Sebastián “La Bestia” Calvo, campeón de K1, conversó con La Izquierda Diario para contarnos cómo fue el camino hasta lograr el título y cuál fue la historia que lo acercó a este deporte.
Jueves 11 de agosto de 2016
K1 es un deporte de combate que combina técnicas que provienen de diversos deportes y de artes marciales como Muay Thai, Karate, Taekwondo, Kickboxing, Boxeo, dentro de la categoría de hasta 60 Kg.de de la WAKO –World Association of Kickboxing Organizations.
Desde su gimnasio en Villa Crespo, “La Bestia” comenta:
El 18 de junio de 2016 llegaste a campeón de K1 hasta 60 Kg de la Wako. ¿Cómo fue ese momento y como se te dio poder pelear por ese título?
Para ese título me dieron la oportunidad después de entrenar mucho tiempo y participar de muchos torneos importantes acá en la Argentina y afuera también. Mi maestro Miguel Carpinacci, por las peleas que había tenido y mi trayectoria, me consiguió la oportunidad de pelear por el título de la federación y por suerte se pudo dar.
¿Fue un campeonato o le disputaste el titulo al antiguo campeón?
El titulo estaba vacante el año pasado. La misma pelea la íbamos a hacer con el mismo contendiente, pero por motivos personales no me pude preparar, entonces decline la pelea. El peleó con otro rival y ganó el título y este año lo defendió conmigo.
¿Cómo llegaste a Muay Thai?
Yo siempre hice artes marciales de chico. Arranque con tae kwon do cuando iba a primer grado. Hice mucho tiempo hasta mi adolescencia. Deje un tiempo, después volví hasta los 18 años. Un día un amigo me pasó un video de kick boxin-full contact, fui a probar y mucho no me gustó. Ese mismo amigo estaba haciendo Muay Thai cerca de mi casa y fui a probar.
Sabemos que durante un tiempo trabajaste en una fábrica, donde tuviste un accidente y a partir de ese evento decidiste volcar tu actividad al entrenamiento. ¿Nos podes contar un poco como fue esa situación?
Sí. Yo trabajaba en una fábrica de grifería ahí cerca de casa, y sufrí una amputación parcial de un dedo mientras trabajaba en una maquina. Estuve de licencia médica y cuando al fin salió, estaba muy traumatizado por el accidente como para volver a trabajar en el mismo lugar. Realmente no me sentía cómodo trabajando donde me había pasado todo eso, era muy shokeante para mi haber perdido parte de un dedo. Y bueno decidí no volver a la fábrica. Estaba sin trabajo pero se me dió la oportunidad de cubrir un turno en el lugar donde venía entrenando hace dos o tres años, me hice cargo de un turno, cada vez me daban mas turnos para cubrir, y ahí fue donde me empecé a dedicar de lleno al Muay Thai.
¿Qué pasaba por tu cabeza al momento de tener el accidente y como fue el proceso de recuperación anímico para poder volver a realizar una actividad?
Apenas tuve el accidente, mi primer pensamiento fue como voy a seguir practicando porque el deporte me apasionaba. Apenas arranque a entrenar lo hacia todos los días, doble turno, al punto de que al principio pensaban que yo iba a bajar la panza a practicar de forma recreativa, y yo me lo tomaba muy en serio. Las primeras clases me echaban porque me decían que estaba entrenando mucho, que si iba a competir que me quedara, pero que si no quería competir, que le dejara el lugar a los demás compañeros. Hasta que poco a poco me fui ganando mi lugar. Pero después del accidente, no sabía mucho para donde arrancar. Yo no tenía experiencia laboral, siempre había hecho trabajos informales, como changas y esas cosas. Trabajé paseando perros, repartiendo volantes, yo recién salía del colegio así que eran los únicos trabajos donde me tomaban. No tenía experiencia de nada, es mas el trabajo en la fábrica fue por un contacto, pero bueno el muay thai me abrió las puertas a dedicarme a algo que me entusiasmaba.
¿Qué significa hoy Muay Thai para vos?
El Muay Thai para mi hoy es mi vida. No me imagino haciendo otra cosa. Me encanta entrenar para poder superarme. Siempre que compito es una competencia conmigo mismo, es ver que tan lejos puedo llegar mas allá de si gano o pierdo. Me encanta dar clases, me encanta enseñar Muay Thai.
Sabemos que el contrincante con el que peleamos es poderoso pero seguiremos poniéndonos de pie hasta conseguir un certero knock out. Frente a la realidad que nos rodea, solo nos queda la acción para afrontar sus consecuencias y para poder torcer, lo que se nos ha hecho creer que es, nuestro destino.