La Universidad de Chile convocó a un paro triestamental en apoyo a la huelga sanitaria del 30 de abril , pero dicha huelga no ha sido dialogada adecuadamente ya que no existe ninguna declaración o plan de acción unitario. A pesar de ello, algunos espacios se han reunido a deliberar cómo abordar esta coyuntura. Ejemplo de ello son las asambleas de FACSO y la facultad de Filosofía y Humanidades.
Miércoles 28 de abril de 2021
¿En qué contexto se llama a este paro?
La crisis sanitaria sigue causando estragos en la población. Cada día mueren decenas de personas, los hospitales mantienen niveles de saturación sobre el 95%, y los insuficientes “aportes” del Estado empujan a les trabajadores a salir y exponerse al contagio. Según el Banco mundial, en Chile 2,3 millones de personas han caído bajo la línea de la pobreza a raíz de la crisis económica. Y las leyes de protección hacia las grandes empresas como la “Ley de protección al empleo” dejó a cientos con sus sueldos reducidos o derechamente sin ingresos.
Si bien hoy Piñera aprobó el tercer retiro, lo que es un triunfo de la movilización de la clase trabajadora y no de las maniobras parlamentarias, no debemos olvidar que esta es una medida desesperada que hace que les trabajadores paguen la crisis con sus ahorros previsionales. En este contexto corresponde impulsar con más fuerza la huelga luchando por un impuesto a los super ricos y un plan de emergencia que contemple una renta básica universal superior a la canasta básica familiar, la prohibición de los despidos y suspensiones, mejores condiciones para les trabajadores de la salud entre otras medidas.
Ante esta situación, destacada ha sido la participación de les trabajadores portuarios quienes han respondido enérgicamente al llamado, tomándose el puerto en Iquique por algunas horas y marchando en Antofagasta y Valparaíso, y en total con 25 puertos paralizados y de poblaciones combativas que han dado cara a la represión de la policía asesina de Piñera.
En ese contexto el lunes 26 se realizó una asamblea en FACSO, donde asistieron más de 300 personas de distintas carreras y generaciones. Se entabló una acalorada discusión respecto a si nuestra participación era relevante o no. El sector contrario al paro aludió a la ineficiencia de los paros anteriores para conseguir demandas estructurales dentro de la universidad, y a la poca relevancia de que estudiantes paralicen en un contexto de “escuela online”.
Por otro lado, se encuentran quienes ponían el acento en las problemáticas internas que la crisis sanitaria ha generado, como la subida de aranceles, la retención de las becas y la conectividad, buscando dar una lucha en unidad de académicas/os y funcionarias/os. Inclusive se propuso elevar un petitorio a nivel Universidad. También es progresivo que de a poco se tome conciencia de la crisis del hospital clínico de la Chile y problematizar el hecho de que al interior de la universidad la crisis no la pagamos todes por igual.
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Sin embargo, la limitante de esta posición es que se queda un poco fuera de los motivos políticos que sustentan el llamado a huelga de la CUT y corremos el peligro de que un petitorio nos lleve a una negociación en comisiones técnicas a largo plazo, que casi siempre terminan siendo consultivas y que no constituyen un medio de lucha que permita acabar con la educación de mercado. Porque ese es el problema de fondo y si seguimos aspirando a parches, no llegaremos a ningún lugar. Hoy en día, tras la experiencia que nos dejó la revuelta de octubre de 2019, deberíamos dejar el pesimismo, dejar de luchar por lo posible y luchar por lo necesario.
Por último, expondré una tercera posición en perspectiva a intervenir activamente en la huelga del 30 de abril.
Hacia una intervención activa en la huelga del 30:
Avanzar a la organización de una comisión de facultad que genere una declaración adhiriendo a los motivos políticos de la huelga, que realice una campaña de agitación a nivel virtual, para que otras facultades la secunden y que desarrolle un despliegue territorial junto a trabajadores movilizades de la salud u otras estructuras. Una opción es la convocatoria a movilización lanzada por les trabajadores de la Fenats del Hospital Barros Luco, quienes en conjunto a otras organizaciones sociales pretenden movilizarse bajo la consigna: “Que la crisis no la pague la clase trabajadora, ¡Fuera Piñera!”. O una que es más cercana aún. Les trabajadores del J.J. Aguirre, que durante la tarde de hoy, convocaron a un cacerolazo a las 12:30 del viernes, queda por ver qué otras iniciativas se despliegan antes de la huelga.
Sumarnos como estudiantes a una intervención conjunta permite avanzar en la creación de alianzas con sectores reales, impregnarse con su experiencia y no organizarnos en una lógica gremial o netamente estudiantil. La fuerza de la revuelta radicó en que todas las luchas convergieron en una sola, saquemos la lección y empecemos a organizarnos en conjunto con sindicatos, comités y agrupaciones de trabajadores y pobladores, y tomando esta línea no como individues aislados sino como facultad, incluso como Universidad. Estemos a la altura de las y los trabajadores y pobladores que ya se han venido manifestando en las calles. Les trabajadores son quienes tienen el poder de darlo vuelta todo, tal como demostró la huelga general del 12 de noviembre, y es junto a elles que la juventud tenemos que estar para golpear juntes por todas nuestras demandas.
En esta perspectiva se articuló el comité de huelga de la facultad, al cual espero que se sumen, y que en conjunto podemos decidir cual es la mejor forma de apoyar estas iniciativas.