poco más de dominio, el ingreso de Lautaro más potencia arriba, pero mucha imprecisión (todavía está un poco bloqueado el delantero), pero llegó el descuento de Australia con un remate de Goodwin que rebotó en Enzo Fernández y descolocó a Dibu. Aunque el equipo de Scaloni no perdió el control y siguió generando fútbol, volviendo a su mejor versión como ante los polacos, sobre el final del partido el Dibu se volvió a transformar en héroe tapando un mano a mano que podía resultar la igualdad (inmerecida) para Australia.
Justa victoria del equipo argentino que ahora está entre los mejores 16 equipos de este Mundial y tendrá una prueba difícil ante otra selección candidata como es la de Países Bajos. La ventaja es que hay mayor disposición de tiempo: 6 días para prepararse hasta este viernes a las 16 hora argentina para este partido de cuartos de final de un equipo que llega con la ilusión encendida y un rendimiento que fue de menor a mayor. El desafío es grande, las perspectivas permiten tener esperanza.