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Red Internacional
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CASA DE GALICIA. Asamblea de trabajador@s define continuar la pelea por continuidad laboral y defensa del edificio

En estos casi dos meses, han tenido que pasar mucho: la amenaza de cierre, la
extorsión, las apretadas en las asambleas, la traición de su dirección, la huelga de hambre, la solidaridad de varios sindicatos … Sin embargo, la lucha continúa.

Domingo 13 de febrero de 2022

Asamblea de Casa de Galicia (fuente: Pan y Rosas)

El conflicto de Casa de Galicia no termina, a pesar de que muchos quieran que así sea.

En la asamblea realizada el pasado viernes 11 de febrero en la Quinta de Casa de Galicia, detrás del sanatorio, las trabajadoras y trabajadores decidieron continuar el conflicto por la continuidad del 100 % de la plantilla laboral y la permanencia del centro asistencial ubicado en la emblemática esquina de Av Millán y Raffo abierto.

En un informe presentado por la Mesa Directiva de AFunCaG, se hizo un recuento de la participación de todas las instancias de negociación y de encuentros con la FUS, donde, afirman, “pudimos intervenir y hacer valer nuestra voz”.

Respecto a la posibilidad de un inversor, el gremio manifestó que “no tenemos una constancia formal del mismo ya que son los socios de Casa de Galicia los que han llevado adelante las negociaciones y no nuestro sindicato”. En tal sentido, manifestaron que ”el edificio es uno de los elementos de la negociación y sea quien sea el que administre el mismo, ASSE o un inversor privado, se deberá asegurar el 100 % de los puestos de trabajo”.

Según informa el gremio, como plataforma de lucha se votó la pelea por el 100 % de los puestos de trabajo, el mantenimiento de las condiciones de trabajo (salario, horario, antigüedad) y la preferencia en poder seguir trabajando en el centro asistencial de continuar abierto.

Carol Ventoso, integrante de la Mesa Directiva, nos contó que, entre las resoluciones, la asamblea aprobó: formar una comisión de reestructura para las instancias de negociaciones, concurrir masivamente en apoyo a todas las instancias de negociación, conformar una comisión de útiles escolares para repartir en marzo y realizar una concentración para el próximo 17 de febrero a las 18 hs en la puerta del sanatorio.

Los enemigos de la lucha de Casa de Galicia

Aquel 23 de diciembre, en las vísperas a las fiestas, la justicia decretó su cierre para poder liquidar y pagar a sus acreedores, atendiendo a una deuda que, no se sabe por qué, después de inyecciones de dinero no pude saldarse. Rápidamente, el ministro Salinas propuso la salida de que los afiliados y afiliadas sean reubicados en otras mutualistas, y que proporcionalmente también sea redistribuida la plantilla laboral en otras mutualistas, de un total de 1300 trabajadores y trabajadoras aproximadamente, quedando unos 400 sin ubicar e incluidos en una bolsa de trabajo a la espera de un empleo. Una propuesta que claramente privilegiaba a los acreedores, mientras trataba a la plantilla laboral como una mercancía más que se puede intercambiar.

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En ese momento, sin haber cobrado sus salarios, trabajadoras y trabajadores tuvieron que ajustar su cinturón y sus esperanzas en las fiestas, y ver qué se votaba en la asamblea. La dirección de su sindicato AFUNCAG, en línea con la FUS, propuso directamente aceptar sin más esta propuesta nefasta del gobierno. Es decir, agachar la cabeza sin luchar.

Pero las trabajadoras y trabajadores no se dejaron amedrentar y, en una asamblea posterior, votaron continuar la lucha para que Casa de Galicia continúe abierta y brindando el servicio con toda su plantilla laboral adentro.

El conflicto tiene así varios enemigos: no solo hay que enfrentar a la justicia patronal (porque beneficia y prioriza a los acreedores), también a un gobierno de derecha (empecinado en recortar derechos laborales, aumentando la desocupación y la pobreza) sino que también debieron enfrentar a su propia dirección que, bajo amenazas, forzó en una asamblea la aceptación de la derrota, y luego renunciaron en masa descabezando al sindicato.

Mientras ocurría esto, la dirección mayoritaria del PIT-CNT se alineaba con la postura de la FUS, y restaba apoyo a la lucha, para dolor de muchas y muchos.

Por su parte, la votación en el parlamento también fue un golpe, porque se esperaba que los diputados del FA pudieran defender la institución y a quienes allí trabajan, pero prefirieron mejorar un proyecto de ley que seguía perpetuando el desguace de la institución y la incertidumbre de toda la masa laboral.

Huelga de hambre, movilización y solidaridad obrera

El conflicto contó sin embargo con el apoyo de varios sindicatos combativos que no se contentan con las migajas que les da este capitalismo. El SUNTMA, el SAG, FFOSE, SOOFRICA y varios otros hicieron llegar muestras de solidaridad para con la lucha.

En estos casi dos meses pasaron muchas cosas, entre ellas la huelga de hambre de 15 días de Alejandra y Daniel – hoy recientemente levantada -, mientras que una socia también quiso iniciarla pero, por cuestiones de salud, no pudo.
También se desarrolló una movilización importante hacia la residencia presidencial el pasado 25 de enero, que fue clave para dar visibilidad del conflicto en los medios.

Las salidas sobre la mesa

La expectativa creada a partir de un posible inversor que pueda saldar las deudas y mantener abierta a Casa de Galicia es, por un lado, un salvataje de la situación y una posibilidad de continuidad, pero a la vez genera la contradicción de que se sigue manteniendo la lógica de la mercantilización de la salud y se sigue dentro de la lógica del mercado. Nadie puede asegurar que ese inversor hoy quiera poner la plata, y mañana la quiera sacar o vaciar la institución, como ya hicieron los anteriores directorios.

La única opción realista que tienen las trabajadoras y trabajadores es la perspectiva del control obrero de la institución. Nadie más que ellas y ellos saben cómo administrarla, como gestionarla, cada uno y cada una saben lo que tienen que hacer, sin que nadie venga a ordenarles nada.

Y la exigencia de la estatización bajo control obrero es para preservar a la institución de salud como un lugar para brindar un servicio a la comunidad, entendiendo a la salud no como una mercancía sino como un derecho humano fundamental.

Todavía queda resto para la lucha, tal como reafirmaron en la asamblea: todavía cuentan con el método de la ocupación y la demostración de que, bajo la gestión obrera del centro, la atención se garantiza.

Pan y Rosas presente

Desde Pan y Rosas hemos estado brindando nuestro apoyo a esta lucha: hemos marchado en aquella movilización memorable hasta la residencia presidencial, hemos estado compartiendo momentos con Alejandra y Daniel, trabajadores en huelga de hambre, hemos compartido la preocupación de muchas las trabajadoras y trabajadores por la incertidumbre laboral y la continuidad del centro asistencial.

Porque consideramos que desde el movimiento de mujeres y los feminismos en Uruguay debemos acercarnos a los conflictos obreros, y en especial si se trata de mujeres trabajadoras, porque pensamos que es desde ahí que podemos empezar a generar una fuerza social que logre acabar con el patriarcado y el capitalismo.

Desde nuestro feminismo socialista, consideramos a las mujeres trabajadoras como las más oprimidas dentro de las oprimidas, y las más explotadas dentro de los explotados.

Llamamos al resto del movimiento de mujeres a apoyar activamente este conflicto de clase y de género, en el camino de conquistar una sociedad sin explotación ni opresión de ningún tipo.