Viernes, sábado y domingo serán días de discusión entre los trabajadores de la NCT.
Domingo 24 de noviembre de 2019
Viernes, 22 de noviembre. Con la participación –como invitado– del ex canciller de Bolivia, Diego Pary, se inauguró el 3er Congreso Nacional de la Nueva Central de Trabajadores.
Desde su constitución (en 2014), la Nueva Central pretende construir una alternativa al charrísimo sindical en México. Entre algunos de los sindicatos que la conforman figuran el SME, SITUAM, SUTIEMS y el STAUACH. En este Congreso se cuenta con el acompañamiento del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS) y la Sociedad de Economía Política y Pensamiento Crítico de América Latina (SEPLA).
El objetivo político es:
1. Alcanzar una definición política y estratégica de frente a la nueva coyuntura política nacional.
2. Reorganizar al conjunto de las fuerzas, que confluyen en esta Central, para generar una estructura organizativa a nivel nacional, sólida y permanente.
3. Definir una política de alianzas para la convergencia de distintas plataformas de resistencia popular que reivindiquen la autonomía política del movimiento social.
4. Establecer las políticas de vinculación con el movimiento internacional de los trabajadores del mundo en resistencia contra el capital y la lucha soberana de los pueblos.
Otra de las tareas urgentes que se han planteado, es establecer la forma de incorporación colectiva o individual de amplios sectores de trabajadores precarizados para ser parte de esta Nueva Central, pues hasta ahora sólo tienen voz y voto los sindicatos y las cooperativas. Cabe mencionar que las cifras oficiales de informalidad alcanzan a más de 30 millones de trabajadores (de un total de 54 millones de la PEA), mientras que la afiliación sindical es de unos 5 millones, pero aproximadamente sólo 3 millones cuentan con un sindicato autentico, que un más o un menos los representa.
Para crear un sindicato, entre los requisitos más importantes, se encuentra el reconocimiento a la relación laboral (ser trabajadores de base) para quienes lo formen, sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores precarizados, debido a su grado de informalidad, ni siquiera cuentan con este reconocimiento.
Es por ello que un gran desafío de nuestro tiempo es generar un nuevo tipo de sindicalismo, para el cual no basta con retomar lo mejor del sindicalismo clásico y sus principios de independencia política ante cualquier tipo de gobierno capitalista (neoliberal o progresista), profunda democracia interna e internacionalismo, sino luchar para recuperar derechos laborales y la basificación de estos contingentes de trabajadores que enfrentan una nueva morfología del trabajo producida por la fragmentación y rearticulación de los procesos productivos y no productivos a nivel nacional y mundial, cuestión central que los sindicatos deben tomar en sus manos.